Skunk D.F. – Dentro (2001)
Como todo se va haciendo oscuro alrededor, además del sentido metafórico, me refiero a la decoración de escaparates, anuncios y bombardeo halloweeniano, para la crítica remember de este viernes me apetecía coger algún disco metalero que tuviera unas condiciones idóneas a ese espectral registro. Recordé entonces mi vieja lista de bandas que todavía no habían pasado por la sección de los viernes y pronto me ha saltado a los ojos un nombre por encima de todos: Skunk D.F. Un grupo al que reconozco que tardé en entrar, porque creo que no fue hasta El Año Del Dragón de 2005 cuando les cogí el aprecio como para seguirles la pista y profundizar en los discos anteriores (Equilibro de 1999, Dentro de 2001 y Neo de 2003). Después llegarían Esencia en 2007, El Crisol en 2009, Perseidas en 2012, un 20 Aniversario especial en 2014 y Pigmalión en 2016. Por cierto, ¿qué gustazo cuando te cae en las manos un disco de un grupo que no conoces y que da de lleno en el momento justo y te das cuenta de que tiene muchos más discos, eh? Es un atracón auditivo de lo más satisfactorio. Me ha costado elegir qué álbum traer porque no hay ni un solo disco de la banda en el que haya dos o tres canciones magistrales, de las que entran en cualquier recopilatorio, sea cual sea el seguidor que seleccione el repertorio. Por ahí andan ‘Cirkus’, ‘El Cuarto Oscuro’, ‘Lucha Interior’, ‘El Crisol’, ‘Himen’, ‘Algo Grande’, ‘Musa’, ‘En Noches Como Esta’, ‘El Final De La Diplomacia’, ‘Decreto Ley’, ‘Supernova’… Pero nos quedamos con este Dentro, su segundo trabajo, por lo que significó en cuanto a lo que podía esperarse del grupo después de un debut oscuro y opresivo. Sea.
Lo cierto es que, dentro de las evoluciones personales del grupo a lo largo de los discos, Skunk D.F. siempre ha sido identificable y muy personal. Es quizá el mayor secreto para que la banda siga contando con una legión de fieles silenciosa, porque su música, y sobre todo sus letras, nacen desde las vísceras más sanguinolentas de la psique, no siempre equilibrada. Ese juego entre frustraciones, locura, lucidez, oscuridad y ejercicios visionarios han dotado a la banda madrileña de una fama de atormentada que con el paso de los años la ha convertido en una especie de ‘patito feo’ dentro del metal estatal. Sin el gancho comercial de Sôber, ni la rabia iracunda de Hamlet… Pero ahí siguen, con un legado brutal.
Skunk D.F. estaba formado en este álbum por los sempiternos Germán González a la voz y Pepe Arriols al bajo y coros, además de Álvaro García a la batería y percusión y Raúl Guerra a la guitarra, programaciones y coros, y Fernando Lamoneda en la guitarra. El disco fue producido por el propio Raúl Guerra y Roberto Galán, después de que el debut corriera a cargo de Luis Tárraga, el guitarrista de Hamlet.
La lista de once temas se abre con ‘Un Minuto’. Una canción que arrastra y atruena de inicio con ese riff que es puro ‘Symphony Of Destruction’ de Megadeth. La canción es una invocación interior descomunal, con una letra que refleja claramente ese punto de introspección cruda que se sucederá a lo largo de toda su carrera con estrofas como “Deja a tu subconsciente, invadir la realidad / Que solo produce arcadas, caras raras y ansiedad / Ahora, desfila tus pensamientos por el filtro de tu voz / Esparciéndolos al viento, liberando tu dolor”. Las programaciones incluidas son muy del gusto de la época y no expansivas, muy del rollo Freak XXI, la escisión de Ktulu y su El Antitrión de 1999.
