Vikingo M.D. – Aquí Estoy Yo (2005)

Movida semana la que nos ha deparado la escena musical del rock duro con lo acontecido en torno a Narco. El último fin de semana de mayo, la banda actuó en el festival Iruña Rock, sin que en el escenario compareciera Vikingo M. D., el que desde los comienzos de la banda ha sido el encargado de ‘la voz grave’ del grupo. Sin dar explicación, Panxo de Zoo echó una mano en todo lo que pudo, resultando un concierto que ha levantado tantas críticas como elogios. El silencio de más de una semana se rompió el pasado lunes, día 3, con una grabación de Vikingo difundida por el programa Mi Rollo Es El Rock. En ese audio, de apenas 50 segundos, el vocalista sevillano aseguraba haber sido expulsado del grupo. La bola de nieve en las formas de expresarlo comenzó a crecer hasta el punto que Narco se vio obligado a salir el día siguiente a puntualizar algunos aspectos a través de un comunicado que apunta a órganos vitales, pero sin disparar el gatillo, con el afán de que ‘se entienda’ que mejor dejarlo ya estar. Estos trances son duros y desagradables para todos, lo que está claro es que estas decisiones no se toman por capricho. Narco terminará su gira en este 2019 (recuerden, final glorioso en noviembre en Madrid) y Vikingo se buscará la vida, tal y como concluye en su audio. Ya lo hizo. Cuando salió (por voluntad propia) en 2004 el grupo decidió parar y él, tras meses en barbecho, regresó al año siguiente con este Aquí Estoy Yo. Veremos qué le trae el futuro pero, de momento, hoy era el claro elegido para la crítica remember de viernes.

Para este primer disco (de momento único) en solitario, Vikingo M.D. (Vikingo Muerte Domínguez, de nombre Javier) tiró de un viejo compañero de la escena alternativa sevillana, a quien conocía desde sus inicios, Andreas Lutz, esto es, el vocalista de O’Funk’Illo. Siempre han sido reconocibles ciertas similitudes estilísticas entre unos y otros, si bien lo de Narco siempre ha sido más callejero, más suburbial, más psicotrópico y agresivo. Hay que hacer gala al nombre, está claro. Lutz es el encargado de estar en la fase de composición del disco y también el que se pondría a los mandos de la producción.

Para la ocasión, Vikingo contaría en la batería con el Bollo (batería de Narco), después sería Chacho, Chico y Pelas a las guitarras, Fernando Lamadrid al bajo. Además, contará con un buen número de colaboraciones en las que, por curiosidad, se encuentra Txustas, uno de los vocalistas de Falso Dogma. El grupo que quedó segundo en varios concursos de bandas en las que ganó Trashtucada (expertos en el tema) y donde también estaba a la voz (redoble) Curro Morales, que entraría en Narco en su regreso en 2008, ‘sustituyendo’ a Chato Chungo.

El disco consigue una mezcla de todo, para lo bueno y lo malo. Por un lado, el hecho de contar con dos guitarras en lugar de una, con respecto a Narco, el sonido no es más duro que el del grupo pero sin embargo sí que encontramos muchas similitudes en la energía rockera. No es que sea un disco más rapero de por sí, pero sí que tiene momentos más puristas, bases más limpias y en actitud. Las letras… también entre la cal y la arena. Las hay sonrojantes como las dos primeras tras la ‘Intro’, ‘Aquí Estoy Yo’ y ‘Al Infierno’ (especialmente la primera), cantos de nostalgia al escenario y amor a la música. Comprensible, pero algo fallidos. Pero también las hay mucho más acertadas y rotundas, como ‘800 Años’, donde lo oriental –muy presente en el álbum- cuenta con el brillo flamenco de la cantaora Lucía Montoya. Del arabesco al ‘nuevo mundo’ en el interludio ‘Atanai’.

En ‘Dedo Homocida’ llega uno de tantos personajes de barrio marginal narrado por la lírica vikinga. Chivato acusador, como después vendrán ‘Ruina’ o ‘Marcos’. En ‘Grita Fuerte’ el cameo lo echa Big Foot, uno de los temas de guitarra más limpia. La citada ‘Ruina’ apunta las peleas y deudas (ay) de vicios insanos. Un tema que tiene una continuidad más rapera en una segunda parte de Spanish Fly de Triple X.

Siguiendo por la lista, ‘Víctimas’ es una especie de reconocimiento musical al ‘Just Another Victim’ de Helmet y House of Pain con Makei DJ, habitual por aquellos años de La Mala Rodríguez. ‘Leña La Mona’ es el citado corte donde aparece Txusta de Falso Dogma, una suerte de ragga con unas formas vocales por su parte que recuerda a los agudos que se firmaban en Limp Bizkit. La coda, eso sí, guitarrera y carne de pogo. Carne RATM en ‘Skupo En Tu Cara’ y vuelta al flamenco en ‘Marcos’, sin lugar a dudas, de lo mejor del disco. Un retrato del niño criado en la calle, “uno de tantos” esnifando pegamento.

Música’ es la frecuente crítica al negocio, mientras que ‘Mi Mente’ recupera el rap más puro, donde la mezcla de base, melodía y guitarras aligeran los seis minutazos de duración. El cierre lo pone ‘Apocalipsis’, un original corte partido en tres partes. Las primeras estrofas con palabras que empiezan con la letra V, la segunda, con la M, la tercera la D. Vikingo M.D.

Ya lo decía el lema publicitario, la potencia sin control, no sirve de nada. Suerte.

Más de Narco en RockSesión.

 

Lista de canciones – tracklist:

  1. Intro
  2. Aquí Estoy Yo
  3. Al Infierno
  4. 800 Años
  5. Atanai
  6. Dedo Homicida
  7. Grita Fuerte
  8. Ruina
  9. Ruina II
  10. Víctimas
  11. Leña La Mona
  12. Skupo En Tu Cara
  13. Marcos
  14. Música
  15. Mi Mente
  16. Apocalipsis

 

 

Publicado el junio 7, 2019 en Críticas Remember y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.

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