The Juergas Rock Festival 2022. Jueves, 4 de agosto
Como otros muchos festivales de la temporada de primavera y verano, tres añitos ha habido que esperar para volver a una edición normalizada de The Juergas Rock Festival, que ha desarrollado su octava edición este pasado fin de semana, del 4 al 6 de agosto, en la costera localidad almeriense de Adra. Con un cartel ‘cortito y al pie’, sin solapamientos de horarios, ni escenarios alternativos por la mañana… Directo al grano con una selección de punk rock, rap, algo de metal y otro tanto de lo que podríamos resumir como ‘mestizaje’. Todo sopló a favor en una edición que venía a representar el reto definitivo, una especie de todo o nada. En primer lugar por la propia incertidumbre post pandémica y, en segundo, también por venir de una edición, la del 2019, que fue muy complicada por sí misma debido a los ‘cambios de poderes’ que hubo en la dirección y producción del evento. Con constancia y con la experiencia que atesoran ya a sus espaldas con citas similares en todo el país, Berrintxe Producciones da por más que asentado ya su desembarco en Adra con una edición que ha despachado en torno a más de 2.000 entradas más en cada jornada con respecto a la complicada cita de hace tres años. Buen ambiente, poco sobresalto y bien en las esperas de la prestación de los distintos servicios, el único aspecto mejorable quizá pueda ser en lo relacionado al sonido, con una PA muy solvente en la parte frontal, pero algo menor en los laterales. Aunque también es cierto que esta deficiencia solo afecto a una cuarta parte de las bandas. Cubrimos, por tanto, nuestra octava edición consecutiva (seguimos de pleno), el jueves viendo a Kaótiko, Mafalda, Los Chikos Del Maíz, Reincidentes, Lendakaris Muertos, Califato ¾ y un poco de The Guilty Brigade. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión, excepto The Guilty Brigade, de la organización).
El honor de abrir esta octava edición fue para Kaótiko, que registró, posiblemente, la mejor entrada de estreno de toda la historia del festival. Que la calidad del último disco de turno fluctúe importa menos en bandas como la alavesa cuando los directos siguen siendo igual de explosivos y contundentes que siempre. Con un siempre certero Aguayiko, la conocida prestancia vocal de Jon y la solidez del resto del combo, Kaótiko solo tiene que sacar a pasear la ‘Adrenalina’ de temas como ‘Psycho’, ‘Sucio Criminal’ o recuperar ‘Su Falso Mundo’ de los tiempos de Kaos Etíliko para tener a los suyos remando a favor. En la segunda parte, tras ‘Fuera De Juego’ y ‘Paranoia’, aguantó bien la convivencia con los clásicos el tema ‘Inspiración’ (considero que la mejor de su último trabajo) para después recuperar su revisión del ‘No Somos Nada’ de La Polla Records. Con algo ya de tregua en los rigores del estío, ‘Juerga’ (casi un himno apócrifo ya para el festival), ‘Oh, Caroline!’ y ‘Otra Noche’ cerraron con lustre otra solvente actuación.
También se ha hecho frecuente ver a Mafalda en el cartel del Juergas. Buena señal para ambas partes, sobre todo en señal de compromiso al que, sin duda, es uno de los grupos más valientes y arriesgados de este circuito alternativo. Mientras que podrían haberse acomodado en repetir fórmulas musicales de éxito y en clonar el mismo mensaje con diferente embalaje, el numeroso combo levantino, pese a su todavía insultante juventud, ha presentado en Les Infelices un disco que confirma que, ante todo, son un grupo en constante movimiento y sin límites en la creatividad. Lejos de hacer un repertorio complaciente, también demostraron esas múltiples texturas sonoras de sus temas nuevos, como ‘Haw Haw!’, ‘Los Chicos No Lloran’, la propia ‘Les Infelices’, ‘Cura Sana’ o hasta incluso ese verso suelto llamado ‘X’ con el que celebraron aniversario. Entre ellos se colaron, además de un guiño al ‘Come Together’ beatle, temas como ‘En Guerra’, la naturalista ‘Agua Negra’, ‘Las Que Faltan’ o, cómo no, ‘La Llorona’. Gran concierto que se vio coger a contrapié a seguidores menos informados, pero que, objetivamente, sigue demostrando la pasta infrecuente de la que están hechos.
