The River Band – Debajo De Un Taburete
Y el verbo se hizo carne. Ya está en la calle Debajo De Un Taburete, el primer trabajo discográfico de los almerienses The River Band, grupo del que os hablé hace cinco meses, en lo que fue su concierto de presentación, abandonando de forma definitiva el camino de las versiones, para centrarse en sus composiciones propias. Sin duda, todo un ejemplo del que mucho podrían tomar ejemplo. De aquel concierto os traje crónica y en ella, recuerdo, os resumía el espíritu de un grupo que reconcilia con los sentimientos más primitivos que genera la música en directo: “cuando la ilusión de tener una banda de rock and roll y estrenar temas propios sobre un escenario y ante un público entregado es más que suficiente para sentirse como una auténtica estrella”. Algo que adquiere una dimensión todavía mayor si tenemos en cuenta que su guitarra solista y su bajista andan en grupos desde los ochenta, que su baterista se acerca a la setentena y su cantante está alejado de cualquier tipo de impostura escénica. Y confieso que le tenía ‘algo de miedo’ a este disco. Temía que aquel espíritu que vi aquella noche quedara sepultada o maquinada entre la frialdad del estudio. Ya cantaba La Vela Puerca aquello de que “algunos pajaritos no se pueden encerrar, se les va apenando el alma, de pronto ya no quieren cantar”. Y ese es el principal mérito y fortaleza que han preservado en este primer álbum de muy gozosas nueve canciones. La magia está intacta y las sensaciones son las mismas. Es rocanrol, solo rocanrol, pero nos gusta. Bendita fidelidad a los códigos de honor más elementales, pero en riesgo de extinción.
The River Band es un cuarteto compuesto por Diego Contreras a la voz y guitarra, Antonio López a las guitarras, Juan de Dios Ferre a la batería y Juan Caballero en el bajo y coros. La mayoría de los miembros lleva en la música muchos años, tocando en teatros, fiestas, pubs, incluso en festivales. Empezaron como The River Band en el año 2016 realizando versiones de Fito, Extremoduro, Platero y Tú, Rosendo, M-Clan y otros grandes del rock nacional e internacional como The Clash, Ramones o The Creedence Clearwater Revival.
Pero es que no hay nada más lógico que acabar queriendo contar tus propias historias y, por ello, aprovecharon las circunstancias provocadas por el primer año de pandemia para empezar a escribir y dar forma a temas propios de los que catorce de ellos sonaron en aquel concierto y nueve de ellas se recogen en este álbum. Con los mimbres e influencias citadas, a las que yo sumaría muchas más, han aglutinado todas sus distintas querencias para tener un sonido característico, muy rockero y ochentero, aunque también con lo mejor del rock melódico que resistió en los noventa y también a otros referente de la última década.
Debajo De Un Taburete ha sido grabado entre los meses de mayo y junio en Gárgola Record, con Andrés Dos Santos como técnico de sonido y producción, además de aportar teclados y efectos. Las bases de la grabación se realizaron durante un fin de semana completo, a la vieja usanza, con sentimiento de grupo, buen rollo, cervezas y buena sintonía en el estudio, mientras que ‘el pulimento’ se ha ido realizando de manera individual a lo largo de las siguientes semanas… Y es que, como me dijo una vez el vocalista de un destacado grupo de nuestro rock, los discos no se terminan, los discos se abandonan, porque si no siempre se estarían cambiando detalles o añadiendo arreglos.
El resultado, en este caso, es más que satisfactorio, como vengo desarrollando, sobre todo por ese equilibrio conseguido en la pulcritud de ser (para casi todos del cuarteto) su primera experiencia de grabación en el estudio y ese encanto de local, de ensayo, de directo y de ilusión atemporal que tiene la banda y sus canciones. La lista se abre con el tema que da título a todo el conjunto, ‘Debajo De Un Taburete’. Una letra que narra, a partir de un libro escrito por un adulto, la excitación y el peligro que siente un niño con su padre en un bar donde los ánimos a veces se caldean, combinando la ingenuidad de entonces con la experiencia del presidente. “Yo lloraba e indignado gritaba ¡vamos a casa, papá!”. Una guitarra afilada, con rápido solo incluido, nos da la bienvenida para situarnos desde el primer segundo. Destacará también (tónica general) la línea de bajo en el fraseo. El tema es significativo para la intrahistoria del grupo, puesto que fue la primera compuesta por Diego Contreras.
‘A Vista De Pájaro’ es, a buen seguro, la más críptica de todas, sobre todo teniendo en cuenta que, a la postre, se trata de una declaración de amor, quizá más bien desamor, entre vuelos, engaños y mujeres fatal. “Así paso mi vida, viviendo entre mentiras. ¿Cómo lo conseguiste, nena? Solo tú podías”. Más animosa en el tempo, ‘Personaje Sin Traje’ es una de las varias canciones sobre la música de la banda, tres de ellas incluidas en el álbum. Dedicada a ese personaje anónimo que, más allá de edades y remilgos, todavía disfruta de la pasión de asistir a un concierto. Hechuras rolleras y pura actitud… También con el encanto del personaje derrotado, ‘Dichoso Gafe’ luce en la sonoridad de guitarras, con menos distorsión y una estructura dual, ágil en el fraseo y más contundente en el puente instrumental y en su desarrollo posterior.
El desahogo más furibundo, presagiado desde el acople de guitarra, la entrada de batería y la cabalgada de bajo, llegará con ‘Mediocres’, que no es difícil dedicar mentalmente a más de un personaje que vive acomodado pese a ser bastante incapaz. La canción azuza y vigoriza su desarrollo con velocidad, solo de guitarra sin fin y con coros que se añaden en la coda. Con aires de rock sesentero y primitivo, quizá como guiño a lo del rock alrededor de reloj, llega ‘Reloj De Cuco’, buen complemento para la dinámica del disco, que seguirá en tono positivo con la irónica ‘El Bolo’. Una especie de ‘cuento de la lechera’ para el grupo que empieza, pasando en la historia de renovar equipo y luces, después furgoneta y finalmente hasta con un avión.
Más rock con el rock adusto y ‘troglodita’ de ‘Ricky Bourbon’, que tiene una base rítmica, ahora sí, plenamente ochentera, pero de corte oscura y densa. El cierre lo echará ‘Valbanera’, tema dedicado al buque naufragado en 1919 frente a los Cayos de Florida. El Titanic español al que recorre un aura de misterio todavía no resuelto y que aquí se adorna con unos acertados arreglos de tintes country con respecto a su versión inicial.
Sin importar la edad de un DNI, The River Band cumple así un pequeño gran sueño con la ilusión de quien empieza. Además, ya tienen más de media docena de temas nuevos que apuntan bien y que ya barruntan entrar a grabar a medio plazo. Por el momento, habrá que esperar una semana para que Debajo De Un Taburete llegue a plataformas digitales –está en proceso- y la primera tirada me consta que está volando. Podéis haceros con una copia en su perfil de redes.
Si no nos vemos en el siguiente, que sea por mi culpa.
Lista de canciones – tracklist:
- Debajo De Un Taburete
- A Vista De Pájaro
- Personaje Sin Traje
- Dichoso Gafe
- Mediocres
- Reloj De Cuco
- Un Bolo Más
- Ricky Bourbon
- Valbanera
Publicado el julio 21, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Debajo De Un Taburete, The River Band. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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