Rammstein – Rammstein
Si ya de por sí me cuesta sacrificar muchos lanzamientos de discos de nuestras escena de los que me gustaría escribir, pero de los que no me da tiempo material, si añadiéramos el campo internacional la cosa sería todavía peor. Por eso, aunque mucho lo merecen, en estos siete años de RockSesión han sido pocos los discos ‘guiris’ (aquí no incluyo bandas latinas como Molotov, Bersuit, La Beriso, La Vela Puerca, Manu Chao, Andrés Calamaro, Bulldog, Tequila o Ariel Rot) que han pasado ‘el filtro’ y han roto la línea editorial de esta casa. Que yo recuerde, sin consultar, Muse, Bob Dylan, Bruce Springsteen y el homenaje a Leonard Cohen. Diez años después de su anterior disco de estudio, Rammstein se una a esa lista. Por la friolera de tiempo mencionado, porque han sido muchos los que me lo han pedido por distintas vías, porque es una de mis bandas favoritas y porque merece hacer varias consideraciones. Y porque cumplen 25 años de sobriedad ardiente. La diferencia con otras bandas es que los alemanes (siempre Till Lindemann, Richard Z. Kruspe, Christoph Schneider, Oliver Riedel, Paul H. Landers y Christian Lorenz) es que ellos no han parado de tocar nunca en directo (salvo en el sabático 2014) y por todo el mundo. Y aguantar diez años así sin disco… tiene más mérito si cabe, solo al alcance de los Stones (y Barón Rojo).
Lo primero que llama la atención de este Rammstein (tiene mucha relevancia el título del disco, puesto que puede que sea premeditación y alevosía titular así lo que puede ser su último trabajo de estudio en su carrera) es la disminución de la velocidad y una producción limpia que se aleja de territorios oscuros cimentados en la excesiva distorsión de guitarras de las que hacían gala en Liebe Ist Für Alle Da y, sobre todo, en Rosenrot. Cuestión de modas en el sonido, supongo, pero el caso es que esa nitidez da más brillo a la electrónica y teclados de Lorenz y, por tanto, nos empareja de alguna manera a los tiempos de Herzeleid y Sehnsucht. Sea como fuere, se trata solo de un marco inicial, puesto que en todo el metraje encontramos pedazos fácilmente identificables con cualquier época de un sexteto ya talludito. No olvidemos que Lindemann anda ya por los 56 años.
Once temas componen este epónimo disco que, si le falta grandiosidad a su título, se abre con ‘Deutschland’, otra declaración de intenciones y mirada de amor crítico a la identidad de un país que sería impensable en uno como el nuestro. “Quiero amarte y condenarte” y, claro, no faltan en el videoclip (siempre impresionantes, los suyos) referencias al pasado nazi. El riff de guitarra con la misma melodía de teclados es efectista marca de la casa, como el break antes de la coda final creciente. ‘Radio’, por su parte, recupera ese tempo marcial en la batería del que tanto ha bebido mis queridos Hora Zulú. La melodía principal de teclados, sobre la base limpia, recupera la tradición tecno de sus admirados Kraftwerk, un referente indiscutible.
En ‘Zeig Dich’ y su entrada lírica nos vienen a la memoria los arreglos de antaño del sobresaliente Mutter, quizá su disco más equilibrado entre el pasado y lo que vino después. Pero, ojo, que no acaba ahí. Cuando la guitarra entra en el estribillo… sí, el mismo sonido de ‘Asche Zu Asche’. Gloria bendita. Y por si faltaban retazos al tecno de los primeros discos, llega ‘Ausländer’ para terminar de dejar las cosas claras. Eso sí, su empeño en incluir frases en otros idiomas (recuerden la horrenda ‘Te Quiero, Puta’) empeora un poco el resultado. La primera parte se culmina con el punto cabaretero de ‘Sex’ (deudor de Manson, con quien compartieron escenario en varias ocasiones) que, pese al título, no llega a igualar el soberbio y pornográfico ‘Pussy’.
En punto central llega ‘Puppe’, que creo que es la mejor canción del álbum. Uno de esos medio tiempos crecientes hasta el grito y desgarro final, lleno de épica, lleno de sordidez y muerte, mezclando ese terror de infancia con la locura, ya bordado con ‘Mein Herz Brennt’. La fragilidad continúa en la emocional ‘Was Ich Liebe’, que viene a ser un “destrozo todo lo que toco”. Miedo al amor porque siempre se acaba estropeando. Para completar esta cruda triada, la balada ‘Diamant’ presenta otra letra excepcional, donde reconoce la belleza de la amada, comparada con un diamante o, lo que es lo mismo, una piedra, en suma. Los arreglos, sutiles de guitarras y efectos dejan brilla la corpórea voz de Lindemann, que se mueve como pez en el agua en estos registros.
Para el tramo final, la épica (recuerden, nunca con excesiva velocidad) regresa en ‘Weit Weg’, donde el efecto flanger se combina con un estribillo más melódico. Por su parte, la marcialidad rítmica todavía tendrá un nuevo desfile en ‘Tattoo’, con una nueva coda de sintes, para cerrar con ‘Hallomann’, un estruendo musculoso que deriva en fanfarria final, con solos virtuosos incluidos.
Un despedida ¿para siempre?
Lista de canciones – tracklist:
- Deutschland
- Radio
- Zeig Dich
- Ausländer
- Sex
- Puppe
- Was Ich Liebe
- Diamant
- Weit Weg
- Tattoo
- Hallomann
Publicado el junio 4, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Rammstein. Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.
Entre las bandas argentinas hay una que destaca mucho y no has mencionado…La Mancha de Rolando…Lamento que hagas reseñas de rock en otro idioma que no sea español y en alemán!!!!! que desde Du hast, no hay nada que destacar, esta vez ni me animo a escuchar el cd…que sigo enganchado a El azogue.
Porque las que he mencionado, son las que tienen crítica. La Mancha está en la lista junto con otras muchas latinoamericanas. Salud!
Pues a mí me parece que las bandas deben experimentar y engrandecer su sonido siendo siempre fieles a su esencia y Rammstein ha hecho eso en cada álbum. Muy satisfecha con este último álbum aunque, para ser sincera, todos me gustan, unos más y otros menos.
Está claro que la media es altísima.
Tengo días intentando escribir sobre el más reciente disco de Rammstein, pero vaya que me ha costado, y creo que todo se debe a todo lo que me imagine que traería este álbum cuando escuche su primer sencillo «Deutschland». Leer estas líneas que has compartido me hace comenzar de nuevo… volveré a escuchar cada una de las once canciones y veremos que pasa, aun hoy siente que Liebe Ist Für Alle Da tiene más genialidad. Saludos !!!
Me alegro de que la lectura te sirva para volver a intentarlo!