Ustedes ya saben que lo mío con el hip hop es una relación ocasional y puntual pero, aunque los prefiero en su formato distorsionado con la suma de Habeas Corpus en Riot Propaganda, sí que tenía curiosidad por ver cómo le habían sentado los años a Los Chikos del Maíz, que además volvían a Adra ya en terrenos nocturnos después de que su anterior visita fuera a horas tempraneras rigurosas. Además, era una de esas cuentas pendientes personales que uno se fija a sí mismo, después de la entrevista que compartí con Toni Mejías en el Festival Literario Salitre, de Valencia, en noviembre del año pasado, a cuenta de su libro frente a la anorexia, ‘Hambre’. Junto con Nega y Dj Plan B, el trío descargó todo la verborrea aplaudida de los últimos años, con buena dinámica y una colección de bases y sonidos tan elegante como heterodoxa, lo que quizá sea el recurso que haga su actuación me acabe convenciendo. Empezaron con el repertorio habitual, entrando por ‘El Extraño Viaje’, para continuar con ‘No Es País Para Viejos’, ‘La Estanquera de Saigón’ o ‘No Pasarán’ y viajar a esa ‘Comanchería’ tan contundente. Tras el interludio, todavía brillaría la profunda ironía de ‘Libreros’ (aka ‘El Peluquín Sociata’) antes de abrir la traca de clásicos que finalizaría desembocando en la ‘Anatomía De Un Asesinato’. Como curiosidad, la inclusión de un par de a capelas inéditos, puesto que el dúo ya anda trabajando en una docena de temas para un nuevo álbum.
Desde hace muchos años, apostar por Reincidentes en un festival es garantía de fiabilidad en cuanto a cantidad de público. Tampoco podemos dudar a estas alturas de su prestancia musical, pero sí que podría haber cierta incertidumbre para quienes todavía no les habíamos visto tras la marcha de Finito de Badajoz y la entrada en su lugar de Javi Chispes de Maniática y Banda Jachís, un viejo amigo sempiterno de los sevillanos, vía Villena. En el porte escénico la verdad es que la diferencia es poca, puesto que las maneras enjutas y el brillo de la melena es exactamente la misma, si bien es cierto que los engranajes, como es lógico, no están igual de conjuntados. ‘Grana y Oro’, ‘Un Día Más’ o la oda al género de ‘Rock and Roll’ sirvieron de piedra de toque para una accidentada actuación ya que, además de los típicos ajustes iniciales, el grupo llegó a parar el concierto por una lesión fortuita entre el público. Vayamos a las cosas menos frecuentes… Como la recuperación de ‘Poema Social de Guerra y Muerte’ o ‘En El Desguace’, la inclusión del ‘Hijos De La Calle’, escrita por Capitán Cobarde y compartida en ese split conjunto, la versión de un tema de Maniática (‘Lo Que Nos Queda’), o la del disco de homenaje a Boni, ‘Explosivo’, para quien hubo ovación y besos al aire. También destacó la presentación de ‘Ay, Dolores’, asegurando que “si tuviéramos que elegir una canción que no tuviéramos que cantar más porque ya está superado su mensaje, sería ésta”. De entre los clásicos, tuvimos ‘Nazis Nunca Más’, ‘Latinoamérica’, ‘Aprendiendo a Luchar’ o ‘Jartos de Aguantar’ en la primera parte, y otros como ‘Vicio’, ‘La Ciudad de los Sueños’, ‘Cucaracha Blanca’, el ‘Jornaleros’ y ‘Andalucía Entera’ en la segunda.
