Cobardes – Que Empiece El Baile

Poquito más de tres años después de que debutaran con su Ceniza y Viento, Cobardes vuelve a la carga con su segundo larga duración. Sin duda una apuesta sólida y más que currada para hacerse un hueco en el género del rock urbano de influjos poéticos, que viene avalada por algunos de los referentes de las últimas décadas. Desde las colaboraciones de lujo del primer álbum (Iñaki Antón, Rulo, Kolibrí) pasando por toda la camada de Marea y la garantía de El Dromedario Records. Madera y tempestad había para aquel título y de ambas vuelve a ver en este esplendoroso Que Empiece El Baile, título que no deja de ser una declaración de intenciones si tenemos en cuenta que la banda tuvo la mala suerte de que una pandemia, que parece tan lejana, y sus confinamientos y restricciones llegaran dos semanas después para tirar por tierra el recorrido natural del lanzamiento. Diez cortes avalan la nueva apuesta en la que Cobardes ha trabajado, aprovechando las circunstancias, a fuego lento. Un álbum que fue grabado, mezclado y masterizado por el citado Kolibrí Díaz en los Estudios R5 de Orikain (Navarra) durante los meses de junio y julio de 2022. La música de todas las canciones está compuesta por Cobardes, y todas las letras, escritas por Javier Janices “Cordobés”, que encabeza el cuarteto que se completa con Iñigo Idoate a la batería, Iñigo Álvarez, a la guitarra, e Iban Sánchez al bajo. El diseño e ilustración del disco corrió a cargo de Alfonso Álvarez (TOMO Estudio), siendo Iosu Berriobeña autor del diseño del logotipo y la pluma. Nos vienen con los mismos ingredientes pero perfeccionando la receta. Ahora sí que sí.

La decena de cortes se abre con “Caminos De Algodón”. Un texto que nos trae una intensidad palpable de distorsión y base rítmica en el arranque y la particular voz de Janices, claramente de esa escuela rasgada y lijosa que José Carlos Molina desprecia tanto pero que al público de nuestro rock encanta. Estamos ante una canción en la que presentan un punto de partida optimista, vitalista, con toda la fuerza del inicio, con espacio para solos, guitarras dobladas, efectismos desde platillos y un texto donde hay más versos de estribillo que de fraseo.

“Quinientas Mil Mañanas” presenta desde el título ese rebato tan propio del rock que llevan como estandarte, entre «noches en vela» y «primaveras», conceptos tan recurrentes como imperecederos. Destaca hasta el punto de desvelarse ya en la segunda pieza como denominador común un especial refuerzo del punto melódico tanto en la voz como en las guitarras, quizá única forma de moldear la imposible tesitura vocal. La tripleta de inicio continúa con “En Otros Labios”, que mantiene unas hechuras similares aunque dejará más espacios entre acordes y rasgados, haciéndola mucho más narrativa, reservando crescendo y entrega pasional para el final.

“En Llamas” afila el verbo con metáforas relacionadas con escenarios y teatros para cantarle al fin del amor, cuando la ausencia todavía quema. Por su parte, “Maldito Abril” se mueve en un base de guitarras de corte acedecesco. Eso sí, la extensión del metraje permiten variar y sorprender en el desarrollo, reservándonos, gracias al generoso texto, una coda creciente que apunta a momento triunfal en los conciertos, muy del gusto de otro pequeño gigante como es Luter.

La segunda parte del álbum comienza con “Vuela”, uno de los cortes más plásticos y llamativos desde la primera escucha, gracias a una inesperada querencia latina, con ligero influjo de rumba rock, especialmente patente en la guitarra solista, pero también en la cadencia vocal a partir del primer estribillo. Sin duda un más que acertado complemento a la propuesta. Por su parte, “La Frontera” también nos sorprenderá en la variación de las formas, con una suerte de ascendencia reggae en la presentación, si bien todo volverá a ser más convencional tras el estribillo. Para completar esta nueva triada más heterogénea, el colofón vendrá de la mano del piano y segundas voces gospelianas de Selva Barón en la balada “Sólo Tú”. Un hermoso canto de paternidad y maternidad, lleno de sinceridad, reconocimiento a mayores y expresión de los temores propios.

Bien situada en la dinámica del álbum, “Otra Noche” es un medio tiempo preciosista desde su texto a las formas musicales, con una melodía principal de guitarras radiante y luminosa que irá guiando hacia un estribillo más animoso, pero sin perder la nobleza delicada. El cierre viene de la mano de “Un Beso y Hasta Siempre”, donde Cobardes y Janices sacan su clara devoción por los textos de Rulo, en un canto de amor a escenario y a la vida nómada del rock.

Sin duda que este disco entraría en aquel maravilloso círculo que se dibuja hace veinte años en el rock urbano y poeta con la misma entereza y solidez. Hoy, más difícil, quizá por ello más meritorio, Cobardes hace honor al reverso de su nombre demostrando todo lo contrario: la valentía de creer en unos patrones que, mientras sigan teniendo herederos de esta calidad y espacios como el nuestro, seguirán haciéndonos bailar.

Lista de canciones – tracklist:

  1. Caminos De Algodón
  2. Quinientas Mil Batallas
  3. En Otros Labios
  4. En Llamas
  5. Maldito Abril
  6. Vuela
  7. La Frontera
  8. Sólo Tú
  9. Otra Noche
  10. Un Beso y Hasta Siempre

Publicado el abril 25, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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