The Juergas Rock Festival 2022. Sábado, 6 de agosto

Aunque he tenido centenares de conciertos estos años pandémicos, muchos de ellos tan de continuo que a veces parece que vivo en un festival constante, según la temporada, es cierto que The Juergas Rock 2022 ha permitido recuperar esas sensaciones ‘maratonianas’ de afrontar tres días de más de 10 horas de trabajo diario. Una percepción que se hizo más palpable si cabe en la tercera de las sesiones, la del sábado, 6 de agosto. Así, tras venir de cubrir el jueves a Kaótiko, Mafalda, Los Chikos Del Maíz, Reincidentes, Lendakaris Muertos, Califato ¾ y The Guilty Brigade, y el viernes a Ira Rap, El Último Ke Zierre, The Toy Dolls, Soziedad Alkohólika, SFDK, Dubioza Kolektiv, Boikot y Gomad & Monster, llegaba el momento de un tercer round, en este caso con poca concesión al descanso. En el cartel: Xavi Sarriá, Tropa Do Carallo, Segismundo Toxicómano, La Pegatina, Zoo, Desakato, Los De Marras y Nativa. Se cerraba así una edición que ha sido tomada por todos como un encauzamiento satisfactorio, por todo lo que ya indicaba el jueves. La nueva organización ha dado con la tecla, el ayuntamiento y los vecinos siguen encantados con la causa y el público estuvo a la altura con 2.000 entradas más al día con respecto a la edición de 2019. Hasta en lo tecnológico con las pulseras de Idasfest, habituales en otros festivales como Mad Cool, Medusa Festival o Viña Rock. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión, excepto Los De Marras y Nativa, que son de la organización).

A Xavi Sarrià hay que agradecerle ante todo su valentía y su compromiso. Valentía por, junto a Miquel Gironés, decidir parar una maquinaria que no paraba de crecer como Obrint Pas, que fueron, ellos y no otros, los que rompieron todo tipo de fronteras y limitaciones del ‘sonido valenciano’ para convertirlo en una tendencia que acabarían aprovechando nombres como La Gossa Sorda o los mismísimos La Raíz. Así quedaba plasmado a comienzos de esta segunda década de milenio en todos los festivales. Y su compromiso porque, pase lo que pase, sus inquietudes políticas, los mensajes de sus canciones los ha llevado a la práctica con acción política. Por eso, era un poco previsible que su actuación, a las cinco de la tarde, no fuera la más multitudinaria del festival (quizá fue la que menos) pero, al igual que ocurre con las propuestas culturales minoritarias, son necesarias. Basando su repertorio en las canciones de su nuevo disco, Causa, Sarrià y su combo mostró esa querencia entre el ska y los sonidos de folk rock que capitaliza la dulzaina y las flautas. Apenas hubo un guiño a la banda madre y destacaron canciones como ‘No s’apaguen les estreles’, inspirada en el asesinato de Guillem, un joven de Burjassot a manos de neonazis, recordando el refrán popular valenciano de “Por mucho que sople el viento, no se apagan las estrellas”.

Otro vocalista que no se arruga, aunque eso lo sabemos desde hace mucho tiempo, es Evaristo. Que tras el divorcio abrupto con Gatillazo, a sus sesenta velas, decida empezar de cero con una banda llamada Tropa Do Carallo, cuando podría crear una banda de auto-tributo e hincharse a más conciertos repasando el repertorio de La Polla Records, es un ejemplo de la pasta y madera de la que está hecho el protagonista. Escoltado por Abel (un placer haberle saludado, como a toda la familia de la banda que tanto me cariño me demuestra siempre) recuperado a la causa musical tras la gira de reunión de LPR, y con Tripi, habitual desde hace más de dos décadas en todos sus grupos, y con la savia nueva de Alberto Salgado y Kako a las guitarras, Evaristo repasó casi la totalidad de su debut en Qué Hostias Andáis! y algunas pinceladas de La Polla, The Kagas y The Meas. Efectivamente, de Gatillazo no. En aras de facilitar las cosas, eso sí, el disco se presenta casi en la misma disposición y orden, intercalando las retrospectivas entre ellos. Por eso no es extraño que de una tacada sonaran ‘Vente A La Mierda’, ‘…O Esclavos’, ‘Un Cigarrito Para Humphrey Bogart’ y ‘Sálvame Patata’, con ‘Delincuencia’ y ‘Maigenerasión’ como bombas incendiarias. Y es que no hace falta mucho más que ver a Evaristo por el escenario, tan jovial y dicharachero como siempre, con unas hechuras musicales menos aceleradas y más rolleras, quizá más propias de una nueva etapa en ciernes y, por qué no decirlo, recuperando también algo de la esencia primigenia de los primeros años de carrera. Al final, como es habitual también, por bloques de seis, Tropa De Carallo puso pica en nuevo festival y pinta a largo recorrido. Entre los regalos mencionados (que intuyo que se irán reduciendo conforme lleguen nuevos discos) hay que destacar que el ‘Underdog’ de The Kagas, ‘Perros de Prensa’ de The Meas, el mantenimiento de ‘Odio A Los Partidos’ y ese ‘El Avestruz’ que levantó pasiones antes de la despedida con ‘Hoy Vamos A Explicar La Palabra Feo’ y ‘Obediencia’.

