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Somas Cure – La Colmena

Decía el viejo eslogan televisivo de una marca neumática aquello de que la potencia sin control no vale de nada. También es aplicable a las faltas que tiraba Roberto Carlos. Y, trayéndolo a la música, que es lo que nos atañe, nos es aplicable a las bandas de corte metalero que se afanan y empeñan en atronar sin medida. A los vocalistas que aprovechan sus facultades interpretativas de agudos o guturales ultra terrenales para ir siempre con la dinámica por las nubes. Ese error es más patente si cabe en los inicios, cuando la juventud permite los excesos sin que se resienta el fondo (algo así como le pasaba a Ronaldinho con las fiestas, que al principio se las podía permitir y la juventud le mantenía el físico pero que, con los descuidos y el paso de los años, ya no podía volver a ser el mismo. Hoy tengo el día deportivo, por lo visto). La templanza, virtud concupiscible del alma para Platón, junto a la sabiduría y el coraje, son fundamentales para contener ese torbellino y, de eso, Somas Cure sabe desde su nacimiento hace ya diez años, tal y como ha venido además puliendo disco a disco, tras Parseval, más negro; Equilibrium, el nombre ya da pistas; Mitos, ya rotundo diamante; y Éter, su disco, hasta la fecha más abierto y, precisamente, incorpóreo en la dificultad de su circunscripción. Hace casi un año empezaban a mover los hilos de este quinto trabajo de estudio, con la presentación de un primer adelanto al que sucedieron tres más. Hace apenas diez días, al fin, veía la luz esta La Colmena que sigue siendo un derroche de filosofía musical bien entendida. Todos los ingredientes están, pero combinados con los galones de quien sabe manejar sus fortalezas. Llevo años diciéndolo, Somas Cure es de lo mejor de la escena metalera española y así debe quedar escrito.

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Somas Cure – Éter

somas-cure-eterDespués de colarse en primera división con su anterior Mitos,  (Oro en mis discos del año 2015) Éter es la cuarta entrega de los madrileños Somas Cure. Producido por la banda, grabado y mezclado por Carlos Santos en Sadman Estudios en los meses de julio y agosto del año pasado y masterizado por Jens Bogren en Fascination Street Studios de Suecia el pasado mes de noviembre, el nuevo trabajo de la banda viene cargado de la simbología habitual que les caracteriza, con precisas referencias bíblicas o mitológicas, con una introspección y letras que siempre juegan lejos de lo explícito y una versatilidad musical que combina a la perfección la potencia y agresividad con la accesibilidad melódica. La continuidad de un grupo en clara trayectoria meteórica (Txema Fonz a la voz, Álvaro Longarela y Borja Iglesias en las guitarras, Víctor Pérez al bajo y Darío Gómez en la batería) nos trae un álbum más aguerrido y peleón que el anterior, sin casi ninguna concesión a la tregua.

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