Avalanch – El Dilema De Los Dioses

No de dioses, pero sí dilema, al fin y al cabo, sobre si escribir o no de este disco. Y es que este nuevo lanzamiento de Avalanch (décimo de estudio, vigésimo y pico contando todo lo demás) ha nacido con una polémica que nada tiene que ver con las bondades o no de las canciones que confirman el nuevo trabajo de la formación asturiana… que, bueno, no deja de ser Alberto Rionda con quien se junte en cada una de las paradas e hitos del camino, porque lo cierto es que, para bien o para mal, va teniendo camino de convertirse en la cabecera con más vocalistas de la historia de nuestra música. Repasemos: Juan Lozano (desde los inicios hasta el debut discográfico), Víctor García (dos discos de leyenda), Ramón Lage (a la postre el que más años y discos ha publicado), Isra Ramos (que venía del proyecto alternativo, Alquimia), Jorge Berceo (que hizo sustitución temporal por los motivos de salud de Ramos y no llegó a grabar ningún disco), Alirio Netto (que ha hecho más presentaciones en acústico que otra cosa) y, el último (hasta la fecha) José Pardial, que se estrena a lo grande con este El Dilema De Los Dioses, que llega cuatro años después de El Secreto. ¿Y por qué lo de la polémica? Pues porque hace unos meses, cerca del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) la banda Los Meconios estrenaba la canción “Caradura”, con colaboración a la guitarra de Inocente Duque (Rionda) con versos como: «¿Que vas a ir a qué? ¿Por qué me plantas por cuatro borrachas que a casa ni saben llegar? (…) No pienses que voy a tragar con ese pastel de feminazis y axilas lilas sin depilar. (…) Dime quién de todas esas te va a hacer sentir más mujer que yo (…).De “igualdad” ya no hay ni rastro pues gozas… de más privilegios que Dios». De aquello, salieron a la palestra quienes apostaban por boicotear de por vida al guitarrista por participar en ello y también una buena colección de reaccionarios cortados por el mismo patrón. En RockSesión defendemos la libertad de expresión, incluso para aquellos que están mejor callados, por eso al final concluimos que un disco así no podía quedarse sin crítica. No podía perder la música.

 Es decir, que aquí escribamos sobre Avalanch no es el equivalente a que estemos de acuerdo con el cien por cien de sus opiniones, tal y como ocurre con todas y cada una de las bandas y artistas de los que escribimos… Es imposible pasar un cuestionario previo a todos… Además de que sería profundamente peligroso. Sobre todo teniendo en cuenta que la letra de sus canciones hablan de sentimientos más universales y, sin duda, transmiten un mundo más bondadoso.

Y es que ‘el cabrón’ de Rionda lo ha vuelto a hacer. No importa la de vueltas y cambios que haya en su banda, que al final consigue dar con la clave de encontrar melodías adictivas, emocionantes y emocionales, sacando partido como nadie a la conjunción de las armonías vocales, a saber jugar con los crescendos, con las guitarras dobladas, con una tímbrica especial, con unos teclados bien conjugados, con una pompa de hechuras sinfónicas pero con una fluidez y matices vibrantes y que calan los huesos. Imagino que las buenas películas de Roman Polanski, Woody Allen o los buenos cuadros, esculturas o canciones son ajenas a las opiniones o actos de sus creadores. Por más que moralmente nos causen un dilema… humano, que no de dioses.

Entre las numerosas alineaciones de Avalanch a lo largo de su nutrida y enjundiosa historia, la que ha grabado este disco viene conformada por el sempiterno Alberto Rionda en las guitarras, autor de todas las letras y músicas como viene siendo habitual, José Pardial en las voces y coros, Manuel Ramil (sexto en el puesto) a los teclados, Mike Terrana (tercero en el puesto) a las baterías y Nando Campos al bajo (quinto en el puesto).

El álbum ha sido grabado y producido por Alberto Rionda en Estudios Sanctuarium (Grado – Asturias), exceptos los teclados, que fueron grabados por Manuel Ramil en Tercera Planta Estudios (Ares – A Coruña) y el solo de Jorge Salán en “Ceniza”, grabado en The Utopian Sea Studios de Madrid. En las colaboraciones también encontramos a Isra Ramos (vocalista de la banda desde 2017 a 2020) y a Juan Lozano en los coros (también vocalista de la banda, en este caso de 1993 a 1997). La mezcla y masterización la realizó Manuel Ramil en los citados estudios Tercera Planta.

