Vita Imana – Oceanidae
Empecemos por la base. Por lo general, es muy difícil que un grupo que emplee la voz gutural de forma casi constante pueda llegar a gustarme plenamente. Con Vita Imana y con Uluh descubrí que puede haber honrosas excepciones. El hecho de que se le entienda tiene mucho que ver, aunque no es solo el único motivo. Y Oceanidae, el tercer disco de la formación madrileña, viene a dar sentido a que para mí sean algo diferente. Y el seso tiene mucho que ver. Vita Imana realiza en los nueve cortes del álbum (ocho canciones y una instrumental) un tratado de cómo realizar un disco plenamente cañero sin asfixiar al oyente en bramidos, distorsión y velocidad sin control. No. Aunque te sumergen bajo el agua, no solo te asfixian sino que te hacen respirar, sentir odio y opresión, libertad y campo abierto. Es la consolidación del mejor grupo de metal oscuro del país.
Producido por David Sobrino y Carlos Santos y masterizado en los estudios Sterling Sound de Nueva York, que siempre viste y más aún si ves la lista de grupos contundentes que han pasado por allí (Lamb of God, Gojira, Dream Theater…), Oceanidae se define, por la propia banda, como una inmersión bajo la isla de Uluh, “en un mundo inmortal y desconocido en el que nuevas especies, nuevas ideas, nuevos valores y nuevos conceptos musicales se unen de manera más agresiva que nunca”. Agresividad bien entendida, como esbozaba al principio.
De 53 minutos de duración, Vita Imana han tirado de estilo para equilibrar el álbum con una maestría suprema. Tres canciones que superan los nueve minutos, cañones concisos más potentes, una instrumental evocadora y mucho aire que nos hace sentir la brisa del mar, los rayos del sol entre la sal y las aves. Esa sensación es la que emana desde la entrada con ‘Depredador De Luz’. Un inicio pausado y abierto, para una canción potente pero con un tempo lento. La introducción con el ruido de las cuerdas de la guitarra es la primera genialidad del álbum porque te hacen partícipe, te sumergen en su mundo y ya no sales en los nueve cortes. La sensación de odio y rabia del estribillo se ve incrementado por un corte de guitarras que suenan como una lijadora abriendo una cabeza o como el sonido de la locura en la cabeza de un demente.
Un final reposado enlaza con una entrada que avecina tormenta. Un riff de guitarra solitario es el preludio de la entrada del doble bombo y esa percusión excepcional de Míriam Baz. La voz de Javier Cardoso entrando en el fraseo de ‘Equilibrio‘ con un “Duele” repetido termina de acelerar el pulso. Es una de las canciones más agresivas del disco y así se transmite en el texto. Sufrimiento extremo, odio y asfixia. Pero, ay qué difícil es manejar los tiempos y qué resultado excepcional cuando se hace. Esa intensidad extrema se ve atemperada por otro pasaje tranquilo a modo de outro. La tierra parece abrirse para la entrada de ‘Ablepsia’. Canción que sirvió de single y de primer videoclip del álbum y que tiene uno de los fraseos más accesibles, ya que Cardoso se sirve del poder modélico de su voz. Pero la guinda es el fraseo musical de la segunda parte de la canción sobre la que se repite “es tu ley”. Otro cañonazo.
‘Mar De Cristales’ es la canción más suave del álbum. Casi diez minutos de tema que se abren con una preciosa introducción muy melódica, a la que poco a poco se suman armonías hasta completar con un tarareo femenino que te termina de erizar las emociones. La canción pasa por ser la que tiene el pasaje vocal más limpio pero una intensidad teatral casi insoportable. “Una luz me ciega, ya no hay otra opción”. Termina de hacerse sobresaliente con la violencia del “alejarme mar adentro” y el desgarro de “desfigurado mi rostro, crucificado mi rostro”. Bajo las estrofas un solo intencionalmente imperfecto. De nuevo las voces femeninas te transportan bamboleándote al final del tema…
…Como unas sirenas que te engañan, porque el inicio de ‘Manos De Sangre’ te cogerá con la guardia baja. Entra a cañón con doble bombo, percusión y guitarras dobladas que te cortarán por todas partes. Es la canción de mayor golpeo directo del álbum. Aunque, por motivos evidentes, el himno del disco en los conciertos tiene toda la pinta de ser ‘6 Almas’, por ese grito inicial, la entrada muy Sepultura, y un estribillo aprehensible: “Seis Seis Seis, como si fuera el último”. El desarrollo de la canción en la segunda mitad es puro thrash metal, con una escala de guitarra efectivo y paranoide, gracias a ese siempre añadido de percusiones.
No lo olvidéis, Oceanidae es una lección de cómo manejar los tiempos y tras dos trallazos, ‘Hydros’ es un desahogo instrumental que sienta como quien llega a la orilla después de tres días nadando en el mar abierto. Además, el sonido de las guitarras, de las cuerdas, te llevará irremediablemente a recordar el inicio del trayecto. Como quien recuerda un tiempo feliz tras una tormenta. Justo la que vuelve en ‘Oxígeno’. Un tema directo y sin zarandajas (el tramo de “siempre quise esperar que llegara el momento” es gasolina pura) que destaca (y se diferencia) por un solo final de corte arabesco-oriental que le da un matiz muy interesante al trabajo general de las guitarras en el disco por parte de Román García y Puppy.
Para cerrar, el tema homónimo arranca pausado, para ir acelerando con un gran ritmo percusionado, lo de Daniel y Míriam es también de estudio. Es otra de las canciones que superan los nueve minutos y que intenta ser un epílogo de todo el crucero. Un inicio fantasmagórico y tétrico preludia un tema de tempo lento, muy tenso y que no termina de enganchar como el resto del álbum. Pecata minuta que el mínimo borrón sea el último tema.
Estamos ante un disco descomunal. Ante la banda de metal agresivo más en forma y con un importante (y no impostado) grado de accesibilidad para públicos de otros géneros.
Bravo.
Tracklist:
- Depredador De Luz
- Equilibrio
- Ablepsia
- Mar De Cristales
- Manos De Sangre
- 6 Almas
- Hydros
- Oxígeno
- Oceanidae
Publicado el marzo 19, 2014 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Críticas Rock, Oceanidae, Sepultura, Uluh, Vita Imana. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
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