Banzai – Duro y Potente (1984)
Solo su fugacidad temporal y creativa impide a esta banda no ser más reconocida en lo que viene a llamarse la época dorada del rock duro nacional. Con Salvador Domínguez a los mandos, que por aquel entonces se había hecho de oro componiendo temas con y para Miguel Ríos (‘Rocanrol Boomerang’, ‘Reina de la Noche’ o, precisamente, la canción que les sirvió como inspiración para bautizar a la banda… recordemos que lo estaba reventando todo aquellos años), Banzai sufrió bastantes cambios de formación a lo largo de su trayectoria y eso que apenas publicó dos álbumes. El epónimo Banzai en 1983 y este Duro y Potente de 1984, cambio de cantante incluido. La alineación del disco que nos ocupa la componían Salvador Domínguez a la guitarra, Carlos Vázquez ‘Tibu’ al bajo, David Biosca a la batería y el gran José Antonio Manzano a las voces. Como guinda, el fichaje internacional del teclista de UFO, Danny Peyronel, que, aunque su labor en el álbum fue casi anecdótica, vino a ser fundamental para el (no) futuro del grupo, que anda dando coletazos de vuelta, frenados por la recaída en el cáncer de Manzano. Banzai, por fin en la crítica remember de los viernes.
El grupo debutó en septiembre de 1982, a los pocos meses de formarse el grupo, teloneando a Alvin Lee, guitarrista fallecido hace unos años, que destacó en el grupo Ten Years After. Salvador Domínguez era el líder espiritual de una banda que de la nada firmó contratos con Hispavox y después con WEA (Warner). Tras un debut pintón y más divertido que aguerrido, inolvidables ‘Voy A Tu Ciudad’, ‘Coche Rápido En La Noche’ o ‘Funciona Legal’, la apuesta se hace más grande para el segundo disco, que deciden grabar en los estudios de Ibiza que por entonces tenía el baterista de Judas Priest, Dave Holland, por donde también pasaría en el mismo año Ñu con Acorralado Por Ti, después de salvar la ‘bola de partido’ que fue Fuego un año antes. Con esos mandos, Banzai se entrega a lo que puede ser el sonido más cercano a Judas que se ha hecho en nuestro país. Y así deviene el título del álbum, Duro y Potente… el algodón no engaña.
‘Luces’ arranca con una gruesa y contemporizada base rítmica, de guitarra cortante bajo el fraseo. El desarrollo del tema nos lleva por territorios más negros y como una buena conexión con el trabajo anterior. ‘Crimen Sin Castigo’ robustece las formas para encender una machacona base sobre la que Manzano, quizá bajo de volumen, despliega estribillos sencillos y de carne de directo, de pabellón, como los de Obús y Barón Rojo. Más patente si cabe en ‘Grita’, con coros hechos a medida para eso. Por cierto que en los dos primeros temas ya chirrían los oídos de los teclados mal integrados de Peyronel.
Sus manos sí que funcionan como intro en ‘No Quiero Esperar’, que enciende chipas con un golpeo de batería seco y voces bien agudas, cantante y batería compartían grupo en Barcelona, Tigres. Uno de los temas más heavys del álbum, con ejemplos de la maestría guitarrera de Domínguez, a la postre autor de un método de guitarra que ha contado con miles de alumnos en Latinoamérica y España. La ‘cara A’, se cerraba con ‘Mr. Hyde’, un tema tan veloz y abigarrado que su coda final de remate, se va a más de treinta segundos en explosión de concierto.
En la ‘cara B’ nos recibe el tema que da título al conjunto, un fraseo discreto que casi sirve excusa para el lucimiento de la banda y los ases guardados para un nuevo estribillo explosivo. En ‘No Pierdas El Tren’ es inevitable acordarse de Los Suaves, que dos años antes debutaban con un álbum donde se encontraba ‘Viene El Tren’. Eso sí, el largo desarrollo instrumental central, con solo voraz, permite dar otro tipo de viaje azul, como el de Molina y Mercado. ‘Noche Negra’ sacaba a la luz una clara influencia de AOR en el estribillo, solo sujetado a matices duros por la base del riff principal.
El último trallazo de dureza refulge en ‘Traición’, de nuevo con un Salvador rozando la excelencia y la clase magistral. Alguien por la zona de mandos debió caer en la cuenta de que todo disco heavy tenía que incluir una balada como Thor manda para cumplir todos los cánones y Banzai la entregó en ‘Se Terminó’. Un pastelazo tan previsible como intenso y cumplidor, aunque sin la magia de otras piezas del estilo como sí conseguirían Barón Rojo o Ángeles del Infierno.
Después de este disco, muy pocos meses pasaron, de hecho, el teclista (ya hice spoiler en el primer párrafo) sería fundamental para la banda ya que, cuentan, llenó de ilusiones a Salvador Domínguez para que montaran su propia banda con un cariz mucho más internacional, cantando en inglés, con el objetivo de comerse el mundo. Aquella banda se llamó Tarzen y pese a contar con el fichaje con Atlantic Records de inicio, no pasó de telonear en una gira entera a Twisted Sister, pero muriendo cuatro años más tarde.
Lista de canciones – tracklist:
- Luces
- Crimen Sin Castigo
- Grita
- No Quiero Esperar
- Mr. Hyde
- Duro y Potente
- No Pierdas El Tren
- Noche Negra
- Traición
- Se Terminó
Publicado el junio 1, 2018 en Críticas Remember y etiquetado en Banzai, Críticas Remember, Manzano, Miguel Ríos, Salvador Domínguez, Tarzen. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
Qué grande Salvador Domínguez, qué guitarrista, qué músico, qué cantidad de conocimientos tiene, no solo técnicos, si no históricos. En fin, respecto al disco, una joya del género y una banda que, como dices, por breve no fue más grande. Aunque también creo que influyó el «entorno», igual demasiado avaricioso, demasiada prisa por llegar arriba, muchos cambios. Siendo un poco flipado, si hubieran sido ingleses o alemanes estaría este álbum en todos los rincones del mundo. Un saludo.
No sé por qué había ido el comentario a la carpeta spam.
Gracias compañero!