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Bushido – Bushido (2004)
Algún día tenía que llegar y ha sido hoy. Bushido es uno de esos desvíos momentáneos en la carrera de Enrique Bunbury que, como denominador común de amistad con el resto del componentes de este proyecto, reúne a otras tres fuertes personalidades para crear un disco único (porque no iba a tener vocación de continuidad). Una suerte de trabajo experimental (en el concepto, no en las formas, pues la producción es impecable) en los que reúne a Shuarma (al que ya conocía y que ya había producido y colaborado en Elefantes), a Carlos Ann (personaje del underground barcelonés con quien compartía una devoción absoluta por Leopoldo María Panero) y Morti (el vocalista que había despachado tres discos sobresalientes con El Fantástico Hombre Bala). Son cuatro caracteres muy marcados y casi inamovibles, como se puede ver antes de este disco y por cómo han seguido su camino los más de diez años que han transcurrido. Bushido quedará como una rareza de lo que un día se inventaron. Es un disco venenoso que no siempre entra, pero que nunca conviene dejar de lado.