Nativa – Nativa
Cuando entrevisté a Pablo Sánchez para el tema de portada de la revista Rock Estatal, con motivo de la despedida de La Raíz, antes de su parón indefinido, le pregunté si ese parón significaba una retirada total de ‘la música y la creación’. Su respuesta ya dejó entrever cuál sería el futuro a medio plazo: ¿el parón descarta que, a partir de 2019, alguno de los componentes de La Raíz, si lo desea, pueda embarcarse en un proyecto musical en solitario o diferente?: “El parón no descarta nada. Es imposible que estos once componentes dejen de hacer ruido. Es imposible que dejemos la música, ya se ha convertido en nuestra vida y no podemos elegirlo. Desde la mañana a la noche muchos de nosotros tenemos ganas de hacer música, lo hemos hecho durante La Raíz y lo seguiremos haciendo, lo que no somos capaces de responder es hasta qué punto se convertirá eso en un proyecto al margen o seguirá canalizándose hacia la banda. Dejamos todas las puertas abiertas”. Y por esas puertas, el primero en aparecer fue el guitarrista Juan Zanza con Valira. Después supimos que Julio Maloa se embarcaba en Boikot. Y que Felipe Torres hacia lo propio en Fukushima. Los últimos en dar noticias son Nativa, que reúne a buena parte del conjunto original. Adri Baus (bajista), Xavi Banyuls (trombón), Edu Soldevilla (guitarra) y Sen-K y, de nuevo, Julio Maloa en las voces. Nos faltan todavía algunos, entre ellos los vocalistas ‘Pancho’ y Pablo Sánchez… Aunque del segundo pronto tendremos noticias. Por el momento, vamos con Nativa.
En algún sitio lo dejé escrito, pero resumo. A La Raíz le cogí el punto gracias a la peticiones que hago en twitter los jueves, cuando abro la veda para que los cinco primeros elijan un disco del que hacer una ‘tuitcrítica’. Esto es, dos o tres tuits sobre el disco elegido. Así me llegó en su día la petición de El Lado De Los Rebeldes, antes del ‘bombazo’, incluso, que posteriormente tendría ese álbum y que me llevó, pocos meses después, a comenzar a encontrarme con La Raíz en numerosos festivales de formato pequeño (de los de día, Gazpatxo, Albox Rock…). Lo que más me gustó y resalté de esas escuchas fue el carácter ‘latino’ y cálido de muchas de sus canciones. El lado bailable que sonaba a trópico, reggae no cansino, a toalla, a agua. Matices que, en términos generales, se ha ido perdiendo con el paso de los álbumes, al paso que se ganaba en discurso contestatario, en épica de los vientos-metales y en algo más de distorsión.
Bien, partiendo de ese inicio, Nativa viene, claramente, a refrescar esas sensaciones que tan bien funcionaban en esos primeros tiempos. Lo hacen haciendo más lírica la crítica social, que sigue estando y mucho, pero el protagonismo viene de las bases y los ritmos que buscan en buena parte del disco, el baile del personal, con una fina capa de electrónica, que en ningún momento aprietan tanto como pudiera hacer Zoo, manteniendo con elegancia todo en un territorio bastante orgánico, menos maquinal.
En esos terrenos, claro, las voces de Julio Maloa, ágil en la melodía, y la de Sen-K, que hace de la nasalidad de los fraseos una auténtica virtud, vienen como anillo al dedo. Consiguiendo además una pulcritud para que el menos sea más. Esa es quizá la grandísima virtud de este álbum, que, pese a saber de dónde vienen sus cinco componentes, ni abusan de grandilocuencias, ni de recursos, ni de estridencias. La naturalidad es lo que prima en un notable estreno. Posiblemente el sonido le aleje de festivales de guitarras más ‘al uso’, pero le puede abrir otras puertas a otro tipo de carteles.
En cualquier caso, van poco a poco porque las primeras fechas apuestan por salas de pequeño o mediano formato. Y eso me alegra, que tampoco hay delirios de grandeza, paso a paso, a curtirse en salas y que luego la temporada de festivales marque la rumba que (me consta) ya están cerrados para varios, aunque todavía no se haya anunciado.
El disco fue grabado por Arturo Arias en Soundkeys Studio de El Verger, Alicante. La producción ha corrido a cargo de Adri Faus y Genís Trani durante noviembre de 2018 y agosto de 2019. Trani lo mezcla también en Terrassa, mientras que el mastering lo firma Alex Psadourakis en Nueva York.
‘Mundo Enfermo’ viene a ser una puesta en situación del contexto general de nuestro alrededor y de lo que encontraremos en los algo más de cuarenta minutos de viaje de su docena de canciones. Un pseudo reggae que da paso al primero de los singles, ‘Rua Na Selva’, mucho más animosa y con una melodía vocal y musical en el puente efectiva y una escala en el estribillo más adictiva si cabe. ‘Balas de Cristal’ pauta mucho más los tempos rítmicos y lo adorna con un punto de vientos y una sutil base trip hop. Y la cadencia se hace más estilosa si cabe (quizá evoca un tanto al ‘Por Favor’ de La Raíz) en ‘El Domador’, quizá por eso sea de mis cortes favoritos de la lista.
La virtualidad de la realidad y el poder del anonimato de las redes se plasman en ‘No Veo’, que nos regala otras bases y arreglos bailables. En este caso, es una pena que no se explote en mayor medida la melodía de teclas de la introducción a lo largo de la canción. Como el tema requiere, quizá sea el corte con golpeo de bases más potente. El calor regresa en ‘Cuentan’, una de las canciones más emotivas del álbum, como también lo intenta el medio tiempo de ‘Lluvia de Abril’, si bien no lo consigue en la misma medida.
Donde sí recuperan la efectividad es en ‘Nadie’, especialmente en su estribillo, con querencia rumbera, y un fraseo limpio. ‘Mi Jaula’ pasa por ser el más ‘rockero’ de los cortes o, al menos, en el que la distorsión de la guitarra eléctrica cobra un mayor protagonismo. Por entendernos, puede que sea el más La Raíz de todos los temas. ‘Animal’ recupera el punto reggae a base de beats y sampleados bien procesados. ‘Aquelas Noites’ se presenta en dos fases, un primer y extenso arranque, con protagonismo de instrumentos, y una segunda con más electrónica, después de presentarnos un estribillo que en melodía y armonía bien podría firmar el mismísimo Juan Luis Guerra.
El final llega con ‘Miss Fantasía’, una canción que, reconocen, está basada en una idea del local de La Raíz, con la que ellos han querido recordar a una banda que, visto lo visto, no volveremos a ver en los escenarios, como mínimo, hasta 2021.
Lista de canciones – tracklist:
- Mundo Enfermo
- Rua Na Selva
- Balas De Cristal
- El Domador
- No Veo
- Cuentan
- Lluvia de Abril
- Nadie
- Mi Jaula
- Animal
- Aquelas Noites
- Miss Fantasía
Publicado el octubre 2, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, La Raíz, Nativa, Valira. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
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