Dicen en las entrevistas que ellos se suben igual a un escenario grande de cualquier festival, como en un pequeño bar de cualquier localidad del país. El trío ubetense Guadalupe Plata lo hizo ayer sobre las tablas de la sala Madchester Club de Almería después de unas cuantas citas por el país mejicano. Suma y sigue. Estos artesanos del rock, porque es lo que transmite con su entrega, ofrecieron anoche una muesca más de su directo vigoréxico, Rock pantanoso y engrasado a base de blues acelerado y primigenio, una capacidad rítmica envidiable y una conjunción entre los tres componentes que hace que no les sea necesario ni llevar un guión previo. Todo se improvisa sobre el escenario mientras el público se deja llevar por las pulsaciones. Y todo esto con un gigantesco ‘sold out’ en la puerta. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos).

Pedro de Dios en la guitarra y voz, ataviado con su corbata de cordón y trajeado, Paco Luis Martos con su barril de zinc, palo y cuerda como bajo (que luego cambiaría por uno aviolinado cuadrado y una guitarra) y Carlos Jimena, a la batería, Guadalupe Plata despachó una hora y veinte minutos a todo trapo. Rockabilly mágico con la distorsión ejemplar de Pedro de Dios, solvente tanto en los slides como en los vibratos de velocidad, así como en el corte vocal afinado e incendiario, sencillo pero inflamable.

Las letras no son generosas pero aumentan la sensación de diversión, como ‘Rata’, ‘Hoy Como Perro’, ‘En Este Cementerio’ o, de nuevo el animal, ‘Huele A Rata’. Sonidos, voces y cadencias que transportan a la sala a una época, no pasada, sino indeterminada, un agujero temporal en el que Guadalupe Plata es la que manda. ¿A quién si no podría ocurrírseles tamizar de blues primigenio y añejo de Charlie Patton o Elmore James una canción infantil como “En la calle 24 ha habido un asesinato”?

Sin chaqueta y cada vez más cerca del suelo, Pedro de Dios conversa con su amplificador, buscando la distorsión única en cada temple, con un Jimena muy deudor de lo que podría ser Loza en Los Coronas, aunque mucho más visceral, y un Martos que parecía escudriñar con la mirada cada uno de los compases e idas y venidas de una música hipnóticamente infernal.

‘Tengo El Diablo En El Cuerpo’, ‘Hueso de Gato Negro’, el ronroneo de ‘Baby, Me Vuelves Loco’ o ese “mala” repetido con sorna en ‘Jesús Está Llorando’ redondearon una noche en la que, cualquiera de los tres del escenario o los asistentes, pudieron ser cambiados por pistolas.

Sombrerazo para Guadalupe Plata.

Setlist aproximado (hay ausencias, pero por aquí anda):

El Boogie De La Muerte
Rata
Hoy Como Perro
En Este Cementerio
Huele a Rata
Tormenta
Serpiente Negra
Milana
Calle 24
Tengo El Diablo En El Cuerpo
Hueso De Gato Negro
Lorena
Baby, Me Vuelves Loco
Jesús Está Llorando