Marc Parrot – Dos Maletas (2004)
Como sabéis, soy un poco pasional a la hora de elegir la crítica remember de los viernes. Esta semana han sido varios los motivos los que me han llevado a decantarme por el cuarto disco de Marc Parrot… como Marc Parrot que, como algunos sabréis, es quien dio vida a finales del siglo pasado a El Chaval de la Peca. Me ‘reencontré’ con él al ser el productor del último disco de La Pegatina y también he recordado a su alter ego debido al ‘caso SGAE’ de Ramoncín. Dos de los momentos más vergonzantes del rock de este país es el lanzamiento masivo de objetos en las respectivas actuaciones en el Viña Rock. El Chaval en 1999 y Ramoncín en 2006. Como nos gusta ir contracorriente casi siempre, me decido a reivindicar la figura de Marc Parrot con el soberano discazo que se marcó en este Dos Maletas. Habrá quien ni se moleste en conocerlo, habrá quien se sorprenda al hacerlo. Como todo, cuestión de actitud.
Después de dos discos en solitario raros pero con enjundia (Sólo Para Locos y Sólo Para Niños), Marc Parrot se enfunda el papel de Chaval de la Peca con quien despachó tres discos en poco menos de un año haciéndose de oro de manera meteórica. Cuanto más rápido subes más rápido bajas… la inercia. Después del rentable chiste, Parrot volvió a su camino en solitario (aún con Warner) en Rompecabezas (desechó la idea de cerrar la trilogía con ‘Solo Para Viejos’, como era la intención inicial. Pero a nadie le interesaba ya ese rock minorista, lejos de gracietas. El juguete roto pagaba las consecuencias de su propia creación alternativa.
Marc Parrot grabó Dos Maletas con tiempo calmado. Reflexionando mucho cada uno de los pasos, cada uno de los textos. Desde mayo hasta bien entrado el otoño, en los estudios Grabaciones Silvestres cerca de Sant Quirze Safaja, un ambiente natural de ensueño, con la ayuda de su mano derecha Juanjo Alba. Él se encargó de las voces, la guitarra eléctrica, teclados, sintetizadores y programaciones. El resto de instrumentos fueron interpretados por Joan Sanmartí, Quim Vila, Camilo Pérez y el norteamericano Marc Ribot (Marianne Faithful, Tom Waits) en guitarras eléctricas, Joan Antón Mas en batería, programaciones, órgano y percusión, Lluis Cartes a la batería y Pere Bardagí en los aderezos de violines y viola. Pocos medios pero mucho instrumental y, lo más importante, teniendo muy claro qué hacer con ellos. El disco finalmente se editó con Pias.
El álbum se abre con la canción que le da título, ‘Dos Maletas’. Un riff serpenteante y pseudo arabesco que consigue un poder hipnótico considerable dada su lograda distorsión. La letra es un arquetipo del universo conceptual que Marc Parrot presenta en esta decena de temas. Un mundo personal y nómada donde todo lo importante es relativo siempre desde el prisma de la identidad intransferible. El texto enumera una serie de objetos ridículos o, cuanto menos, poco últiles. Todo guardado y acompañándole allá donde vaya. Recuerdos que ayudan a vivir el presente y el futuro, aunque sean desechables para la mayoría. ‘Juego Con Fuego’ fue el tema elegido como primer single. Musicalmente está cercano a ser un bolero latino resultón. Elogiable la brillantez con la que entra la batería y, de nuevo, el sonido. El estribillo se desprende de esas zarandajas y progresivamente aumenta en potencia e intensidad convirtiéndose en un pesado ejercicio distorsionado.
‘Mientras Duermo’ es una engañosa nana para uno mismo. “Cuando la tierra haya dado media vuelta más, despertaré con un beso, empezaré a soñar”. La melodía es sutil y tan solo destaca las programaciones elegantes y sobrias. ‘Contaré Hasta Mil’ es una de las canciones más rockeras del conjunto, lleno además de un ácido romanticismo: “no me verá sufrir, no me verá llorar”. De nuevo el desarrollo de la guitarra principal vuelve a abducir en su solvencia. La primera parte se cierra con ‘Mañana’, un swing bluesero en el que Marc canta susurrando, anhelando un futuro que mejore el presente que siempre vuelve para no cambiar nada. “Mostrándome siempre la misma zanahoria, mañana soñada que siempre se olvida”. Y es que al final “el futuro miente y el pasado me engaña, así que no voy a creer en ayer ni a confiar en mañana”. Es decir, carpe diem.
La segunda parte se abre con ‘Berta’, dedicada a su hija recién nacida. Melodía entre caja de música y vals, interpretación vocal rozando la ruptura vocal de tan frágil. Una preciosidad. De la inocencia incipiente a la senectud más cruda. ‘Cada Día’ está protagonizada por un anciano con mil achaques que, sin embargo, “aún puedo hacerte el amor cada día”. La música del fraseo es afiliada hasta explotar con virulencia en el estribillo.
‘Tesoro De Chatarra’ es una de mis canciones favoritas de la lista. Un aire cabaretero efectivo y con cierta atmósfera polvorienta y justiciera. Pegadiza, bailonga y con un estribillo vigoroso con esas segundas voces femeninas sutiles. También ‘Invierno’ levanta por sí sola la nota de todo el disco. Quizá tenga que ver que sean los dos temas en los que Ribot se pone a las seis cuerdas. En este segundo caso destaca por los sutiles arreglos de cuerda y por el crescendo del vals tortuoso, al que quizá le falta romper un poco más hacia el balcanismo esbozado. Por último, ‘Guardo La Lluvia’ arranca con una melodía de guitarras que recuerda tanto a las melodías delicadas de Extremoduro… Una canción que nace con hechuras de final, tanto en su estructura como en su texto que, además, parece hacer un guiño a las dos maletas del inicio: “solo guardo el aire de la lluvia (…) he soltado mis maletas, he vaciado mis bolsillos”.
Una pequeña gran joya de un artista que, aunque sea por motivos diferentes a Ramoncín, nunca será lo reconocido que merece.
Tracklist:
- Dos Maletas
- Juego Con Fuego
- Mientras Duermo
- Contaré Hasta Mil
- Mañana
- Berta
- Cada Día
- Tesoro De Chatarra
- Invierno
- Guardo La Lluvia
Publicado el mayo 29, 2015 en Críticas Remember y etiquetado en Críticas Remember, Dos Maletas, El Chaval de la Peca, Marc Parrot, Ramoncín. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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