Benito Kamelas – Justicia Poética
Tras años y medio después de Resiliencia, vuelve la banda en la que Quini lleva depositando corazón y rock and roll desde 1997 y habiendo pasado esa cicatriz casi mortal que supuso, tras la pandemia, la salida de todos los músicos de la banda. Lejos de reinventarse con otro nombre, volvió a reunir a otro equipo con el que (quizá demasiado pronto y no tan madurado) volvió a la carga en octubre de 2021. Ahora, madurado el rodaje en conciertos, ensayos y, por qué no, habituación y conocimiento de unos y otros, repitiendo con los dos guitarras y el baterista (el bajo vuelve a cambiar) llega este Justicia Poética que mejora a las claras el nivel de entonces. Superado el ‘match ball’ vuelven las letras y melodías luminosas, siempre pegadas a territorios reconocibles de los de fuera (los Maiden, etcétera) o de aquí (Marea, etcétera). Cuando están en plena forma y teniendo en cuenta el repertorio que han ido acumulando a lo largo de los años, Benito Kamelas se ha convertido en una banda tremendamente necesaria dentro de la escena como, a su manera, también ocurre con Gritando En Silencio, Forraje, Albertucho, Poncho K, Los De Marras o Silenciados, cada cual con sus particularidades… En lo que podemos llamar rock a secas, son el nexo de unión entre ‘los gigantes’ y las nuevas hornadas. Que siga la llama.
Por tanto, y como avanzaba, el quinteto de Benito Kamelas para este disco junto a Quini lo forman Rubén Cuéllar Carral al bajo y coros como nueva incorporación, Samuel Fraile Lobato ‘Samu o’clock’ y Zoran Rampos Wentink a las guitarras y Enrique Infante Pérez ‘Pompa’ en la batería.
Justicia Poética se ha grabado y masterizado con Vicente Sabater durante los meses de octubre y noviembre del pasado año 2024, a caballo entre los estudios Armando Records de Valladolid y Millenia en Valencia. El diseño y maquetación (guapa la combinación de colores) es de María Cortés y la fotografía es de Javi Reaktiu.
Se abre la decena de temas con “Mi Playa Azul”, que viene a ahondar en ese espíritu de aquel “Bla, Bla, Bla”, ahondando en la decisión de dedicar la vida al sueño del rock and roll, aquí mezclado con olor a Mediterráneo y nostalgia de niñez, con la vitalidad de un tempo ágil y un riff marca de la casa, sencillo y pegadizo. Destaca el engarce guitarrero y enérgico de las guitarras durante el fraseo, haciendo que no se acuse casi nunca el plus eléctrico de la distorsión. El estribillo se hace hímnico en sus repeticiones y los coros.
Mar, nostalgia y sueños se reúnen de nuevo en “Justicia Poética”, en combinación –ying y yang- con las cicatrices, las pérdidas y las puñaladas de traición. Aquí, el riff se hace más oscuro, más castizo, dándole una urgencia que refuerza la sensación del paso del tiempo y que, en la sumatoria, hace que sea una de las mejores y perdurables de la lista, a la altura de los mejores Benito Kamelas.
Hermoso canto de amor y reconocimiento en “Anarquía Muscular”, personalizado en José Vaquerizo. Nacido con parálisis cerebral, fue medallista de boccia en las olimpiadas, además de hacer sus incursiones en la poesía y ser un gran amante del rock and roll. Es cierto que está muy personalizada, pero sin duda casa con la filosofía y sensibilidad de Benito Kamelas. A pedazos, “Como El Cristal” continúa el disco cabalgando sobre el riff heavy metalero marca de la casa, aquí para mostrar el jirón y víscera del corazón frágil y la dualidad entre dolor y el amor que nunca acaba bien.
Quini cumple una deuda pendiente con su relación especial con “Teruel” en un tema homónimo (con videoclip grabado en la localidad) que tiene hechuras de himno popular, además de un tempo que invita al pogo con el compás de batería apunkado y, quizá, los dos solos de guitarra más heavy de la decena. Y de la tierra a las personas, “Sua” es una declaración de amor, quizá algo llana en su narración pero bien hilvanada en lo que a música se refiere.
Del lado combativo, “Bullying” no deja dudas de la temática y en lo que a música se refiere las tintas se cargan en un armazón metalero, de locomotora y base rítmica entre los sempiternos Maiden y los mismísimos Mötorhead. Un tema potente para un problema para el que no caben medias tintas. Con inicios de balada a lo Scorpions se abre “A Oscuras” que, después de la generosa entrada vuelve a las estructuras clásicas de guitarras que se acercan aquí a terrenos más propios de Los Suaves en el fraseo. La temática, un canto de valentía para los amores a distancia y secretos que terminan con el miedo al qué dirán.
En la dupla final, “Pedro Merengue” vuelve a personalizar la historia aquí en un “delincuente anarquista” al que se le brindan cervezas y reconocimiento en un arrope musical bullanguero y de nuevo carne de pogo. Como suele ser habitual en muchos discos de Benito Kamelas (“Penélope”, “Pacto Entre Caballeros”…) el álbum se cierra con una nueva versión, este vez de “Vida Loca” de Pancho Céspedes, que hay que escuchar con cierto cariño en las primeras rondas.
Sea como fuere, celebramos la subida de nivel de Benito Kamelas en este nuevo álbum y, sobre todo, que sigan sobre los escenarios.
Más de Benito Kamelas en RockSesión:
Los Benito. Madchester Club. 16 de septiembre de 2017
Los Benito – El Rincón De Mi Cabeza
Benito Kamelas – Sin Trampa Ni Cartón (2005)
Lista de canciones – tracklist:
- Mi Playa Azul
- Justicia Poética
- Anarquía Muscular
- Como El Cristal
- Teruel
- Sua
- Bullying
- A Oscuras
- Pedro Merengue
- Vida Loca
Publicado el mayo 1, 2025 en Críticas Discos y etiquetado en Benito Kamelas, Críticas Discos, Justicia Poética. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.




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