Si tenemos que equiparar las hechuras de decena de canciones que dan vida a este El Dilema De Los Dioses con el resto de álbumes de la trayectoria de Rionda, podríamos apuntar que tiene un equilibrio entre la melodía preciosista de Los Poetas Han Muerto (aunque eliminando las tesituras vocales graves que aportaba Ramón) pero tirando con la fuerza y subidas de El Secreto y también con las hechuras orquestales de Alquimia.

Una dinámica que oscila entre la emoción más sutil y la épica más grandilocuente desde la entrada en “Expulsando A Mis Demonios”, con un registro inmenso por parte de Pardial, que se mueve con facilidad en la versatilidad que da haberse curtido como cantante de musicales o corista del siempre magnífico Jesucristo Superstar. “Ceniza” juega con los contrastes desde el fraseo, unas veces limpios con solo bajo y batería, combinado con una estrofa de guitarras llenas de pasión, para otro canto que juega entre la ausencia del amor y la decisión de buscarlo entre demonios y cenizas. De hecho, son varias las letras que jugarán con el mismo concepto, con la luz entre sombras y con la despedida siempre latente como una espada de Damocles. El solo de Salán en la parte final, como decía, tiene mucho de Los Poetas…

En “Cuatro Elementos” el riff principal apunta a terrenos más hardrockeros, lo que hace que sea un buen complemento al conjunto. El estribillo, dentro de los terrenos de la pasión, también se mueve en hechuras de medios tiempos casi bonjovianos. “Sonrisas De Un Ángel” se mueve en un power metal melódico marca de la casa y es digno de mención el contraste de la melodía vocal, que se hace adictivo y preciosista en su desarrollo en el puente y estribillo. Por su parte, “Sentido” es mi favorita de la lista. Una balada con fuerte armazón y que presenta una letra (usando el habitual recurso de la pregunta retórica) y melodías lloradas de guitarra y voz que Rionda tan bien maneja. Pardial ayuda y mucho a hacer volar la canción, a veces con ligeros giros de soul.

La segunda parte del álbum se abre con “Confianza Ciega”, otro tema power en el que colaborará el viejo conocido Isra Ramos. Los teclados también se hace más sintéticos, un corte enérgico, más efectista que otra cosa. “Horizonte Eterno” vuelve a tirar de escala de acordes más oscuros y hasta algo de metaleo más cruento se desliza en su presentación instrumental dejando la luz para un estribillo igual de previsible, teñido una vez más de un aura ochentera desde los teclados.

En “Tumbas y Reyes” aspira a ser el corte más duro de la lista (como ya ocurriera en discos anteriores en una colocación similar con “Lágrimas Negras”, “Prisión De Marfil” o “Sin Rumbo”) pero aquí más desde el rasgado vocal que en la velocidad o contundencia atronadora. Acercándonos al final, el gusto por ese suave delay se explota en “El Dilema De Los Dioses”, la canción que da título al conjunto, se mueve en territorios comunes con sus compañeras, quizá con algunas similitudes con el corte de entrada en la amalgama de ambientaciones y cadencias, pero de forma más suaves y ampulosas. El cierre vendrá con la acústica “Más Allá De Las Tinieblas”, un esperado colofón dulce a un disco repleto de autorreferencias, pero de una factura innegable.

Que no pierda la música.

Más de Avalanch y Rionda en RockSesión:

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Viña Rock 2017. Sábado, 29 de abril

Entrevista a Alberto Rionda (exAvalanch) de Alquimia

Alquimia – Espiritual

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Lista de canciones – tracklist:

  1. Expulsando A Mis Demonios
  2. Ceniza
  3. Cuatro Elementos
  4. Sonrisa De Un Ángel
  5. Sentido
  6. Confianza Ciega
  7. Horizonte Eterno
  8. Tumbas y Reyes
  9. El Dilema De Los Dioses
  10. Más Allá De Las Tinieblas

Publicado el junio 15, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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