Mamá Ladilla – Bilis
Es habitual cuando se lee a un periodista y/o crítico musical que “este es su disco más oscuro”, hacer cuanto menos una muesca entre el tópico y el hastío, por lo recurrente de la expresión. (Para mí muy válida, lo malo es el uso indiscriminado y, con ello, la pérdida de credibilidad del mismo). Pero si lo leyéramos sobre un disco de Mamá Ladilla esa expresión pasaría a ser secundaria, ya que primaría ante todo la incredulidad. ¿Disco oscuro de Mamá Ladilla? ¿Cómo se come eso? Bien, no es que Mamá Ladilla haya optado por el black metal, ni por el doom, ni por el peni-sosismo gótico, pero sí que es cierto que Bilis, sobre todo en cuanto a música, genera, incluso desde la portada, una impresión inquietante. Hay menos cacareo y más peso. ¿Quizá por eso se han empaquetado estos temas como un EP y no como un disco completo?
No ha sido Mamá Ladilla asiduo a este formato reducido, salvo en casos puntuales de versiones histriónicas de temas del cancionero popular. Creo que tiene mucho más que ver con Juan Abarca, cabeza pensante y creadora de Mamá Ladilla, con permiso de Ferro, claro. O quizá es que la mala leche rebosaba sobremanera.
La que ejemplifica un tanto, y descoloca, esa sensación es precisamente ‘Sudor De Peregrino’, la canción que abre este EP. La entrada acústica recuerda al álbum en solitario de Abarca, pero pronto entra la distorsión con un ritmo opaco, que evoluciona en los mismos términos. Incluso en la variación final. Es una canción compleja en las formas que apunta con bastante inquina a toda la parafernalia eclesiástica. El comienzo de ‘Crisis’ no aligera las sensaciones. Otro inicio de corte pesado, que recuerda un tanto a los inclasificables Primus. También la temática ayuda a reforzar las formas. Un tema un tanto repetitivo sobre la palabra más nombrada en los últimos cinco años. Es más un desahogo que otra cosa, quizá como todo.
‘Todo A Sien’ arranca con un riff muy hard, para después volver a las formas clásicas, continuos cambios de ritmo y el histrionismo de Abarca. Algo de luz entre por el estribillo con reminiscencias ‘latinas’: “La vida es un todo a sién, pégate un tiro en la cien”. La principal sorpresa del tema viene en su parte final, donde queda bien explicado por qué el título del EP. Las frases “por cada una de sus comisiones voy a ponerlo un voltio en los cojones”, “por cada estafa de las preferentes con las tenazas yo le arranco un diente” y la referencia final a los negros empapados en crack tan tarantinesca son pura bilis… y desahogo, de nuevo.
‘El Hombre Blandengue’ se abre con aquel testimonio de El Fary. La canción relata la historia de este superhéroe desgraciado. De nuevo el tono del texto viene acompañado de una música de nuevo apesadumbrada. Muy metálica en este caso. Por último, ‘Arrea’ es un desbarre de un par de minutos que se asienta en dos frases “Arrea hijos de perra, que Crom reparta mierda” y “Arriba hijos de puta, al cuello, al cuello, hijos de puta”. Creo que no hace falta añadir nada más.
Una guinda idónea para un pastel amargo y ácido.
Quizá apropiado para los tiempos que corren.
Tracklist:
- Sudor De Peregrino
- Crisis
- Todo A Sien
- El Hombre Blandengue
- Arrea
Publicado el mayo 12, 2014 en Críticas Discos y etiquetado en Bilis, Críticas Discos, Mamá Ladilla. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
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