The Juergas Rock Festival 2022. Viernes, 5 de agosto

Aunque sobre el papel daba bajón el que no hubiera conciertos acústicos matutinos en el Paseo Marítimo, como sí ocurría en las anteriores ediciones del festival, lo cierto es que se agradeció ese descanso extra para las jornadas siguientes. Así, The Juergas Rock Festival celebró el segundo asalto de su octava edición el pasado viernes, comenzando, con las pilas bien cargadas pasadas las cinco y media de la tarde, con más de doce horas por delante y en las que desfilarían por el escenario Ira Rap, El Último Ke Zierre, The Toy Dolls, Soziedad Alkohólika, SFDK, Dubioza Kolektiv, Boikot y Gomad & Monster, recogiendo así el testigo de sus predecesores (Kaótiko, Mafalda, Los Chikos Del Maíz, Reincidentes, Lendakaris Muertos, Califato ¾ y The Guilty Brigade). Un día de lo más heterogéneo, también el más internacional y eso que el festival supo reaccionar rápido a la espantada de última hora de Moscow Death Brigade. Una jornada a la que se uniría, entre los ilustres asistentes como Ferrán de Exceso o Sergi de Terral, el cantante y guitarrista de Gritando En Silencio, Marcos Molina. En la tarde de ayer se hacía balance oficial de una edición que cifra en 40.000 las personas asistentes a lo largo de los tres días (ya saben, el que acude a todo el festival, se cuenta por tres). Lo mejor es que tanto el Ayuntamiento de Adra como Berrintxe han aprovechado para ratificar su compromiso para que el festival de música se quede en la ciudad milenaria para la novena edición. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión -EUKZ, The Toy Dolls, S.A., SFDK- y el resto es de la organización).

Arranque con mensaje feminista y antifascista por parte de Medea, Raisa, Sátira y Elvirus, el cuarteto que da vida al grupo Ira Rap, que con su crónica social, tan próxima por desgracia al realismo sucio. Ira presentaba su disco más reciente, El Duelo, con sus distintas fases establecidas, con guiños también a ya clásicos de su repertorio como ‘En La Boca Del Lobo’, ‘Peligro’ o ‘Mantenlo Patriarcal’. Con todo ello, el grupo conquistó a sus acólitos presentes aunque lo cierto es que la propuesta musical, quizá aislada con respecto al resto del cartel (por más que estuviera SFDK también por la noche) hizo que los más punk rockeros y metaleros se reservaran la entrada para el bloque de El Último Ke Zierre, The Toy Dolls y Soziedad Alkohólika.

Siempre es un gusto volver a encontrarse con EUKZ por esa explosiva combinación de letras combativas con otras de marcado carácter introspectivo y más personal. También por su ejecución y por las melodías vocales de Feo (alegría inmensa ver que ha vuelto al tono y velocidad de antaño), reforzadas con coros certeros y precisos. Había ganas de verles y lo cierto es que el concierto acabó pareciendo terriblemente corto por un no especificado retraso de algo más de quince minutos, lo que, conociendo el percal, significó tener que recortar cuatro o cinco temas del repertorio. Y de ahí sin duda muchas significativas ausencias (‘Tus Bragas’, ‘No Tengo Miedo, ‘¿A Dónde Vas?’…). Se agradeció el sabor añejo de la triada de inicio, con ‘Mal Camino’, ‘Olor A Muerte’ y ‘Camino De Rosas’, e incluso la sorpresa de la recuperación de ‘Refuckeado’, previo a ‘Insurgente’. Pero es en las canciones más proclives a sumarse al canto donde brilla EUKZ sobremanera. Ahí están ‘Altero Mi Cuerpo’, ‘Vuelta Al Infierno’ y la dinámica ‘Veneno’, como prueba. Lo que acabaría siendo la segunda parte del concierto incluyó otros temas infrecuentes que se han incorporado a la gira de este año (también al otro lado del charco) como ‘En Mi Cabeza’ o ‘Efímero’, entre las que se situaron las participantes ‘Canto’ y ‘A Cara De Perro’. El cierre del concierto llegaría, de forma abrupta, con ‘Fiesta o Duelo’, ‘Enganchados’ y las legendarias ‘Escupiré Jodidos’ y ‘Soldadito Español’.

