Los Coronas – Señales De Humo
Pioneros en el difícil arte del rocanrol instrumental con constante presencia del surf, cada nuevo disco de Los Coronas ha de ser celebrado por la perseverancia en mantener en plena forma un género que empezó como minoritario pero que, gracias a su trabajo y a otras bandas que siguieron el camino alumbrado por su llama, especialmente Los Tiki Phantoms, está, de alguna manera, totalmente ‘normalizado’, si es que un adjetivo así es apropiado para hablar de música. Sin lugar a dudas, a Los Coronas le ha venido muy bien la consolidación y triunfo de aquella locura temporal llamada Corizonas, la fusión con los chicos de Arizona Baby. Los públicos se han mezclado y han puesto orejas donde antes ponían un signo de interrogación en negrita, subrayado y en cuerpo 24. Con camino de treinta años de experiencia en este difícil arte, Los Coronas tienen tablas de escenarios y de viajes kilométricos por todo el mundo con su música. Todas esas vivencias van generando una madre, como en el vino, de su sonido y hace que cada vez sus composiciones sean más rotundas, casi perfectas diría yo. Señales De Humo es la nueva entrega, de más de una hora y de hasta 17 cortes. Sobrados.
El quinteto es ya por méritos propios una especie de dream team si los tomamos de manera individual por la reputación que atesoran. Fernando Pardo y David Krahe a las guitarras, Roberto «Loza» en la batería, Javi Vacas al bajo y contrabajo y Evgeni Riechkalov en la trompeta son cinco estrellas indiscutibles en el manejo de sus respectivas armas sonoras. En el caso del último, me alegra especialmente que tenga más protagonismo aquí con respecto a la última entrega corizónica, donde el neón ganó a la nebulosa del camino polvoriento.
Los Coronas, así, proponen en Señales de Humo un viaje polvoriento que nos lleva por momentos al universo surf tan revitalizado por Tarantino, al rollo far west (aunque en este disco no es tan acusado como en otros), al puntito funky, rumbero, arabesco, latino y mucho más, menos pronunciado, que viene haciendo de corte casi un juego gamberro de ritmos, influencias y homenajes subrepticios.
El disco arranca de manera festival con el ‘Tono Viejo’ que nos evoca una fiesta surfera de teclados vacilones. ‘Correvuela’ sigue la misma senda aunque aquí un break melodramático nos sorprende en la parte central para cabalgar en púa ultra rápida en la coda. ‘Drama West’ es el guiño más evidente al salvaje oeste con un punto de medio tiempo envalentonado con unos coros no esperados. En ‘La Fiebre’ una base rítmica nos hace trotar como si estuviésemos en una pista de baile arrollados por el ‘Fever’ de Peggy Lee.
En ‘A Tope De Amor y Lujo’ nos llega una pseudo-rumba con una melodía principal que bien nos puede evocar también el cine español de los setenta, con Los Coronas nunca se sabe del todo y esa es su magia de no usar la palabra. Y encima las que usan en este disco desconciertan tanto como ese ‘Mulas Huyendo De Una Hostia Consagrada’, que con esa presentación nos lleva a una ensoñación hacia un Benny Hill sureño. Más fácil de interpretar llega el surf marroquí de ‘Essaouira’, donde fanfarria y línea de bajo brillan por igual. Los montes de Málaga inspiran ‘Sierra Yeguas’, que tiene algo de melancolía en su desarrollo. Por su parte, ‘Lady Rolla’ nos da un cierto ‘deja vù’ hacia pasajes anteriores de este álbum, diferenciándose más por el protagonismo que batería y bajo adquieren tras el fin del desarrollo de la melodía principal.
En ‘Pincho Moruno’ se retoman las formas arabescas, especialmente en la presentación y el break central que culminará en una explosiva fiesta final comandado por el metal de Riechkalov. Dentro del gamberrismo conocido de la banda, ‘Error 404’ juega con el efecto flanger para dar la sensación robótica y mecanizada de que algo no va bien con una acuciante tensión rítmica. ‘7+6’ (situado en las pista número 12, maldita falta de concordancia) nos lleva a territorios casi zíngaros y con un punto skatalítico (sin abusar), lo suficiente para ver asomar el ‘Gas Gas’ o el ‘Skalashnikov’ de Bregovic en el puente.
En el tramo final ‘Tres Culturas’ podría antojarse como la mención clásica a la Castilla de los árabes, judíos y cristianos, si bien los ritmos en buena parte del corte son más latinos que otra cosa, así que de nuevo nos dejan un trampantojo interesante. También lo es, en cierta forma, ‘Mr. Reed’ ya que lo habitual es acordarse de Lou, aunque ellos piensan realmente en Jerry. ‘Telemaster & DCaster’ presenta un juego delicioso entre las guitarras de Pardo y Krahe. ‘Super Famara’ recupera el tono festivo del inicio, aunque nunca sin desbarrar tanto como en ‘La Fiebre’, por supuesto. El cierre viene con la solemnidad señorial de ‘Epic Wave’, un cierre bien conseguido para un álbum agotador, en el buen sentido de la palabra.
Lista de temas – tracklist:
- Tono Viejo
- Correvuela
- Drama West
- La Fiebre
- A Tope de Amor y Lujo
- Mulas Huyendo De Una Hostia Consagrada
- Essaouira
- Sierra Yeguas
- Lady Rolla
- Pincho Moruno
- Error 404
- 7+6
- Tres Culturas
- Mr. Reed
- Telemaster & DCaster
- Surfer Famara
- Epic Wave
Publicado el octubre 18, 2017 en Críticas Discos y etiquetado en Arizona Baby, Corizonas, Críticas Discos, Los Coronas. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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