Sinaia – Solo Humanos
A ritmo de disco cada dos años, los multiorigen Sinaia (Madrid, Navarra, Valladolid) llegan en esta primera parte del año con su tercer álbum de estudio, después de que convencieran en octubre de 2014 con su debut epónimo y en febrero de 2017 con Presente. Ahora, llega Solo Humanos, que demuestra ser un jirón más en una constante búsqueda de la perfección de su sonido particular. Una mezcla que oscila según las canciones en mayor o menor grados hacia alguno de dichos componentes entre el rock, el punk, el metal y diría que incluso el hardcore, alternando potentes y agitados momentos con otros pasajes melódicos y accesibles. Para la ocasión, han contado con dos colaboraciones (concentradas en el mismo tema) que son la del inconfundible Juan, de Soziedad Alkohólika, y del rapero Tío C Car. Producido por la propia banda, junto a Jose Garrido y Daniel Sabugal; grabado y mezclado en los madrileños estudios New Life y masterizado por Ermin Hamidovic (Systematic Productions, Australia), Solo Humanos logra reunir todos los elementos característicos de lo que autodenominan “sonido Sinaia”, ese que es capaz de cabalgar a lomos de ‘Ojos Cerrados’ o versionar a Vetusta Morla.
El grupo sigue compuesto por Javier Jiménez y Rodrigo Corredera en las guitarras y coros, Iván Ramírez Bella en la batería, Valentín Domínguez encargado de la voz e Israel Martín a cargo del bajo y coros.
La intro, ‘Tierra’, destaca por la incursión de programaciones y bases electrónicas para dotarla de un mayor carácter épico. Un aperitivo que marida a la perfección con la batería y coros hardcoretas de ‘Sangre y Cal’ que nos presenta, a los pocos segundos, una de las particularidades más destacadas y diferenciales del álbum y es el sumo cuidado que parece haberse prestado a las mezclas y la interpretación vocal, que suenan con una nitidez y afinación de lo más perfecta. De hecho, el fraseo tiene un tono tan elevado que si nos ceñimos a los primeros versos casi podríamos encontrar algún ramalazo de power metal. Casi nada. El estribillo juega con coros y melodías más luminosas, para darle mayor variedad al asunto.
Después de esta accesibilidad, el riff se hace más denso, al igual que la base rítmica, casi stoner, para la contundente ‘Sólo Humano’. El estribillo endurece las formas y por momentos casi le podemos ver algunas similitudes al Brígido Duque de los primeros años en Koma. Juguetona y aprehensible melodía principal en ‘Declive’, que mantiene la tensión en todo el fraseo para regalar un estribillo muy extenso y concatenado, lo que aumenta su efecto y su poder adictivo. Un tema de grandes hechuras y que denota buena evolución.
‘Mi Condición’ se desvela como una canción autodefinitoria y abre la puerta a un corte donde se puede ver una clara ascendencia de metal gótico, para situarnos, piensen en uno de los mejores referentes del género (lo que no significa que el más popular), Morti. Y para seguir con los retrogustos… Tiene mucho del galope hardcore punk de Soziedad Alkohólika el fraseo musical (más evidente si cabe en una de las guitarras) de ‘Platea’, sin embargo, el eclecticismo se hace carne con uno de los mejores estribillos del disco, con toques de mayor intensidad en su última repetición con coros y segundas voces.
Y, claro, después de la referencia, gran acierto situar a continuación el corte ‘Cultura Desalmada (Asesinos)’, que arranca dando brea desde el inicio, acentuada con Juan en la segunda estrofa. Ya con el primer preestribillo, donde se da aire a una guitarra de corte metalero, se intuye que va a venir un tramo rapeado tarde o temprano. Lo hace de la mano de Tío C Car al que se le puede apreciar una similitud en los tonos medios con, nada menos, que Sho Hai, lo que termina de rematar un corte muy efectista y llamativo, como también su cumple su función la machacona ‘Funda Mental’, que a la zapatilla punk le añade una coda delirante final para romper su linealidad.
Llegando al final de la decena, ‘Ecce Agnus Dei’ pone el foco con los abusos amparados en la curia, para lo que recupera formas agresivas más cercanas a segundo álbum. Cordero de Dios… El cierre lo pone ‘Inercia’. Una suerte de medio tiempo grandilocuente, donde se apuesta por más novedades en las formas, como las guitarras con sonoridad semi acústica para un fraseo más limpio, y que va ganando peso y rigor con el paso del metraje.
Así, Sinaia concluye un disco que, sin ser una revolución, abre un camino a lo que podríamos llamar una completa profesionalización del sonido y el pulimento de aristas que igual no contenta del todo a los que adoraban su lado más salvaje, pero que supone un paso necesario para seguir creciendo como una de las bandas que más merecen algo más de suerte a la hora de cumplir en la gira de salas y ser incluidos con mayor frecuencia en el circuito de festivales.
Lista de canciones – tracklist:
- Tierra
- Sangre y Cal
- Sólo Humano
- Declive
- Mi Condición
- Platea
- Cultura Desalmada (Asesinos)
- Funda Mental
- Ecce Agnus Dei
- Inercia
Publicado el abril 24, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Presente, Sinaia, Solo Humanos. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
Saludos: epónimo, no; lo correcto es homónimo.
Hola! No, si el disco no tiene título y se llama como la banda, se puede decir epónimo, perfectamente. De hecho, es un término más específico y concreto.
El homónimo se suele usar más cuando el disco se llama como una canción del mismo título.
Salud.