Resulta curioso cómo el sector festivalero ha sido siempre muy crítico con la supuesta ‘inmovilidad’ de algunas bandas y artistas como Rosendo, Boikot o S.A., que suelen estar en los carteles con bastante asiduidad y, sin embargo, con The Toy Dolls se sea más benevolentes. Los británicos puede que sea el grupo más a mano y habitual para aportar ese carácter internacional que siempre reviste a un festival con un punto de distinción pero lo cierto es que su directo, sin duda divertido y con sonido de categoría, lleva siendo muy parecido bastantes años. Dicho esto, cuestionar las capacidades azuzadoras de Michael ‘Olga’ Algar es del todo estúpido. La imagen, que sigue funcionando por más que pasen los años, y sus melodías hedonistas y humorísticas continúan levantando polvareda (acierto el darles horario diurno). Canciones como ‘Fiery Jack’ o ‘Benny The Boxer’ son el calentamiento perfecto para el tramo glorioso esperado en todos y cada uno de sus conciertos, ‘The Lambrusco Kids’, ‘Nellie, The Elephant’ (por cierto, otro acierto el adelantarlo en el repertorio y no abusar de ‘reprises’ como en otras ocasiones) o ‘She Goes To Finos’, ‘Alec’s Gone’, ‘Heavy Cross’ o ‘Dig That Groove Baby’. Puntualidad excelsa y misión cumplida para un público que se lo bailó en grande desde la mesa de sonido hasta la primera línea.

Quien lo probó lo sabe. La preparación del escenario de Soziedad Alkohólika es el mejor ejemplo de todo lo que va a suceder. Si a las PA’s laterales se les suma el impresionante frontal de Marshalls que se apilan ante el gran telón con letras cada vez más grandes, los cañones de humo frío y los de llamaradas de fuego… Las luces… Es un ritual que te prepara para una brutal descarga de contundencia, que además tiene el repertorio idóneo para ello en el arranque, con cortes más metaleros y pesados, como ‘Polvo En Los Ojos’, ‘Alienado’, ‘Política Del Miedo’ o ‘Tiempos Oscuros’. En esa lenta pero constante readaptación de los repertorios, casi suena a nueva ‘Sueños Rotos’, más que ‘Sistema Antisocial’, pese a ser mucho más reciente. Un buen guiño para los seguidores que conocen a fondo su discografía. Es tras ‘Palomas y Buitres’ cuando se produce un ligero punto de inflexión y la velocidad y la base más hardcoreta comienza a hacerse fuerte. ‘Contra La Agresión, Castración’ recuerda los tiempos más apunkados, ‘Estado Enfermo’ los más melódicos, y ‘Ratas’ y ‘En El Tejao’ los más desoladores ante la represión. Como le pasa a Robe, Juan, antaño menos comunicativo, lleva años más ‘cariñoso’ y dicharachero, hasta el punto de que se coreó un “Alcohol, hemos venido a divertirnos” (puestos a ello, creo que deberían plantearse recuperar el ‘Cervezas y Porros’ que no cantan desde el directo del 99), antes de ‘Cienzia Asesina’ y su siempre fantástico aporte de armónica. ‘La Aventura Del Saber’ y la hímnica ‘Piedra Contra Tijera’ aligeran el peso de tótems como las más salvajes ‘S.H.A.K.T.A.L.E.’ y ‘Civilización Degeneración’. De cierre, la escalera de color de ‘Cuando Nada Vale Nada’, ‘Motxalo’ y ‘Nos Vimos En Berlín’, tan previsibles como imprescindibles.