También llegaba a Adra con savia nueva en sus filas la familia de Lendakaris Muertos, con Iván Carmona (The Guilty Brigade), que entró al grupo tras la salida de Joxemi de Ska-P. Todo sigue oliendo igual en Dinamarca en cualquier caso porque la banda del oso panda sigue siendo garantía de la locura más absoluta en cada una de sus actuaciones. Y no sé cómo lo consiguieron, pero ese desbarre medido tuvo en esta edición del Juergas una de sus noches más descontroladas que les recuerdo. Salidas de escenario, de tempo, decenas de disfraces, besos gaztetxeros con casi más de media primera fila, canciones interpretadas casi en su integridad por gente del público y un momento en el que hasta incluso el batería estuvo casi cinco minutos solo en el escenario mientras el resto de los integrantes andaba metido entre el foso y la marabunta. Con todos estos ingredientes, ¿acaso importa el repertorio? Podríamos decirlo íntegro pero, como datos más destacados, apuntamos que ‘Miguel Bosé’ y ‘Chivato Del Balcón’ son los temas más recientes que, del lado contrario, se mantienen añejos como ‘Dame Punk’, ‘En Esto Por Las Drogas’, ‘El Último Txakurra’, ‘Detector de Gilipolleces’ o ‘Pasao de Rosca’ incluso en la primera parte del concierto. Que descoloca un tanto la doble sesión de ‘Urrusolo Sistiaga’ y que ‘Centro Comercial’, ‘Ni Sí Ni No’, el doble ‘Modo Dios/Diosa’ y ‘Oso Panda’ siguen haciendo estragos. Musicalmente no fue su mejor noche, pero hicieron reír como siempre y más allá.
Con el ambiente ‘calentito’, se acercaba el turno de uno de los grupos más esperados de la noche, si tenemos en cuenta que ‘su boom’ llegó casi con la pandemia y que todavía son muchos los festivales que tienen que desprecintar el tarro de las esencias de Califato ¾. Su mezcla de flamencos y arabescos con música electrónica tienen pólvora festivalera y así lo demostraron en un concierto que fue de menos a más ya que tras la intro hiper percutida de ‘Indiô der çûh’ llegaría una ‘Çambra der Huebê Çanto’ algo deslucida. Pese a todo, como las grandes remontadas, el concierto comenzó a despegar con la entrada de Roxana Pappalardo y la mejora del sonido, un mucho mejor y más centrado Manuel Chaparro, imprescindible en sus narraciones y arengas, el ejemplo de versatilidad extrema de Curro Morales, y la base combustible de Sergio Ruiz, Esteban Espada, Lorenzo Soria y Guillermo Iniesta. A tempo cabal, ‘Buleríâ del Aire Acondiçionao’ y la jota jiennense ‘En bûcca y câttura’ centraron el asunto para ese surrealista momento que sigue ofreciendo las magníficas sevillanas ‘Pascual Márquez, 33’. Tras la ligera ‘Canalita En Rama’, sonó furiosa ‘La Puerta’, versión remezclada del tema de Le Parody, con guiño a Triana incluido, tan vibrante como el de Enrique Morente en ‘La Bía En Roça’. Tras ‘Alegríâ De La Alamea’, llegaría la gran sorpresa de la noche con una gran versión de ‘Historia De Un Amor’, el tema que Califato versión con La Cebolla, Negro Jari y Tomasito en el documental reciente sobre Lola Flores. Para los bises, ‘Crîtto de lâ Nabahâ’ y la versión psicotrópica del ‘Înno de Andaluçía’, aquelarre final.
Recogiendo velas, aun pude comprobar por qué junto a Crim, Sinaia o Free City, y herederos de la escuela Rat-Zinger o Non Servium, The Guilty Brigade es una de las bandas de la última generación más recomendables para los terrenos de punk rock más contundente, tan afilados como un grupo metalero y tan veloces como cualquier grupo de hardcore. Temas tan certeros como ‘Arrancaré Tu Corazón’, ‘Cadáveres En La Tierra’, ‘Sigo Siendo – El Loco’ o ‘Niños Dinamita’ dejaron el eco de la distorsión y la potencia en niveles bien altos a las seis de la madrugada. Tal y como hice con los citados en el párrafo, les voy debiendo una crítica para el próximo lanzamiento.
Publicado el agosto 8, 2022 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Califato ¾, Crónicas Conciertos, Kaótiko, Lendakaris Muertos, Los Chikos Del Maíz, Mafalda, Reincidentes, The Guilty Brigade, The Juergas Rock Festival. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
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