Mala Reputación – Eternas Promesas
Todavía se puede leer en algún sitio que Mala Reputación es una de esas bandas jóvenes, que tal y cual… Los asturianos atesoran ya veinte años desde sus primeros escarceos como grupo y más de tres lustros como grupo consistente del panorama nacional. Eternas Promesas es la sexta referencia en estudio, que llega cuatro años más tarde de su anterior Carácter, que a su vez se separó casi cinco años de su predecesor… Es decir, tan solo dos discos en estudio en nueve años. Puede parecer muy poco bagaje para una banda que cimenta su música y su carrera en el esfuerzo propio. Pero ha sido curiosamente en esos años cuando Mala Reputación ha dado el gran salto, superando su música el encorsetado punk-rock inicial, para abrir mente y oídos a un mundo más sensible y más rico en matices. Eternas Promesas continúa la senda de manera mucho más clara.
Este nuevo álbum de Mala Reputación evidencia dos conceptos claros. Por un lado se confirma la madurez ya despuntada y, por otro, deja claro que su valentía a la hora de abrirse a sonidos es una actitud constante. Aunque en cierta manera han sido adelantados por la izquierda y a toda velocidad por sus colegas Desakato, la banda sigue siendo un puntal del rock asturiano a base de textos sencillos, que no fáciles. Emotivos pero no emocionales. Iracundos, pero sin caer en el panfleto. Consiguen el equilibrio.
Esa prueba de valentía de la que hablaba es más que patente cuando colocan ‘Fuego’ como apertura del álbum. Hay que tenerlos bien puestos para abrir con un tema crudo, de instrumentación minimalista, de canto susurrado y chasquidos de lumbre en sus dos primeros minutos. Las guitarras y batería hacen acto de presencia en el segundo, cuando ya te has enamorado de la canción. Se deja notar la actualización de las formas con la sonoridad de la guitarra bajo el fraseo, muy luminosa, como opresiva y seca es la producción de la base rítmica, muy acorde. ‘Cobarde’ es uno de los temas más rotundos de la decena. Acusación rotunda de procrastinación en su máxima expresión para un sonido equilibrado y melódico, con solo muy abierto en su parte central. ‘Que La Tierra…’ fue la canción elegida como single y compendia un tanto el contenido del álbum. Además, tiene la frescura de contar con Juan Santamaría y no con David Rodríguez a la voz principal.
Parafraseando el título del libro de John Steinbeck y la película de John Ford, llegan ‘Las Uvas De La Ira’, uno de los cortes más arriesgados. Una canción extensa con un compás de pseudo-vals, una gran línea de bajo, muy presente. La estructura se rompe con un break, de nuevo susurrado y con arrope musical mínimo, para explotar con más rabia: “Nadie va a devolver el tiempo”. Así llegamos a ’10.000 Kilómetros’ que, hasta en la música, tiene un poso a himno generacional muy acusado Un canto de juventud perdida por la emigración lejos del hogar por la situación de crisis forzada. La energía vocal y de cada uno de los versos se deja sentir y llega a la primera escucha. Grande, sin duda.
‘Lugares Salvajes’ juega con el cambio de voces para otra canción muy abierta, con rítmica sobre el estribillo y coda final que casi podría firmar cualquier grupo indie y una melodía pop en el estribillo. Un contraste acusado en la dinámica del álbum antes de ‘Fálame’ y ‘Aire’, los más cortos, y también lo más rápidos y similares a los primeros tiempos de la banda. El primero de ellos haciendo gala del asturiano que siempre han defendido y segundo con más velocidad aún. Sin duda ambos funcionarán en directo con naturalidad entre viejos himnos.
Para cerrar, tanto ‘Nunca Seremos Los Mismos’ como ‘Veleta’ tienen aires de ‘gran canción’. La primera lo deja claro desde la entrada, con esa melodía de guitarra repetiva sobre la que llegan las primeras estrofas y por la retención del estribillo hasta la mitad de la canción, muy dinámico y divertido. Por último, ‘Veleta’ entra de nuevo con la voz a solas, esta vez con la batería como acompañante principal. Si aquella destacaba por el toque optimista, esta lo hace con cierto desencanto y realismo: “La mentira en el andén agita su pañuelo blanco, parto en mil pedazos, no sé cuándo volveré”. La sucesión del estribillo en la parte final con el desarrollo prolongado de guitarras es excepcional y rubrica otros de los mejores cortes del disco y, posiblemente, mi favorito.
Quizá es un disco menos divertido de lo que muchos desearían pero Mala Reputación continúa en la senda del trabajo bien hecho, de canciones que se alejan de fórmulas fáciles y que da gusto escuchar en momentos de claridad.
Buena banda sonora para el agridulce sabor del realismo.
Tracklist:
- Fuego
- Cobarde
- Que La Tierra…
- Las Uvas De La Ira
- 10.000 Kms
- Lugares Salvajes
- Fálame
- Aire
- Nunca Seremos Los Mismos
- Veleta
Publicado el marzo 17, 2015 en Críticas Discos y etiquetado en Carácter, Críticas Discos, Eternas Promesas, Mala Reputación. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
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