Ginebras – ¿Quién Es Billie Max?

Para alguien que en su niñez se ha cantado buena parte de la discografía de Aerolíneas Federales (vía hermano mayor), que en los tiempos universitarios celebró el resurgimiento de esa sonoridad con Los Fresones Rebeldes o Nosotrash, bajo etiquetas poco acertadas con el muy mal llamado ‘tontipop’ (se me ocurren muchos más géneros y formas de encarar la música donde el calificativo podría ser más apropiado), que otros buen puñado de años más tarde sigan surgiendo bandas que beban de esa forma naturalizada, divertida y melódica manera de contar historias y cantar canciones me sigue conmoviendo al extremo. Es una suerte de conciliación con ese presente tan deslavazado y pueril en el que los “Viejos Rockeros Viejos”, que diría León Benavente, y sus discos como concepto ya no tienen apenas sitio más allá de su reducido coto de endogamia. Para mí Ginebras es eso. Un grupo que trasciende de toda moda para cantar en plena sencillez historias que no por triviales resultan inanes. Ya sorprendieron con su debut en el primer largo Ya Dormiré Cuando Me Muera (que se quedó sin crítica porque lo escuché algunos meses después de su lanzamiento, así que siempre tendremos la carta de dedicarle una crítica remember de viernes dentro de unos años) y vuelven a hacerlo con este segundo, ¿Quién Es Billie Max? Y lo consiguen porque lejos de clavar la misma fórmula desenfadada, consiguen trasladar lo aprendido a lo largo de estos tres años, narrando con el mismo sentido del humor pero con algo más del poso que da la experiencia. Incluso atreviéndose con temáticas y arreglos más elaborados. Y lo que me sorprende es que tengan haters declarados habiendo tanto mal por esos reproductores de streaming

El álbum ha sido grabado entre los estudios La Mina y Fluxus, con guinda final del último corte de la lista, que se registró en Abbey Road (tenéis un documental en dos partes en su canal de YouTube sobre la experiencia) con Pau Paredes en la producción, masterización y mezcla.

Como buen grupo de ascendencia ligeramente punk (de Airbag a Lendakaris) y de evidente socarronería social, Ginebras (Magüi Berto a la guitarra rítmica y voz solista, Sandra Sabater a la guitarra solista y segunda voz, Raquel Pola al bajo y Juls a la batería) vuelve a hacer gala en este disco de una buena colección de referencias culturales coetáneas y/o admiradas. Desde Alex Turner a Elvis, pasando por Rosalía e Iker Jiménez y un largo etcétera, como ya hicieran con Crystal Fighters o Trancas y Barrancas en el anterior.

Una fiesta que se va de las manos a lo interplanetario nos recibe en “Billie Max” que juega con la plasticidad de sintes y un buen trabajo de coros en una correcta bienvenida a este segundo asalto. Con guitarras más corpóreas, tempo más veloz y actitud más enérgica llega “Alex Turner”, que toma la figura del vocalista de Arctic Monkeys para señalar las costuras del ligoteo postureta. Un estribillo que dice «y tú sigues siendo un gilipollas» tiene el éxito garantizado.

“En Bolas” desliza una melodía vocal que se acerca por momento a algunas de las tonadas más conocidas de Lori Meyers, para otra nueva historia jovial sobre las bondades de andar desnudo por la cocina. “Desastre De Persona” sigue con el listón enérgico alto con golpeo de batería y guitarra amacarrada al estilo El Canto del Loco, no en vano, para el puente aparecerá la inconfundible voz de Dani Martín. Más madera con “Rapapá” donde dan su salida a su querencia por el rollo más bailable. Con otro armazón de corte guateque sesenta, “Omeprazol” viene a sumarse a las canciones para medicamentos con otra gama de melodías coloristas, tal es así, que en la coda explotará en una profusión de sincopas con metales incluidos (ya avisaron en “La Típica Canción” el amor de Magüi por el ska).

Más apesadumbradas y menos ‘happy’ vienen “Lunes Negro” y “Ansiedad”. La primera nace de la depresión post subidón de reventar un festival, la segunda un intento de abordar uno de los principales males del primer mundo en el siglo XXI, compuesta con el objetivo de ayudar a una amiga del grupo. “Lunes Negro” se reviste con exceso de distorsión, voces y teclas, con colaboración de Karavana, mientras que “Ansiedad” tiene el loable mérito de intentar afrontar el tema sin perder fuerza en las formas.

Para el tramo final nos queda todavía “He Resucitado A Elvis”, de nuevo con gusto de clasicismo sesentero de formas deliciosas y (otro signo evolutivo) con rimas por encima de la media del primer disco. “Qué Gozadita” es el último ejercicio hedonístico con aires tropicales, por suerte más cercanos a los de Danza Invisible o Seguridad Social que a lo de Carlos Sadness. El colofón viene con la diferencial balada “Muchas Gracias Por Venir”, grabada en Abbey Road con toda esa autenticidad que da su real devoción por los Beatles de cada una de las integrantes, que se deja notar desde la progresión de acordes del piano, hasta el crescendo de la base rítmica y la elegancia general, abriendo así la puerta a nuevas formas de contar en próximos discos.

Así, asumiendo que era imposible repetir el efectismo del debut, Ginebras cierra un disco que conserva su frescura pero avanzando adecuadamente en su evolución.

Lista de canciones – tracklist:

  1. Billie Max
  2. Alex Turner
  3. En Bolas
  4. Desastre De Persona (con Dani Martín)
  5. Rapapá
  6. Omeprazol
  7. Lunes Negro (con Karavana)
  8. Ansiedad
  9. He Resucitado A Elvis
  10. Qué Gozadita
  11. Muchas Gracias Por Venir

Publicado el abril 10, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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