En mi particular relación con el hip hop y el rap, a SFDK comencé a meterles mano tras trabajarme la discografía de Toteking, con motivo de la entrevista que le hice el año pasado en Escenario Literario, a cuenta de su disco Búnker: Memorias De Encierro, Rimas y Tiburones Blancos y reconozco que tenía curiosidad por verles en directo. (En el Viña siempre me solían coincidir con algún cabeza de cartel del escenario ‘metálico’), que ya me vale después de sus casi tres décadas. El caso es que me convencieron con la actitud de estrellas del rock, con la energía de cualquier banda jaranera y con una entrega y calidad incuestionable. Desde ‘Sin Miedo A Vivir’, pasando por ‘Cara B’, ‘Lo Que Importa’, ‘Twitter’ o ‘Lo Intento’. Un concierto seguido con atención hasta por casi la totalidad de S.A. desde la zona elevada del recinto. Curiosas relaciones, si tenemos en cuenta que en el mismo festival Rozalén veía la actuación de S.A. años atrás. La bendita interrelación de la música más allá de géneros. Tras ‘El Liricista En El Tejado’, Zatu y Acción Sánchez tendrían un recuerdo para el ‘Chúpala’ de Dogma Crew, como más adelante lo tuvieron con Kase.O y su ‘Ringui Dingui’. Una escalada final donde no faltaron ni ‘Ovarios y Pelotas’, diciendo que ‘Yo Estuve Allí’ en los ‘Años Muertos’ y acabar cantando a coro ‘Un Pobre Con Dinero’. De nota.

Con su habitual equipación deportiva amarilla y negra, los bosnios (aunque realmente sus integrantes son de varios países) Dubioza Kolektiv recogieron el testigo de SFDK con el reto de que el nivel no decayese. Lo consiguieron y de qué manera. Me comentaba un día mi buen amigo Robe, trompetista de Trashtucada, sobre la importancia de las dinámicas en grupos de corte festivo como ellos, a colación de bandas como La Pegatina, Fanfare Ciocarlia, Manu Chao y otros tantos. En el caso de Dubioza la fórmula es la siguiente: no hay descanso. El numeroso combo arrancó a morder desde el inicio con ‘USA’, siguió su escalada de síncopas y diversión junto a melodías balcánicas hasta llegar a los toques electrónicos de ‘Minimal’ o a mismísima Eurovisión con la futurista ‘Euro Song’. Tamizado todo con una inmensa capa de humor, de coreografías según el caso, o la aparición del primo de Yoni El Robot de Narco en forma de Robby Megabyte en ‘Take My Job Away’, o también un amplio abanico de cartelería para facilitar la comunicación. Así, entre más pasajes de rock, ska, dub y hip hop, la noche tendría espacio también para el cover de ‘Don’t Worry Be Happy’, para acabar con ‘Balkan Funk’ y ‘No Escape (From Balkan)’.

Más madera. Con el generoso espectáculo de luz, sonido y sorpresas visuales que les viene caracterizando en los últimos años (hay que agradecer el esfuerzo de determinadas bandas por ir más allá y dar un salto de calidad en este sentido), Boikot parece ‘fichar’ cada vez que se sube a un escenario pero es que es lo que tiene tenérselo tan currado. Poco se le puede achacar nunca en cuanto a entrega más allá de que puedan tener una noche más o menos inspirada. Y es que, también objetivamente, su música hace tiempo que va más allá de una sucesión de rasgueos y proclamas, desde los cambiantes compases de batería, pasando por la base del bajo en los momentos metaleros, la convivencia entre técnica y furia de las guitarras, a lo que se suma el añadido de vientos, acordeón, percusiones extra, programaciones… Un nivel altísimo que no hay que desdeñar por muy familiar que nos resulte ya. ‘Jarama’, ‘Inés’, ‘Naita Na’ o ‘Sin Tiempo Para Respirar’ abrieron la contienda. Un repertorio bastante fiable y constante que, pese a todo presenta una combinación que le hace sonar más fresco, como la mezcla balcánica de ‘Bubamara’, la celta de ‘Gasolina, Vidrio y Mecha’ o, el punto fuerte más novedoso, ‘Alma Guerrera, Ni Una Menos’, canción coral como ya hicieran en ‘Hablarán Las Calles’ o en la primera de ellas, ‘Stop Criminalización’, ésta fuera del setlist desde hace un tiempo. Con el lleno del día (junto a S.A.), no faltarían tampoco las clásicas de La Ruta, ‘Korsakov’ o ‘No Pasarán’.

El cierre, como apuntaba, lo darían la gente de Gomad & Monster, a los que sacrifiqué, eso sí, con el respeto debido por esa entrada de urgencia para suplir a Moscow Death Brigade.

Así fue el jueves, día 4.

Así fue el sábado, día 6.

Publicado el agosto 9, 2022 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.

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