Beach Hotel – Ruido
Más de treinta años dedicados a la música y aunque no haya habido nunca un éxito comercial o un estallido de popularidad, tan feliz de seguir presentando nuevas canciones y en múltiples proyectos, además de en solitario. Antonio Álvarez es un músico almeriense, afincado en Granada, de esos que engrandecen y dignifican una escena local. Ya hablamos de él por aquí en otras dos ocasiones. Primero con el lanzamiento de su disco en solitario Libre Asociación De Ideas y, posteriormente, con motivo del concierto de presentación. Ahora, mientras prepara nuevos conciertos (como el que dará este sábado en la sala Clasijazz de Almería), acaba de publicar la primera referencia junto a la banda Beach Hotel, donde le acompañan Mané Mielgo y Palen. Ruido es su título y viene con siete nuevos temas que refuerzan su intención por narrar historias a la vieja usanza, con aires crípticos, con espíritu de los Bob Dylan, José Ignacio Lapido o Joaquín Sabina (de la época con Pancho Varona, eso sí), pero algo más contemporáneo en las formas, tirando a un rock alternativo que por momento (casi) roza algunos arreglos y melodías casi indies. Hoy nos vamos a este Beach Hotel de portada oscura.
Por hacer un ligero repaso y entender que Antonio Álvarez ha trabajado en todo formato y registro, recordaremos que Antonio da sus primeros pinitos con menos de veinte años en los contundentes Extremaunción, después Plancton, con rock más al uso, se haría un superclase con The Beatles Connection, con quienes ha vuelto recientemente (banda de versiones de The Beatles, compuesta por legendarios músicos –no olvidemos la fuerte conexión que tiene Almería con John Lennon, ya que aquí compuso ‘Strawberry Fields Forever’ cuando estuvo dos semanas por la ciudad rodando Cómo Gané La Guerra), se hizo con un lado swing-jazz con Piccolisima Jug Band o cantando con otro grande de la ciudad como es el pianista Ramón García. También en Granada ha participado en línea cantautora con Trovamundos y ha catado el folk con el dúo Sonora y, por si fuera poco, aquí está con Beach Hotel.
Este Ruido ha sido grabado y producido por Carlos Marqués y la propia banda en Gismo 7 Studio de Motril, a lo largo del mes de septiembre de 2021. Antonio se ha encargado de la voz, bajo, guitarra acústica, armónica y coros; Mané de guitarras eléctricas y coros y Palen de batería, xilófono y coros. Hubo recordings en Hand Made Engine Studio por Carlos Marqués y Toni Jiménez y la mezcla por Jaime Beltrán y Carlos Marqués en La Resinera.
Se abre el septeto de temas con “Pájaros Perdidos” un corte en el que el tintineo de la melodía de guitarra inicial me recuerda, incluso en la forma de cerrarlo que tiene la batería, a los Vetusta Morla de Mapas. El fraseo también se despliega lánguido pero, pese a todo, con un mensaje de resistencia evidente tras los giros crípticos que borda Álvarez. En “Viejo Es El Viento” se eleva el tempo para un rock and roll que aporta otra dosis de realidad reflexiva y que se presenta e interpreta como una canto de reafirmación en la decisión de los principios fundacionales. Una conexión temática que tendrá hasta su eslabón animal. Si en la primera estorninos, ahora alúas. El tema tendrá espacio para cierto endurecimiento y una liberadora coda con extra de teclas.
“Si Me Llamas” es un medio tiempo de clara cadencia melódica se pop sesentero, saliendo esa clara influencia de Álvarez, y con guitarras que se mueven entre con suave distorsión y armonías de surf en solo central. En el punto central del álbum encontraremos a “Magia”, versión al español del “Magick” de Ryan Adams, que suena de lo más animosa y solvente en un concentrado de dos minutos y medios. Bien distribuido en el disco, esa garra extra tiene continuidad con el furibundo ataque urgente y pesado de “Ruido”. Un tema donde se engorda de manera considerable la línea de bajo, además de potenciar la intensidad del golpeo. Es una canción mucho más rica en las dinámicas (el metraje lo permite) y la letra roza como siempre a gran altura, con versos como «El sastre ha intercambiado los patrones, / y nadie sabe ya quien es» o «Ha vendido acciones de futuro. / Agarré el presente y estallé. / No me afecta el sino del augurio. / El secreto a voces ha pasado a ser…».
Con espíritu más negro, entre el soul y cierto toque funk, “Helsinki” saca purpurina y flashes para un corte repleto de preguntas retóricas y estampas efectistas y urbanitas. El álbum termina con “Dejadme Soñar”, un corte en el que, a modo despedida, la banda se reafirma en el carácter peterpanesco de vivir a otra velocidad a la que obliga el mundo: “Encendieron las alarmas. / Me he quedado en la cama. / No paran de sonar, dejadme soñar». Un corte de agilidad ligeramente country y con un poso de, pese a todo, felicidad.
Beach Hotel cierra así un álbum de canciones bien arregladas e interpretadas y con letras poderosas que permiten interpretaciones libres sin vaguedades poéticas estériles. Más que suficiente para darles ‘el like’ (sic).
Lista de canciones – tracklist:
- Pájaros Perdidos
- Viejo Es El Viento
- Si Me Llamas
- Magia
- Ruido
- Helsinki
- Dejadme Soñar
Publicado el noviembre 17, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Antonio Álvarez, Beach Hotel, Críticas Discos, Ruido. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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