‘En Nombre De Dios’ arranca casi con compás gospeliano, entre efectos vocales y ambientación más limpia. Entre el ‘Denuncio a Dios’ de Hamlet y ‘Nos Vimos En Berlín’ de S.A., Skunk D.F. afronta la guerra enconada entre Israel y Palestina. ‘El Encanto De La Imperfección’ simula arreglos sinfónicos con los teclados para un canción ambiciosa en las formas para, no olvidemos, su segundo disco. Mientras que ‘Plaza Suárez’ coge la esencia tribal de los Sepultura, A.N.I.M.A.L., Brujería y compañía para marcase un desfase atronador y en línea con la canción protesta aborigen. La interpretación vocal, directamente, es puro grito.
Siguiendo por el territorio social, ‘Supervivencia’ presenta un riff efectivo y muy conseguido gracias a que las voces se esconden en segundo plano para un texto con tempo casi funk sobre el drama de las pateras y con las fronteras de la diosa Europa cerradas, desentrañando la furia en el estribillo. Aunque para efectista, el piano y teclados de entrada, de corte lírico y casi barroco de ‘En Silencio’. Un corte críptico y abierto al desencanto y la añoranza. Con una amplia introducción instrumental y maquinal, a lo Fear Factory, arranca ‘Por Dentro’, un tema en el que se plantea una metáfora sobre la identidad sexual, mucho más sobria en su estribillo.
Pero el tema más brutal y uno de mis preferidos de la banda es ‘Anestesia’ (fue el 3º en #Mis10de). Un tema de percusión tribal y bases casi paranoides en su segunda parte, que reflejan la crudeza del síndrome de abstinencia pero, amigos, esto es Skunk D.F. y nada es lo que parece, porque dibujan una letra aplicable a cualquier situación cuando cantan “hundido busco bendición, en la heroína del recuerdo, algo de calor”. ¿Se puede ser adicto a un tiempo pasado? Claro. Con compás de bulería flamenca llega ‘2-3-6-8-10’. Un ejercicio intachable aunque se mueve en terrenos que, claro, después sublimarían gente como Hora Zulú o Fausto Taranto. La letra apunta a la raigambre profunda con “Corazón, entrañas, fuego y tripas”.
Mucho más conseguida, ‘Empezar Otra Vez’ nos acerca al final juega en terrenos arabescos en una historia de reencarnación. El texto es una auténtica locura psicótica. Desde querer reencarnarse, cuerpo corrupto, clonación para volver crear una involución con la que se quiere acabar. Después llegarán con bases y scratches, bombo y caja, y un rollo rapeado en ‘Identidad’, que irá creciendo y creciendo hasta desembocar en furia metalera. El cierre lo da una canción contra la tiranía del mercado laboral y financiero, ‘El Vagón De Los Esclavos’, tan vigente durante demasiado tiempo.
A ningún grupo o artista le gusta ser ‘de culto’ por el punto minoritario que tiene el término, pero es que Skunk D.F. se ha convertido en un regalo excelente por descubrir para aquellos que no le hayan prestado la atención debida. El (maravilloso) problema de Skunk DF es que es una banda que es cualquier cosa menos fácil. Tiene una discografía que exige al oyente. Eso en unos tiempos, de una década a esta parte, en la que lo más importante es quedarse con dos canciones de cada banda en la biblioteca o pasar de single a single, es jodido, pero realmente gratificante si se le dedica la atención que demanda. Es ir a contracorriente, pero ¿acaso el rock no trataba de eso en sus orígenes?
Lista de canciones – tracklist:
- Un Minuto
- En Nombre De Dios
- El Encanto De La Imperfección
- Plaza Suárez
- Supervivencia
- El Silencio
- Por Dentro
- Anestesia
- 2-3-6-8-10
- Empezar Otra Vez
- Identidad
- El Vagón De Los Esclavos
Publicado el octubre 28, 2022 en Críticas Remember y etiquetado en Críticas Remember, Dentro, Skunk D.F., Skunk Df. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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