El Sonido de una Generación. Así subtitulé en su día la entrevista que fue portada del número 34 de la revista Rock Estatal. Recuerdo aquello: Faltaban muy pocas semanas para el tomado como adiós definitivo de la banda. He escrito en muchas ocasiones que el triunfo de La Raíz fue uno de esos hitos que reconcilia con el esfuerzo y el trabajo. Desde la autogestión y el punto asambleario que presiden las decisiones de la banda, La Raíz y aquellas 10.000 personas en el Palacio de Vistalegre se ganaron por méritos propios eso a lo que yo llamo ‘grupo generacional’ (Ser el grupo más masivo de los festivales de rock alternativo también fue un hecho). El rock de trinchera (tomados ambos sustantivos en concepción amplia) siempre ha tenido tótems, referentes que se han venido sucediendo (y evolucionando cada uno con mayor o menor acierto). Desde Leño a Rosendo, Barón y Obús, Héroes del Silencio, Extremoduro, Platero y Tú o Marea, Dover, Mägo de Oz y Ska-P… La Raíz entra ahí… ¿Alguien duda que La Raíz reventaría el doble o el triple, si cabe, si hubiese sonado en emisoras convencionales como sí que hicieron aquellos? Su capacidad de movilizar a sus seguidores, y la pasión que despertaban en sus conciertos estaban a niveles de aquella vieja usanza. En 2018 llegó el momento de una despedida momentánea puesto que en febrero confirmaron un regreso en el marco de su 20º aniversario y que les ha llevado ya a agotar entradas para dos fechas en Wizink en Madrid en noviembre y diciembre este año, como también lo han hecho ya para la primera fecha de Bilbao, dos en Zaragoza y una en Valencia… Todas ellas en invierno-primavera de 2025. Para el próximo verano, os avanzo ya, habrá festivales. Además de todo esto, como regalo, estrenaron un tema inédito, “Tiempo”, que es un homenaje a los suyos y una muestra de cariño intergrupal. Bienvenidos, La Raíz.