Califato ¾ – La Contraçeña

Lanzaron su primer larga duración, Puerta de la Cânne, un 4 de diciembre (de 2019), el día de Andalucía no oficial. Tras una buena colección de EP’s de remixes y varios adelantos, hace apenas dos días, el 28 de febrero (el oficial) veía la luz La Contraçeña, el segundo LP de estudio de este artefacto sonoro medio sevillano, medio malagueño, que se llama Califato ¾ y que para el mundo del rock y el metal les sonará porque es donde ubicamos con mayor dedicación y empeño a Curro Morales, de Narco, aquí guitarra, además de voz. Acompañado por Manuel Chaparro (capataz y voz), Esteban Espada (bajo), Sergio Ruiz (teclados) y Lorenzo Soria (electrónica) y una grandísima cantidad de colaboradores, como Roxana Pappalardo, que casi parece una más de la banda, la bola de arte sigue creciendo y se antoja imparable, porque los medios han puesto el ojo y, claro, hay material bueno para dar y tomar. Así, lo que parecía una broma de entretenimiento se ha convertido en una apuesta tan sólida que ya ha trascendido las emisiones regionales (concierto en Al Sur Conciertos, de Canal Sur), las del ‘underground’ (Los Conciertos de Radio 3 de La 2) y ya tomaron ‘La Resistencia’ de Broncano hace una semana. Y es que ahora que muchos ‘reivindican’ eso de utilizar el folclore entre bases electrónicas y modernidad (spoiler, tengo la firme intención de escribir de C Tangana el próximo jueves. Curioso, ambos mostraron su pesar por la reciente pérdida del compositor de marchas procesionales Sergio Larrinaga, Larry), Califato ¾ lo hace sumando a la esencia rock que late, ingredientes de breatbeat y mucho de folclore, flamenco, (semana)santero e influencia árabe. Un combinado tan explosivo como adictivo que, además, nace de sesiones ‘de encierro’ de varios días entre sustancias, instrumentos y aparatos. Viejos métodos para nuevos delirios. Pero funciona de escándalo.

Aspecto formales del álbum, lo cuentan ellos así “Grabado por ellos mismos, con el mismo espíritu que los anteriores: retiro de campamento y “magia” en un home-studio en Ronda (Málaga) produjeron 13 demos en 4 días”. Temas que después se perfeccionaron grabando, como decía, con una buena colección de invitados. Más sobre el aspecto material, la fantástica portada y diseño interior que firma Rorro Berjano, que se marca una lámina por tema. En la portada podemos ver desde a Silvio (de quien, otro spoiler, también hablaremos muy pronto, que ya va siendo hora), a El Penumbra o a la periodista Carmen Porter, que se llevará un fandango por el camino.

Queda muy bien eso de vender la mandanga de la fusión y mezcla de géneros pero es que para hacerlo hay que tener el conocimiento canónico previo. Es decir, saber cómo funcionan los patrones clásicos para después deconstruirlos dándoles un sentido e identidad propia. Y ahí es donde Califato ¾ refleja un dominio superlativo, además de una total transparencia a la hora de reflejar sus influencias en cada uno de los cortes, al menos en lo que se refiere a músicas. Por eso, en ‘Indiô Der Çûh’, que ejerce de intro, se sitúa como inspiración ‘Speak To Me’ de Nadah Al-Shazly & Kareem Samarah. Bases de elegancia moruna y jaleos casi chamánicos al compás de las palmas. Araceli Morales y su violín son los primeros invitados, muy presentes en todo el álbum.

‘Canalita En Rama’ conquista con la percusión adictiva y con un estribillo sucedido como un mantra y con voces de cantaores que entran y salen a lo Omega de Morente. Lo que decía del conocimiento, aquí evocan a Manuel Montesinos Lobo y su toná litúrgica, cantaor aficionado de la Puebla de Cazalla, cuna del cante, con Jose Menese como maestro legendario. Guillermo Iniesta es quien firma la guitarra flamenca. Pero no teman que todo no es tan solemne. En ‘Te Quiero y Lo Çabê’ se marcan una plegaria devocionaria del sagrado corazón, misericordia y piedad al ritmo del ‘Quiero Verte’ de Los Sobraos. Un corte que al principio tira para atrás, pero consigue acabar conquistando como lo hace cualquier petardeo estiloso de, por ejemplo, Ojete Calor.

Lo de la ‘Çambra Der Huebê Çanto’. Metan en la coctelera el propio concepto de zambra (muy de Manolo Caracol) aquí inspirado por Antonio Molina, con trompetas y cornetas de Semana Santa (Manuel Pérez y David Álvarez), un silbido western del experto Curro (Kurt) Savoy y una letra sentida y flamenca con upgrade 3.0 del siglo XXI. Un auténtico trallazo acompañado de un videoclip con guiño a medio camino entre Leone y La Vida de Brian (os lo dejo abajo). Pero la fiesta no acaba. Matiz jondo el que viene con ‘Er Carrito De Lô Muertô’, que parafrasea la seguiriya popularizada por Manuel Agujetas (uno de los cantaores más oscuros de la historia del cante), con voz del cantaor Andrés de Jerez, bajo de J. Al-Andalus y bazuki de Mangu Díaz, para devenir todo en una evocación de ‘Raksat Al Atlas’, de Abdou El Omari, compositor y músico marroquí. ¿Hace falta estar loco para todo esto? Seguramente, casi tanto como controlar la materia.

