Los Rebeldes – Rock Ola Blues

Con una veintena de discos publicados (entre directos y ediciones especiales), Carlos Segarra y sus Rebeldes son historia viva del rocanrol en España. Y es muy fácil decirlo, pero también lo es olvidarlo. Forma parte de esa corte de grupos que surgieron cuando había muy poco donde mirarse que no fuese extranjero. Y tienen el valor de no haber sucumbido nunca ni a modas ni al tiempo. Hay algo en el paso del tiempo asociado a rutina y, en la música, a veces se asocia a la fina capa de olvido que ponen algunos. Por eso, desde aquí no nos cansaremos de reconocer los méritos a grupos como Celtas Cortos, como La Frontera o como Los Rebeldes. Gente con más de 30 años de carrera. Y, en el caso de Segarra y los suyos, nos cantan las cuarenta en este 2019. Cuatro décadas de rock tamizado de blues, de swing, de rockabilly, de estilo clásico. De grandes baladas y sensaciones de juventud primeriza. Todavía, cuatro décadas más tarde, las canciones de este Rock Ola Blues transmiten ese sueño del que se ve con una banda de rocanrol. Segarra tiene la suya y tenemos la suerte de que la lleva compartiendo con los demás toda una vida. Está lejos de ser su mejor disco, pero es el más reciente y eso merece el reconocimiento.

Carlos Segarra nos presenta doce nuevas canciones que nos refrenda su universo de pasión por el escenario, de honor a los amigos perdidos, de guiños a influencias musicales, abarcando todos los géneros familiares con los que ha trabajado a lo largo de su carrera. Canciones, además de su imponente colección de éxitos, con las que va a salir a la carretera durante todo el año, como prueba su larga colección de fechas avanzadas, que tienen una nueva cita este viernes, 12 de abril, en la sala Copérnico de Madrid.

Rock Ola Blues ha sido grabado en Niculina Records y producido por otro grande como Santiago Campillo que, además, firma guitarras, pedal steel, ukelele, dobro, teclados, cuerdas, percusión, coros y arreglos. Junto a él, a Segarra le acompañan ‘chicos malos’ como Juan Carlos Quintero al contrabajo, bajo y coros, Cuti Vericad en piano, hammond y teclados, Tupedro a las baterías, Tico Portales a los saxos. Colaboraciones de ‘chicos buenos’ y viejos amigos de la banda, como Miguel Ángel Escorcia, Celso Sierra, José Ciudad, Francis Sarabia, Juan Carlos Armero, Juan Francisco Cambil, Rooger Maccari y Juan Alarcón. A lo que se suma la Big Band Boom, quinteto de metales, con Javier Malonda, Miquel Just, Rafael Sales, Juan Bonet y Paco Misfut. Y es que las fiestas, cuantos más invitados, mejor.

La canción que da título al conjunto, ‘Rockola Blues’ es un canto que quizá puede sonarnos un poco inocentón en el lenguaje actual, pero que no deja de ser un estiloso retrato de una época y una generación.  También ‘El Chico de la Guitarra’ tiene tienes autobiográficos, aquí con una importante mayor dosis de roll y con un break de doo wop que refuerza el clasicismo generalizado y dulcemente anacrónico de la banda. La triada inicial se completa con ‘Colores Al Viento’, de mayor golpeo de batería, con coros épicos y argumento motero: “palabra de honor, contrato legal”.

La cosa se pone más sobria en ‘Anoche’, un tema rebosante de swing, nocturnidad y alevosía y un protagonismo de batería y vientos de lo más efectiva. En ‘Tipo Raro’ saca matices acústicos de ascendencia country (pedal steel mediante) para un retrato difuminado de lo poliédrico de las personas. Siguiendo con las referencias vitales, ‘Orgullosa Benidorm’ nos ofrece algunos recuerdos al eterno ‘Mediterráneo’.

La segunda parte del disco se abre con una dosis de rockabilly cincuentón en ‘Gato Chivato’, el tempo y las teclas son tan canónicas que pueden ser ejemplo del género. Mención aparte para el guiño a Peret. ‘Odio’ se despliega como una bella balada crooner de voz y piano, pero que no deja de ser una de las letras más crudas y duras del disco. Un repaso como el que ya hiciera Goñi en su canción homónima, mientras que ‘7 de la Mañana’ nos trae un rockabilly de cantina mexicana, muy Dinamita.

El tramo final es, como avanzaba arriba, una sucesión de homenajes y guiños a influencias varias. Todas muy evidentes. ‘Todo El Mundo Quiere a Ringo’ viene a reivindicar la figura del Beatle menos mediático del cuarteto. En ‘Rod House Blues’ se hace una versión del tema de The Doors que, como curiosidad, no recibió la autorización oficial para poder ser castellanizada. La que sí dio su consentimiento para ello fue ‘Larguirucha Sally’ que, efectivamente, es el ‘Long Tall Sally’ de Little Richard. Dos versiones de las muchas que podría haber elegido Los Rebeldes del cancionero clásico del que han bebido a lo largo de los años.

Y que queden muchos más bajo la luz de la luna.

 

Lista de canciones – tracklist:

  1. Rockola Blues
  2. El Chico de la Guitarra
  3. Colores al Viento
  4. Anoche
  5. Tipo Raro
  6. Orgullosa Benidorm
  7. El Gato Chivato
  8. Odio
  9. 7 de la Mañana
  10. Todo El Mundo Quiere a Ringo
  11. Rod House Blues
  12. Larguirucha Sally

 

Publicado el abril 10, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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