Tanxugueiras – Diluvio
Parece haber pasado un mundo pero fue hace dos años y medio cuando rompía en la web una nueva lanza para otro verso alejado del rock que da título a nuestra cabecera, pero que os traía como propuesta de ser conocida: Tanxugueiras. En febrero de 2020, antes de que el virus que veíamos por la tele en China acabara demostrando, nunca mejor dicho, que ‘non hai fronteiras’, traía a esta casa la crítica de Contrapunto, su segundo disco, diciendo de aquel álbum que “juega con una línea argumental conceptual, en la que la cara positiva y la negativa de la vida, tan real, se dan de la mano para dibujar un disco lleno de emociones vívidas y una intensidad tan latente que, aquí la clave, no desentona como crítica en una página web de Rock” y, concluía, “no hacen falta guitarras eléctricas para sentir el rock en el pecho”. Un año después, en febrero de 2021, fruto de meses de intenso trabajo, el trío formado por Sabela Maneiro, Olaia Maneiro y Aida Tarrío, estrenaba ‘Midas’, el primero de los cortes avanzados de lo que, a la postre, es Diluvio, su tercer larga duración que viene con Calaverita Records. Mi sorpresa ante el nuevo salto de valentía me llevó a tuitear: “En el adelanto de su tercer disco, apuntan a territorios urbanos sin perder esa esencia (de música tradicional gallega). Cuando sea mainstream, recordad que os presenté a Tanxugueiras”. Después llegaría la revolución generada en torno a su participación en Benidorm Fest que, más allá del ruido, multiplicó la difusión de un nombre que, honestamente, ya considero necesario dentro de un panorama musical como reacción a lo quirúrgicamente clonado. Propuestas que dan una vuelta al folclore para adaptarlo a nuevos códigos, como bien han hecho Rodrigo Cuevas en Asturias o Califato ¾ en Andalucía. Y además sus canciones tienen mensajes de defensa al amor libre (y propio), frente a la avaricia, la codicia o la envidia, los totalitarismos o la tiranía de la imposición de cuerpos normativos. Como a Sabina, nos sobran los motivos para que vuelvan a estar aquí.
Otra de las cosas que me gustan de Tanxugueiras, como destaqué en la crítica de El Mal Querer de Rosalía (otra salida de guion de esas que tanto os gustan), es su querencia por concebir el disco como un concepto, a la vieja usanza. Y sí, es cierto que de las diez canciones del álbum siete ya las conocíamos single a single, como rigen los nuevos tiempos, pero al final todo se conecta en un discurso coherente en el que son los desmanes y estragos de los pecados capitales los que acaban trazando enseñanzas para saber qué terrenos tenemos que evitar si no queremos convertirnos en lo que tanto criticamos.
Si en el álbum anterior fue con Isaac Palacín, en esta ocasión el trío de cantareiras y pandeireteiras comparte producción con Iago Pico, de Pouland Studios, que ha aportado y completado con su visión las líneas vocales y atmósferas pretendidas para cada una de las canciones de Aida, Sabela y Olaia. Duraciones cortas, al gusto actual, pero con una amplia panoplia de texturas, que van de la muiñeira a la jota, de la rumba al trap y la electrónica. “Nuestro instrumento principal es la voz, pero también nos acompañamos de elementos tradicionales, como las panderetas o latas de pimentón, y de instrumentos más modernos, como los sintetizadores o la percusión electrónica”, apuntan.
Este viaje sanador de “diez aprendizajes capitales” se representa con la entrada y salida de una tormenta. Así, tras la instrumental introducción de ‘Treboada’, el camino se abre con ‘Arica’, una de las que no conocíamos, que nos recibe con una solemnidad de arreglos y sonidos orgánicos a los que se irán acoplando efectos vocales, bases electrónicas y sintes en un canto que persigue huir de la soberbia. Preciosista en las melodías vocales, con cuidadas armonías, ‘Desidia’ es un más que necesario texto para alertar sobre la importancia del autocuidado (que a veces se confunde con egoísmo), más imperioso si cabe en estos tiempos en los que salud mental debe entrar de lleno en la agenda de prioridades. Con una intro coral que hace de nexo con su antecesora, ‘Midas’ es una de las joyas de la corona. Una jota electrificada y vigoréxica frente a la codicia que abruma en la sucesión de estribillos, con las distintas armonías y con esa convivencia de electrónica con palmas, castañuelas y ritmos del folclore más puro.
No parece casual que la misma sonoridad de palmas tenga continuidad con ‘Pano Corado’, en esta ocasión al compás de rumba que, confieso, no me terminaba de convencer pero que al final acaba encontrando su espacio en el conjunto del álbum y ganando en autenticidad. La primera parte del álbum se culmina con ‘Sorora’, la canción más cantareira y pandeireteira del conjunto, la que más se aproxima a los inicios del trío en el primer y segundo disco. La riqueza polifónica, sumada a panderetas y jaleos es pura tradición como reivindica una letra dedicada a las mujeres gallegas.
Del otro lado, ‘Seghadoras’, que sigue con la defensa de la cultura de la tierra, es la más musculosa del conjunto, por momentos con distorsión de guitarras y actitud de banda de rock (como las portadas de sus singles, por cierto) y hasta con cierta dosis de épica en la segunda parte y crescendo del tema. En este descenso hacia los infiernos, no podía faltar una vuelta por el ‘Averno’, tema que estrenaron en pleno Benidorm Fest con la colaboración de uno de los implicados, Rayden, que hace crecer la canción con su aporte, menos verborreico y con mayor sentido musical que en otras ocasiones. Aparentemente sencilla, la melodía vocal del estribillo, muy percutido en las base, se acaba instalando pronto en la memoria en un canto frente a la ira.
El listón no bajará en el tercio final. ‘Figa’, sobre la envidia, y su estribillo de muiñeira canónica es una invocación irremediable al baile. Con ritmos más latinos, ‘Fame De Odio’ invoca, frente a la gula, la belleza de la diversidad corporal con una frase tan sencilla como lapidaria: “de todas as formas, nena, de todas son bonita”. Dada su potencia y nivel simbólico, parece lógico dejar para el final del recorrido, ‘Terra’, sin duda la canción con más mensaje de las candidatas a representar a España en Eurovisión y ejemplarizante en su frase en castellano, gallego, catalán y euskera.
Un disco perfecto y variado en las formas, con mensaje, bien cantado y que suma la raíz del folclore a los sonidos de moda pero usados con inteligencia y estilo. Con todos estos argumentos, está claro que nos vemos en el siguiente.
Lista de canciones – tracklist:
- Treboada
- Arica
- Desidia
- Midas
- Pano Corado
- Sorora
- Seghadoras
- Averno
- Figa
- Fame De Odio
- Terra
- Acougo
Publicado el septiembre 15, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Contrapunto, Críticas Discos, Diluvio, Tanxugueiras. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
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