Sanngre – Sanngre
Está muy bien eso de la cocina elaborada y compleja, para paladares que quieren degustar matices y dejarse sorprender por innovaciones o combinaciones creativas. Los hay que, a la hora de tomarse una copa, quieren el licor de moda, acompañado de cítricos de cultivo ecológico, de hierbas del Himalaya y de pétalos de flor de loto del Nepal. Esas zarandajas están muy bien si después sabes apreciar que hay momentos para otras cosas. Y, en la música, tanto disfrutamos composiciones sinfónicas complejas, desarrollos imposibles y sesudos mensajes encubiertos, como el trallazo directo, el puñetazo en el estómago, la copa de cazalla y el chorizo con navaja. Para los momentos del segundo corte vale este estreno discográfico de la banda Sanngre. Una formación que ha dado mucho de qué hablar en su ámbito musical (y geográfico) puesto que todos tenemos claro quiénes están detrás (y quién no) aunque todavía no se hayan quitado las máscaras tras el asalto a los oídos más preparados a la velocidad y la agresividad del hardcore y punk de la escuela locomotora. Diez temas que no dan tregua. No hay conciertos, sigue el misterio (al menos, públicamente, aunque algunos sabemos la verdad). ¿Hasta cuándo? Es la cuestión por resolver.
“Somos la peste, la rabia y la venganza. Los que caminan por la noche sembrando miseria. Los que robaron los caballos a los cuatro jinetes del apocalipsis. Nuestros rostros son el reflejo del odio y la violencia. Nuestro sonido es tormenta sobre tambores de guerra. Lucha en el barro frente a protesta sentada. Somos la verdad y la mentira. La resistencia y la ira. Somos SANNGRE…. Que corra!!”. Con este mensaje se define una formación que está formada por las letras de la banda: S a la voz (inconfundible), AN a la guitarra, NG al bajo y RE a la batería.
Los teclados mortuorios de ‘My Sweet Chemical War’ completan la guasa de un título que da una vuelta de tuerca a la pesadilla nuclear de Obús y azuzan la cuenta atrás de ese “las bombas nucleares están cogiendo polvo” de Mamá Ladilla. Y nada de ataques preventivos como el de Polanski y El Ardor. Un largo tema con un sorprendente coqueteo en inglés. Más de tres minutos, mucho para lo que es el promedio del grupo, que despacha la decena de canciones en apenas 25 minutos.
‘Nacimos Para Reventar El Sistema’ reafirma la declaración de intenciones de los mensajes de Sanngre, como ‘Muerte y Destrucción’, un chupito de 40 segundos que deja sin resuello. Será por eso que ‘Sanngre’, la canción que da título a la banda y viceversa, se nos presenta algo más flexible y dinámica en su riff, de ascendencia más rockera… El fraseo sin distorsión revela cierto gusto por el post punk, como el estribillo es casi glam metal. Pequeñas licencias porque ‘la zapatilla’ volverá en ‘Como Mínimo’ en cuanto a la velocidad y en ‘La Resistencia’ en cuanto a la virulencia de las rítmicas.
El mal rollo del órgano regresa en la entrada de ‘Corazón De Perro’, que nos regala un veloz e iracundo solo de guitarra al más puro estilo thrasher. ‘Esta Enfermedad’ nos da un estribillo variado en las voces, que recuerda a ese equilibrio entre brutalidad y melodía que tan bien manejó en la década pasada el bueno de Manson. ‘CIA’ nos lleva cabalgando hacia la puerta de salida, donde nos espera ‘Mosquito’, un tema que se arranca como una balada y que acaba terminando de la única manera posible, a toda velocidad, con coros hardcoretas y con espuma en la boca, como una rata rabiosa.
Lista de canciones – tracklist:
- My Sweet Chemical War
- Nacimos Para Reventar El Sistema
- Muerte y Destrucción
- Sanngre
- Como Mínimo
- La Resistencia
- Corazón de Perro
- Esta Enfermedad
- CIA
- Mosquito
Publicado el septiembre 30, 2019 en Actualidad y etiquetado en Críticas Discos, Sanngre. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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