No cambiamos mucho ni en geografía ni en estilo, puesto que Segismundo Toxicómano eran los encargados de recoger el testigo. Con el cuarteto inconfundible que les ha hecho más grandes, esto es Placi, Gabi, Peke y Arnaiz, ‘los Segis’ salieron a arrasar como suelen, con ese punto hardcoreta melódico y de punk de alta graduación con coros y guitarras pegadizas. Tuvieron mala suerte con Sangre Fácil, su último disco, que salió apenas tres o cuatro meses antes de la explosión pandémica y le impidió un desarrollo natural a las canciones que deberán pelear hacerse un sitio ahora, casi tres años después. ‘Muérete’ abría la contienda y también sonarían ‘Antihéroes’ o ‘Gloria’, pero es en los himnos donde la respuesta se multiplica. ‘Pordioseros’, ‘Una Bala’ y ‘Hoy Como Ayer’ fueron los primeros ‘tótems’ en hacer acto de presencia con otras de la trilogía como ‘En Este Infierno’ o ‘En Un Minuto’. (De aquellas eché en falta ‘Electroshock’, ¿o sí sonó?). En la escala final, que tuvieron que recortar en un par de temas, se celebraron con la profusión de alegría y cánticos habituales temas como ‘Mi Vida’ y ‘Por Ti’, mientras que echaban más furia con las combativas ‘Último Asalto’ o ‘Sospechosos’. Para terminar, recordaron que ‘Las Noches Siguen Sabiendo A Sangre’, hicieron bailar al respetable al ritmo de ‘Las Drogas’ y hasta recuperaron la versión de ‘Botes De Humo’ de Cicatriz, para terminar con el outro con la canción de ‘La Vida De Brian’ de los Monty Python.

Con su nuevo disco publicado hace apenas tres meses, La Pegatina volvía a The Juergas con hechuras de ser considerado como el cabeza de cartel en todos los sentidos. Quizá por la cercanía y por la asunción de galones, no cargaron demasiado las tintas en ello y apenas ‘Nothing But A Lie’ o ‘Corea Del Sur’ sonaron en una actuación que, en cualquier caso, fue de menos a más de manera muy patente. ‘Como Se Hacen Las Flores’ y ‘Mama’ sonaron en el arranque antes del primer giro de tuerca con ‘Y Volar’.  Pero como todo el mundo sabe, es en los popurrís y remezclas concatenadas donde la banda de Adrià Salas, Rubén Sierra y compañía se hace grande, sobre todo cuando además regalan piezas populares como las ‘Corazón Espinado’ o ‘Let’s Get Loud’ que sucedieron a ‘Contando Lunares’. No hubo que esperar demasiado para el siguiente, con ‘Despierto’, ‘La Vida Es Un Carnaval’, ‘Muérdeme’ y la añeja ‘Tomasín’. Luz, color, algarabía y una noche entrando en plenitud con la rumba catalana y festiva de una banda que no da concesión a la nostalgia. La también novel ‘Yo Quiero Bailar’ abría la traca final hacia una progresión final azuzada con la veloz ‘No Som D’aquí’ y continuada con un alocado medley con ‘Mi Gran Noche’ incluida. Quedaban los bises esperados, con ‘Maricarmen’, con ese videoclip grabado en la localidad almeriense de Fiñana, y ‘Lloverá y yo veré’ que concluyó con el habitual estallido de serpentinas y aderezos festivos. La Pegatina va a piñón fijo y su concierto siempre cumple las expectativas de los suyos.

La anterior dirección de The Juergas Rock fue valiente en su día llevando a Zoo al cartel en lo que fue casi uno de los primeros festivales y conciertos del grupo en Andalucía del grupo, allá por 2016. Repitieron en 2018 y lo volvieron a hacer ahora en 2022, consolidados como una banda de referencia en la escena alternativa, rompiendo esas barreras idiomáticas, aunque a veces no es el único motivo. Por dar un ejemplo, a Los De Marras también les costó entrar en el sur hasta bien cimentado su éxito. Lo hacían por primera vez en un horario ‘prime time’, lejos del cierre de última hora a la que se solían ver relegados. Y sin grandes alardes pero con una ejecución muy fiel a lo que se escucha en sus discos, Zoo convenció tanto en los temas más recientes, como ‘Avant’, ‘Tir Al Ninot’ o ‘La Del Fútbol’, que protagonizaron el arranque, como con las miradas retrospectivas al ‘#Faena’ o ‘El Cap Per Avall’. Lo cierto es que apenas unos movimientos laterales y unas pocas coreografías le valen a Zoo para atraer la visión del personal, gracias al carisma escénico que desprende Panxo, en una actitud que por momentos hasta parece recordarnos a Aitor Velázquez. O quizá sea que he echado bastante de menos a Hora Zulú este año. Tras la azucarada ‘Llepolies’ y ‘Sereno’ el concierto se rubricaría con la celebrada ‘Ventiladors’ y, por supuesto, ‘Tobogán’, que confirma las hechuras de himno que tenía desde la primera escucha, aunque considero que el final desluce en directo.

