Havalina – Maquinaria

Muy mal tiene que evolucionar un disco para que eche a perder un arranque tan magnífico como el desarrollo instrumental (de más de la mitad de la duración del tema) del primer corte de esta Maquinaria. Tampoco es sorpresa si tenemos en cuenta que quien lo firma es una banda como Havalina, a la que siempre le he tenido un respeto brutal por la autenticidad de su rock, que ha jugado siempre en territorios sobrios, rozando el rock alternativo artístico, el stoner, los desarrollos más espectrales y una técnica que nada tiene que envidiar a los monstruos totémicos del progresivo, aunque siempre de manera contenida a beneficio de un impacto más inmediato de la canción. Ahí quedan cortes magníficos como “El Estruendo”, “Desinspiración”, “Imperfección”, “Incursiones”, “Objetos Personales”, “Viaje Al Sol”, “Tus Huesos”, “Norte”, “Las Hojas Secas” o “Desierto”. Angustia, desarrollos vibrantes, tan capaces de congelar con frío o arrasar de manera abrasadora, de navegar por terrenos de shoegaze o tener cierto punto de electrónica oscura, de lo oriental a lo sureño. Y con esa experiencia y terrenos andados, más de cinco años después de su anterior álbum en estudio, Muerdesombra, llega este nuevo álbum con halo conceptual donde el ser humano se rebela contra la falta de sentimientos de los engranajes para buscar, precisamente, algo de humanidad entre la desolación. Por el camino rock, cruento rock, pero también ambientaciones electrónicas, pasajes intrincados más complejos y el poso que da llevar más de veinte años a contracorriente de modas. Honor y respeto, siempre, para Havalina.

Havalina viene en formato cuarteto para la defensa de este disco. Al sempiterno Manuel Cabezalí (al que hemos citado y elogiado en más de una ocasión en sus tareas como productor de discos de Christina Rosenvinge, Second o Desakato), se suma el también veterano Javier Couceiro a la batería e Ignacio Celma al bajo, regresando así a una alineación que en directo se completará con Teresa Martínez.

 Maquinaria ha sido grabado por Dany Richter en El Lado Izquierdo, bajo producción y mezcla de Manuel Cabezalí y masterización final de Richter. En un ambiente futurista opresivo, que tan bien representan las frases kilométricas y apocalípticas de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick o los Chicos Pálidos Para La Máquina de Jorge Martínez, Havalina presenta un árbol terriblemente humanista frente a sonidos que rozan lo industrial, ambientaciones de maquinal frialdad y riffs y rugidos de guitarra que parecen querer destrozar las férreas imposiciones de los engranajes, los eslabones de la cadena impersonal. Ay, quien caiga rendido a lo Ex-Machina o por los «Ojos de Grafeno», que decía S Curro y Papa Wilson… La portada es un dibujo continuo obra de MartaBrand_art.

Como apuntaba, “Maquinaria” es el tema homónimo que abre de manera atronadora con un riff de guitarra y base rítmica muy pesados, cada vez con menos aire gracias a las ambientaciones de teclas y una densidad que casi se puede masticar. Puro stoner de altos vuelos, de esos que trazan trayectorias voraces en la elegancia de su desarrollo sin prisa. Casi podría haber sido un corte instrumental puesto que su texto se concentra en la segunda parte. Humos copulando para alumbra máquinas y más máquinas, que persiguen y encierran. Descomunal. Presentadas las bases, todo el álbum girará en torno a esa concepción. “Robótica” aligera un tanto el tempo con una base ligeramente bailable, pero con un arrope de guitarras de nuevo poderoso y un toque oriental marca de la casa. «Voy a cuidarte, a atornillarte» y tuercas en tornillos engrasados refuerzan el mensaje.

Lejos de acomodarse en el registro, Havalina da un paso adelante en el resto de cortes para arriesgar en distintos grados en la otra decena de temas. “Charco” presenta una base de tecno ochentero y capas de teclas que se mueven en una neblina de oscuridad levemente perturbadora, que explota en la proclamación final. Otra vuelta de tuerca para el piano límpido y batería de “Actitud” que esconderá en el avance otra implosión de distorsión guitarrera muy disfrutable, aunque usada con mesura hasta el rebato final, en el que la densidad casi nos evoca a los mismísimos Mastodon.

“Deconstrucción” parece hacer honor a su título y se presenta algo mas orgánica o, al menos, con las secciones instrumental muy bien definidas y perfectamente diferenciadas, siendo identificables como piezas, en suma. Por su parte, “Circuito Cerrado” arranca de forma mucho más nerviosa, con guitarras que nos recuerdan a los mejores Toundra (por no autorreferenciar a los propios Havalina) y una base intrincada casi, rayano lo trip hop. De nuevo la combinación de capas de sintes, guitarras y bajos se despliega magistral en una melodía cada vez más afilada y elevada de tono.

Con toque sureño y mucho de Depeche (tónica habitual) en su base trepidante llega “Salmo Destrucción”. Y es que el símil de la tecnología como nueva religión se hará carne en numerosos pasajes del álbum, como ocurrirá más adelante en “Himno nº9”. Antes, “Arsenal” nos sumerge en una maravillosa espiral de autocontrol maquinal a base de cookies e historiales: «Sé muy bien donde se rompe tu verdad (…) Guardo copias de las copias de tu historial». Mientras que “La Rueda” congela con la fría iniquidad de su progresión truculenta, tremebunda y subrepticia. Dos minutos y medio de tensión magistral, como un thriller psicológico al más puro estilo David Fincher, Christopher Nolan, Darren Aronofsky o el mismo Hitchcock.

Por eso suena a algo de liberación la intro luminosa y espaciosa de “Himno nº9” (mal asunto para el TOC que el corte sea el décimo). Una oración que, sin embargo, acabará en aquelarre maldito («aniquilar la carne») como un ritual perverso. En “La Palabra” encontraremos la colaboración de Nieves Lázaro y, aquí sí, aires de trip hop y brillo sintético hacia el fin de la carne. Como despedida, nos quedará “Naciente”. La canción más extensa de la lista que se asemeja casi a la salida de la caverna platónica («es la primera vez que ves la luz que hay detrás») sobre «cómo vencer a la máquina hacia fuera desde dentro». Arreglos de cuerda, algún que otro arpegio de guitarra y una calma de luz adormeciente nos da la muerte dulce.

Havalina rubrica así una nueva muesca en una trayectoria sin mácula. Felicidades.

Lista de canciones – tracklist:

  1. Maquinaria
  2. Robótica
  3. Charco
  4. Actitud
  5. Deconstrucción
  6. Circuito Cerrado
  7. Salmo Destrucción
  8. Arsenal
  9. La Rueda
  10. Himno nº9
  11. La Palabra (con Nieves Lázaro)
  12. Naciente

Publicado el marzo 1, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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