Fandango sui géneris en el ‘Fandangô De Carmen Porter’ que convierte en obsesiva la figura de la susodicha protagonista, como representación de Raimunda, la fantasma del Palacio de Linares, cuyas cintas adornan lo oscuro de este espectral corte. Guasa a espuertas. Como la de las bulería psicotrópica de ‘La Bía En Roça’, que coge el título de Edith Piaf para regalarnos una adaptación del “vengo vendiendo flores” de Enrique Morente, grabados por primera vez en Despegando, como soleá y recuperado después en el Omega. El teclado (que aquí es de Curro Morales) casi nos suena a eurodance noventero. Más evidente es la transformación del ‘Rebel Waltz’ de The Clash en ‘Er Camión De Lô Elàô’, que se riega con frases de José Verdún ‘El Penumbra’.

Un interludio que nos lleva a otra joya del álbum, las sevillanas ‘Pascual Márquez 33’, nombre y número de una calle ‘del Real de la Feria’ de Sevilla. Del género, cogen la musicalidad de ‘En Tus Redes’ de Rafael del Estad, uno de esos autores en la sombra para Rocío Jurado o Chiquetete y que tenía un temple distinto para interpretar las sevillanas. Como podría ser el propio Chiquetete, Manuel Pareja Obregón, El Pali o los Hermanos Reyes. La instrumentación tiene mucho de vodevil, reforzado por un breakbeat elegantísimo y una letra de cobardía de amor que regala versos como “tú me tratas como cascos de la Renfe y siempre acabo en el suelo” o “me tocó la lotería cuando me dijiste te quiero porque eres más bonita que cuatro millones de euros”. Brutal.

Más piedras preciosas, la de ‘Guahira Playera’. Al conocido y azucarado palo flamenco (que aquí dicen tomar de la Niña de la Puebla), deudor de la sonoridad cubana, se le suma un pregonero de venta de playa (Manuel Chaparro, claro), que adapta a su manera lo que era el pregón de Gabriel Macandé, cantaor gaditano de principios del siglo XX, que se volvió loco y que vendía caramelos por las calles. Las voces se las reparten María José Luna y Roxana Pappalardo y la historia… puro costumbrismo de sal y agua.

Aunque citan como inspiración el ‘No Woman No Cry’ de Bob Marley, latente en la sucesión del estribillo de ‘Tó Ba A Çalîh Bien Mamá’, destaco la sonoridad de guitarra de Curro, que casi evoca una balada grunge, pasando por la tesitura rosaliesca-malarodriguez del conjunto que le da la prometedora Queralt Lahoz, que ya sorprendió el año pasado con su debut 1917. Otra pasada. La más distorsionada y agresiva es ‘Camelamô Naquerâh’ que toma prestado de Pepe Habichuela & The Bollywood Strings en ‘Bangalore Krishna’, como bien podría hacerlo de Ravi Shankar y Gualberto. (Otra pista para el viernes, os traeré otra conjunción extraña para la crítica remember, será un disco de 1966…). Es decir, flamenco y aires hindúes en el último aquelarre.

Y es que, ante tanto desvarío con sentido, que una cosa no quita la otra, porque ya veis que las canciones no nacen sin una fuerte base de conocimiento y tradición previa, la despedida llegará con una especie de ‘outro’ titulada ‘Ecô Der Dormío’, con un recitado entre la vigilia y el sueño, firmado por Esteban Espada.

Puede que, de primeras, Puerta de la Cânne fuese más llamativa (por cierto, no dejen de buscar los remixes donde encontramos a nombres queridos en esta casa como Fausto Taranto o Derby Motoreta’s Burrito Kachimba) pero la sabiduría que tiene este álbum deja claro que lo de Califato ¾ de chiste tiene poco. Sombrerazo.

PD: para neófitos, el nombre de la banda se lee Califato tres por cuatro. No Califato tres cuartos. “Ni Califato de tres al cuarto”, como ha bromeado alguna vez Manuel Chaparro. Cuestión de compás.

Lista de canciones – tracklist:

  1. Indiô Der Çûh
  2. Canelita En Rama
  3. Te Quiero y Lo Çabê
  4. Çambra Der Huebê Çanto
  5. Er Carrito De Lô Muertô
  6. Fandangô De Carmen Porter
  7. La Bía En Roça
  8. Er Camión De Lô Elàô
  9. Pascual Márquez 33
  10. Guahira Playera
  11. Tó Ba A Çalîh Bien Mamá
  12. Camelamô Naquerâh
  13. Ecô Der Dormío

Publicado el marzo 2, 2021 en Críticas Discos y etiquetado en , , , , , . Guarda el enlace permanente. 11 comentarios.

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