Aunque no pude desplazarme al día extra de la edición de este año, sí que tenemos fotografías del evento, así que valgan unas líneas para dar testimonio de la jornada. Para esta edición, con la celebración del vigésimo aniversario, la organización del Viña Rock tenía preparada una sorpresa muy demandada históricamente por los aficionados, Manu Chao y su inconfundible manera de plasmar en escena su juerga sonora. La ya tradicional fiesta de bienvenida, de esta forma, se adelantó en sesión vespertina con los metaleros y bullangueros Mafalda, que recibieron así un merecido premio a un último año en el que han dado un buen salto. Marinah, con la esencia vocal de Ojos de Brujo, pero con menos aderezos y bases más limpias. La jarana se fue calentando con Vendetta, banda muy en forma que sigue creciendo disco tras disco y, cómo no, unos Mamá Ladilla siempre divertidos, ocultando la impresionante técnica con la excusa del chiste. En la fiesta aniversario, diversión creciente con Daniel Lança, La Señora Tomasa, Muyayo Rif, Manu Chao y La Ventura, La Pegatina y Trashtucada. Así fueron los conciertos principales. (FOTOS: Marina Ginés)

He tenido la suerte de ver a Manu Chao en directo, aunque aquella ocasión con la banda refugiada bajo el paraguas de Radio Bemba Sound System, así que puedo imaginar ligeramente la sucesión concatenada de temas que realizó durante más de dos horas con La Ventura. Por lo que pude leer y me comentaron media docena de asistentes, el inicio destacó por la utilización del constante leit motiv de “por la carretera”, sobre el que descerrajan una sucesión de ritmos constantes. Se adelantó algo más de lo habitual la presencia de ese tema festivo pero desencantado que es ‘La Vida Tómbola’. Antes lo hizo ‘Mr.Bobby’, aunque realmente con Manu es difícil llevar la cuenta del repertorio. En cualquier caso, sabemos que cayó ‘La Primavera’ y en la tanda final ‘Mala Vida’ o ‘Sidi H’Bibi’, ambas de los imprescindibles Mano Negra.

La Pegatina tuvo el honor de suceder a la estrella internacional. La banda además tenía el reto de quitarse la mala espina de su última estancia, donde tuvieron muchos problemas de sonido. La filosofía de la puesta en escena es prácticamente la misma. Enlaces constantes en un gran popurrí gigante y generar una fiesta de verbena y pachanga a la hora de presentar a los componentes de la banda. Además, invitaron a escena a los componentes de Dubioza Kolektiv, programados para el día siguiente en el escenario Negrita. Mucho confeti de colores y ganas de bullicio, incluyendo una canasta gigante en la que encestar y una pelota enorme que danzó entre el público. Aunque me consta que son denostados por un sector muy amplio del rockerío, es innegable que siguen atesorando un tirón en directo difícil de igualar.

Para cerrar la jarana del primer día estuvo Trashtucada, una banda a la que tengo especial cariño porque, como he dicho varias veces, los he visto crecer de manera progresiva desde que los vi ganar dos concursos de bandas de verano en pequeños pueblos de Almería y Granada hace ya muchos años. Cimentando su fama en unas ganas de pasarlo y hacer pasarlo bien a su público, la banda tiene ya varios himnos que son pura algarabía en festivales. Después de arrancar con el azuzador ‘Nada Nos Puede Parar’, extraído de su tercer disco, no faltaron temas como ‘Mi Destino’, ‘Volante, Culo y Carretera’ (estas dos también del mismo álbum), ‘Racka Plaka’, ‘Niñato’, ‘Penélope’ y cómo no, ese ‘De Festi, ¿vale?’, que transforma y de qué manera al público cada vez que suena como demuestra algún vídeo que anda por las redes.

Una fiesta aniversario a ritmo veloz, como preludio al cartel oficial, más completo y variado de estilos que nunca.

Mañana martes, vamos con lo que pasó el jueves, 30 de abril.

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