Belo – La Verdadera Historia De Todas Mis Mentiras
Es una norma no escrita. Siempre en mis discos del año hay alguno que entra en la lista anual de medallas sin tener la crítica completa hecha. Una loable tradición, por otra parte. Por fin saldo la deuda pendiente con este estreno/reinvención en solitario del asturiano Belo, que después de cimentar una sobresaliente discografía con Los Susodichos, apunta a unos textos más personales si cabe y con algo menos de distorsión. Ello le da una mayor dosis de libertad en algunas formas melódicas y armónicas, que vienen a reforzar sus capacidades, puesto que sigue siendo capaz de hacer sangre colectiva desde la autocrítica más feroz y acusadora… y personal. Una forma de entender la música y la vida algo suicida, pero frontalmente creíble y abrumadora. El noble arte de mirar hacia dentro y mostrar las vísceras. Un oro con un profundo sabor a sangre que viene con la garantía de calidad que viene demostrando El Dromedario Records con sus apuestas no tan populares, pero siempre certeras y con mucho de alma detrás, la misma que se ha dejado Belo en estos diez nuevos trozos viscerales en forma de canción.
En cualquier caso, quien lleva tiempo conociendo a Belo lo sabe. Nunca se ha puesto en guardia ante las flechas que apuntaban a sus órganos vitales. Sin ir más lejos, su anterior trabajo discográfico en estudio, Pan y Circo, también tenía composiciones tan ‘jodidas’, como me gusta llamarlas, como ‘Caín, Abel y Yo’. Si entonces se acompañaba de una imponente colección de amigos (Kutxi Romero, Iratxo, Martín Romero, Pepo y Pablo de Desakato, Aarón del Valle o Carlos Bueso), aquí Belo ha apostado, temática y ejercicio de honestidad obligaba, a ser más personal.
Grabado en Tutu Estudios con la producción de Ángel Miguel y Sergio ‘Tutu’, Belo ha contado con el bajo del propio Tutu, la batería de Willon de Calle, la percusión de Alejandro Blanco y las cuerdas de Cristina Gestido. Ángel Miguel aporta guitarras eléctricas, acústicas y de cuerdas de nylon, dobro, mandolina y bajo en un par de temas.
Si siempre es recomendable sentir la corporeidad y materialidad de un disco, en este caso es más necesario si cabe porque Belo nos presenta el álbum con una carta bien sincera, en la que se atreve a dar varios consejos de uso. Adóralo u olvídalo, “pero en ningún caso para pasar el rato y ponerlo de fondo mientras revisas el Instagram o el Facebook”. Da en el centro de la diana de muchos de los males de nuestros días: que lo que exige es pronto desechado por la falta de atención que precisan ciertas creaciones artísticas. Por eso, como crítico, y meto aquí una cuña que quizá no debería, ‘me duele’ ver como hay discos de bandas o artistas que, como no son como ya ‘conocemos’, como ‘queremos’ que sean, son enseguida catalogados de ‘malos’, ‘peores’ o ‘menores’. La gratuidad también tiene mucho que ver en ello.
A modo de brújula o de clavo en el que aferrarse en cada una de las canciones, Belo nos guía por estrofas en cada una de las canciones. ‘Breve Descripción De Mí’ y ‘La Verdadera Historia De Todas Mis Mentiras’, para ser reverso y anverso de una moneda con dos cruces. La primera es un crescendo bien hilvanado. Especialmente cruenta y dura la segunda. Una de las canciones del año. Sin dudarlo. Valedora casi de ese oro merecido en nuestra línea editorial. Probadla.
‘Cartas Desde La Prisión’ se presenta más ágil en las formas dado el protagonismo de la base rítmica, arropado por una ligera acústica y sutiles cuerdas para la segunda parte del corte. Tal y como hiciera en ‘Mi Ley’, Belo le vuelve a dedicar un tema a su hija Leyre, adaptando el mensaje “fíjate en mis pasos, pero no me sigas. Coge tu propia dirección, que yo estaré esperando para hacerte cosquillas con mis besos de King Kong”. La primera parte del álbum se alcanza con ‘En Un Instante’, un tema de despedida amatoria. Una balada creciente de notables arreglos en las guitarras, entre el slide, la distorsión y la acústica arpegiada. Para la afición, esa referencia al Agila de Extremoduro, que tendrá una segunda mención más adelante.
‘Hundido’, curiosamente, es la narración de la salida a flote de quien ha hecho de Nautilus en el fondo del mar o de la botella. El desarrollo musical, sin grandes sobresaltos, acaba emocionando y haciendo vibrar en su segunda parte, con la resurrección de ese “me levanto” repetido. Chapó. Hechuras sabinianas en la letra en la enumeración del texto de ‘Yo’: “este no encontrar el modo, esta inercia a tropezar, esta fijación por todo lo que me pueda destrozar”. Una pseudorumba en su estribillo con la constante “yo, ese es el problema, yo y todos mis dilemas, yo, dentro de mi cabeza, yo, con todas mis rarezas, yo, siempre buscando la manera de salir de aquí”.
‘Lo Que No Está Escrito’ hace un guiño a obras populares, como el ‘Salvaje’ de Marlon Brando, Espronceda, Víctor Hugo, el Delorean… y el peta escuchando el ‘Golfa’ de Extremoduro. Un diario por escribir y de retos por vivir. En ‘Polvo y Ceniza’, hechuras cantineras para una declaración de amor, mientras que el cierre nos llega con ‘Un Poquito Más Viejo’. Un tema en el que el asturiano busca el auto-convencimiento para seguir creando, pese a todo (“Quise ser un domador, un trapecista, y acabé siendo un payaso. Yo quería ser cabeza de cartel y que todo el festival coreara mi estribillo”) y, de alguna manera, también la complacencia del oyente en un estribillo que duele en todo su esplendor: “Merecerá la pena hacer canciones, dime, sí o no”.
En esta casa tenemos clara la respuesta.
Lista de canciones – tracklist:
- Breve Descripción De Mí
- La Verdadera Historia De Todas Mis Mentiras
- Cartas Desde La Prisión
- Besos de King Kong (Para Leyre)
- En Un Instante
- Hundido
- Yo
- Lo Que No Está Escrito
- Polvo y Ceniza
- Un Poquito Más Viejo
Publicado el enero 8, 2020 en Críticas Discos y etiquetado en Belo, Críticas Discos, La Verdadera Historia De Todas Mis Mentiras. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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