Tierra Santa – Un Viaje Épico

Publicado por elchayi

Camino de los treinta años de carrera y haciendo gala de la misma heroicidad a la que han cantado tantas veces en sus canciones, Tierra Santa no desfallece ni al tiempo, ni a las modas y tendencias (me encanta ese titular dado para la Agencia EFE: «Nuestra música ya estaba pasada de moda cuando empezamos hace 27 años») y sigue galopando “melenas en plan silkience” que dirían aquellos, con su decimosegundo trabajo discográfico de estudio, casi el vigésimo si contamos los tres directos, un epé y tres recopilatorios… Nada mal si tenemos en cuenta que estuvieron en barbecho un par de años a finales de la primera década del milenio. Los riojanos vienen sin cambiar un ápice su filosofía argumental, ni sus formas sonoras (con matices) ni su gusto por las estructuras sencillas, los cantos gloriosos, épicos, emocionales, el riff preciso, las teclas sobrias, la base rítmica estilosa y infranqueable. Para que nadie se despiste lo dejan claro desde el título. Un Viaje Épico que viene de la mano de Maldito Records, que además se ha marcado una más que suculenta versión en vinilo de buen gramaje (y negro, lo de los colorines no va con un grupo como Tierra Santa) y doble hoja, con el cedé incluido en su interior para mayor comodidad. Son diez temas más, que alimenta una discografía sin altibajos, con mayor o menor velocidad o pólvora según el caso. Fiabilidad extrema, fiabilidad cien por cien Tierra Santa.

Tierra Santa, en la más reciente y rodada formación de quinteto, sigue compuesta por Ángel San Juan a la voz y guitarras, Dan Díez a la guitarra, Roberto Gonzalo al bajo, Juanan San Martín a los teclados y Alex Alonso a la batería. Está grabado, mezclado y masterizado en los estudios Sonido XXI de Esparza de Galar (Navarra) por Javier San Martín, que lo produce, repitiendo la fórmula de lo que ya funciona.

«Después de su disco en directo en 2023, la banda sorprende con un álbum que, como su propio nombre indica, nos introduce en un viaje lleno de misticismo y magia a través de sus letras. En estas, se entremezcla a la perfección las historias del día a día con la poderosa narración épica. Interpretado con la misma intensidad y sensibilidad a las que nos tiene acostumbrados el autor y vocalista, de la banda Ángel San Juan», nos apuntan desde los textos promocionales.

«Y todos los dioses lo compadecieron, a excepción de Poseidón, que permaneció constantemente irritado contra Odiseo hasta que el héroe no arribó a su tierra. Pero Poseidón, le guarda vivo y constante rencor y si bien no intenta matar a Odiseo, hace que vaya errante lejos de su patria. Y hoy, este puede ser tu viaje», presenta desde el interior del vinilo la propia formación: Hard rock, heavy metal y algún destello power y de AOR se deslizan en esta decena de nuevos temas que tienen un cierto halo conceptual sobre Ulises y su periplo.

El homónimo “Un Viaje Épico” abre el conjunto con una generosa introducción de teclas, que casi dibujan en el horizonte el escenario épico del inicio de la odisea. Poco a poco, entrarán voz y guitarra, retrasando al máximo el rebato del resto del grupo que, cuando ataca, lo hace con estilo y elegancia al hacerlo en un tempo más lento de lo que solía gastarse el grupo en la primera parte de su discografía. Con todo, las espadas quedan en todo lo alto para el riff pegadizo (otra característica marca de la casa) de “Mañana” que, por momentos, me ha recordado ligeramente a los tiempos del Sangre de Reyes… aunque con más hechuras de medio tiempo (preciosistas esas guitarras dobladas) que de power metal.

“Inmortal” sí pasa por ser uno de los de golpeo inmediato y agresivo del conjunto, afilando colmillos y dándole gas al asunto con unas endiabladas guitarras intrincadas y serpenteantes en el fraseo y un estribillo más festivo e hímnico. Más hard y power explota desde el arranque “Excalibur”… No podía ser de otra manera para cantarle al mito de la espada atrapada. Ese estribillo con bien de teclas me vuelve a recordar al álbum Sangre de Reyes de 2001 del que hicimos crítica remember aquí allá por 2015.

“Ícaro” es otro medio tiempo oscilante aunque más cercano a una balada bien empacada (power ballad que dicen los anglo). Un respiro antes de volver al tempo ágil y grácil de “El Regreso De Un Héroe” que luce en su premeditado carácter lineal, solo roto en un estribillo de melodía vocal infrecuente y, por tanto, bastante fresca.

La contrastada maestría de Ángel a las guitarras y su capacidad para despachar riffs incendiarios brilla mejor que nunca en este disco con “Solo Hay Un Camino”, que además consigue una melodía vocal castiza y doliente, convirtiéndola en una de mis preferidas desde la primera escucha, también contendrá uno de los solos más afilados y metálicos de la decena. Hard rock de quilates en “Renacer”, que despliega sus alas en apenas tres minutos que se hacen cortos.

De ese férreo y adusto ropaje se pasa al lado contrario en “Abre Tu Corazón”, con teclas acompañando el motivo principal al más puro estilo Van Halen, entre el AOR, el glam y el synth rock con primoroso buen gusto desde la letra hasta la manera de cantar de Ángel, nunca en el alarde gratuito. El cierre en “Gracias” también sorprenderá por el uso de algunas bases programadas, tema en el que se encuentra la única colaboración del disco, la de Jon Zagalaz. Otra manera de refrescar lo frecuente y dejando un dulce sabor de boca con las armonizaciones de guitarra flamenco-acústica.

Decía Robe en la rueda de prensa de presentación de su flamante Se Nos Lleva El Aire, que no pasaba nada por repetirse, que no hay que añadir más trabas a la hora de escribir y hacer canciones, que ahí estaba AC/DC, que sigue gustando aunque siempre hagan lo mismo. Aunque el caso no es comparable al cien por cien (porque los riojanos sí que han virado de vez en cuando el rumbo, al menos, mucho más que los australianos), Tierra Santa ha vivido siempre con ese sambenito, adjudicado por parte de ciertos seguidores del heavy metal, que les calificaban de inmovilistas.

Con mayor o menor parte de razón en función del periodo de la discografía que escojamos de la banda, ¿qué importa? Tierra Santa se ha ganado por derecho propio una solidez inquebrantable con esos riffs cabalgantes, con esa épica tan característica, con esas interpretaciones vocales lejos de alardes virtuosos pero con el sentimiento preciso para una narrativa también muy identificable.

Tan necesaria es la evolución y el riesgo como también es necesario que existan bandas así, incorruptibles, infalibles. Para eso está el amplio abanico que nos da la música, para encontrar abrigo según lo que necesitemos en cada momento. Claro que nos sigue encantando Tierra Santa y que sus principios fundacionales (donde se fue cayendo lo progresivo del debut, eso sí) sigan levantando pasiones en directo.

Larga vida a Tierra Santa y esperando con ganas su trigésimo aniversario mientras que se pegan otra cuantiosa gira con el nuevo álbum.