Muse – The 2nd Law

La espera del nuevo álbum de Muse, el sexto, ha generado ríos y ríos de tinta. Mucho más que sus predecesores. Un trailer de adelanto. Una fecha de salida retrasada dos veces. Adelanto de un tema que sirvió de canción oficial para los Juegos Olímpicos de Londres, otro adelanto pseudo dubsteb’, y finalmente una filtración que nos ha permitido, por voluntad de la banda, escuchar el disco en streaming antes de su salida definitiva el próximo lunes.

Cuando uno hace tanto ruido antes de su llegada corre el riesgo que luego cuando a uno lo vean, lo escuchen en este caso, no se cumplan las expectativas generadas. Cuando además se lleva una progresión como la que Matthew Bellamy, Dominic Howard y Christopher Wolstenholme (por primera vez voz principal en dos temas) mantenían con cada disco, todo se multiplica.

No es mal disco. Es un disco sencillo pese a su grandiosidad conocida. En ocasiones cálido. Otras gélido. Como la luz fluorescente de su portada. Pero con la belleza de las formas como premisa.

Despejemos dudas. ‘The 2nd Law’ es un disco ante todo orgánico, no eléctrico. Los ritmos poderosos vienen de unas bases rítmicas muy presentes, que son las que también sostienen en el peso melódico en la mayoría de las canciones. Los riffs aguerridos de Bellamy han desaparecido. Su guitarra brilla con la solvencia conocida cuando llega la hora de algún solo, pero poco más. Y es aquí donde buena parte de los seguidores de Muse se encogerán de hombros sin saber a qué atenerse para el futuro.

Aún así, claro que hay terrenos conocidos como los redobles épicos de ‘Supremacy’, el desgarro vocal de ‘Survival’, la capacidad de engarzar melodías vocales y rítmicas como en ‘Big Freeze’ o los emotivos momentos de piano, como el que brilla en ‘Isolated System’. O las letras apocalípticas de agotamiento del sistema y anhelos de un futuro sostenible de paz, amor y verdad.

Pero también hay más electrónica en cortes como ‘Unsustainable’, ‘Follow Me’ o ‘Madness’ y una mayor obsesión por lo bailable, como ‘Panic Station’ (la línea de bajo recuerda sin remisión a ‘Another One Bites The Dust’ de Queen) o la propia ‘Follow Me’.

La incorporeidad de la portada multicolor se traslada a la música más que nunca. Luminosidad electrónica, de teclados, de melodías vocales (‘Explorers’ es el mejor ejemplo), pequeños arreglos de viento y cuerda, pero ausencia de un cuerpo sólido, de músculo poderoso. Solo nos queda saber si la tormenta y oscuridad de guitarras ha quedado relegada un tiempo o de forma definitiva.

En streaming aquí.

Tracklist:

  1. Supremacy
  2. Madness
  3. Panic Station
  4. Prelude
  5. Survivor
  6. Follow Me
  7. Animals
  8. Explorers
  9. Big Freeze
  10. Save Me
  11. Liquid State
  12. Unsustainable
  13. Isolated System

Publicado el septiembre 26, 2012 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. 5 comentarios.

  1. Muy buena crítica, aunque para mi gusto falta el guitarreo de Matt… y que algunas canciones no sean tan «sintéticas», no sé..aunque para gustos colores. Explorers es mi favorita de este disco 🙂

  2. No me gusta…nada…se han transformado en Queen. No sé dónde queda la esencia Muse del origin of Symmetry

  1. Pingback: Muse – Drones | RockSesion

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