Muchos recuerdos los que evoca Desakato que volvía a un festival donde ha firmado varias de las páginas más épicas de su historia. Tanto como un épico año (el segundo) en el que tocaron apenas 30 minutos después de entrar con la furgoneta desde Asturias, llegando casi sobre la bocina, hasta algunas imágenes icónicas tanto en polvareda como con manguera mediante (algunas las podéis ver en las crónicas de dichas ediciones en la web). Además de eso, Desakato fue la primera banda en España que se lio la manta a la cabeza para realizar un concierto en streaming de pago, con una producción cuidada, con el objetivo de ayudar y mover a todo el equipo que les acompaña y que realiza el trabajo que no se ve delante de los focos. Pagamos entrada y os contamos también aquí aquel concierto. Con todos estos ingredientes, confirmamos que el tiempo parece no haber pasado por el grupo, que sigue destilando energía, contundencia, melodía y arreglos que les hace ser diferentes al tipo medio de nuestra escena. Abrieron con ‘Volcán’ y pronto golpearían fuerte con ‘Octubres Rotos’ y ‘La Ira de los Hambrientos’ tras la que vendrían otras celebradas como ‘Nuestro Legado’, ‘Tiempo De Cobardes’, ‘La Cura o ‘Sombras’. La puesta en escena de Desakato ha ganado personalidad con la colocación de la batería a un lateral y delante, como un músico más, como también con el progresivo aumento de PA’s propios que les va a acercando progresivamente a esa muralla de S.A. de la que hablamos siempre. Un Nano, por cierto, que me fue muy elogiado por parte de Tripi, baterista de Evaristo. Acierta el grupo en adelantar la presencia de ‘Cada Vez’ ya que todavía quedaría mucho que cortar hasta el final, aumentando pulsaciones con el trallazo de un minuto de ‘Carta De Un Paria’, con ‘Fueu y Solombres’ o ‘La Tormenta’, siempre épica. Para cerrar, ‘Pánico En Frankfurt’ y ‘Cuando Salga El Sol’ para terminar de rendir a The Juergas una vez más a sus pies.

Escuchar a Los De Marras es como coger un corazón, meterlo en el reproductor y darle al play. Todo lo que escucharemos será pura transparencia. El mayor o menor grado de visceralidad de las canciones, la mayor o menor cantidad de poética, vendrá determinada más por el estado de ánimo en el que fueron escritas las canciones que en un intento impostado de nada. Con ellos no hay ni trampa ni cartón. Eso es así desde su nacimiento y el público ha sabido verlo en una última década de escalada progresiva que le lleva a ser considerados un plato fuerte en el reparto horario, alejándose un poco más de las intempestivas horas diurnas. Ocurrió así en Viña Rock y también lo está haciendo poco en otros festivales, como The Juergas Rock. Y no hay más secreto que cantar con emoción, con un rock no tan limpio como otras formaciones del género, pero sí muy empático. Agustín, su trío de guitarras, bajista y batería disfrutan la miel con la gratitud de quien sabe cuánto ha costado llegar ‘A Tu Vera’. Un concierto de Los De Marras es una sacudida de emociones que a uno, según el estado de ánimo, le puede dejar muy tocado. Lo digo con conocimiento de causa y por no entrar en más detalle, pero quien me conoce lo sabe. Al menos, el buen sabor de boca final con temas como ‘Compadre’, ‘Malabares’ o la terna final de ‘Ruido’, ‘Sexo En La Calle’ y ‘Hoy’ deja las espadas en lo alto de manera curativa.

En una jornada tremendamente levantina (Sarrià, Zoo, La Pegatina, Los De Marras…) por aquello de potenciar la venta de entradas ‘por día’, llegaba todavía Nativa, la banda que reúne a mayor cantidad de ex integrantes de La Raíz, a dar más madera. Concierto, que me disculpen, que escuché empezar de retirada, quedándome mi deuda personal registrada para futuras ocasiones.

Como apunte final, ya que he hecho referencia antes a lo de Idasfest, como friki que soy de los números, anda que no sería un ejercicio de transparencia que se hicieran públicos los datos de asistencia y consumo en barra de cada uno de los conciertos. Seguro que nos llevaríamos más de una sorpresa o se podrían hacer ejercicios comparativos hasta por estilo.

Con datos o no, si no estamos cubriendo la novena edición de The Juergas Rock en 2023 que sea por mi culpa.

Así fue el jueves, día 4.

Así fue el viernes, día 5.

Publicado el agosto 10, 2022 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.

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