Estopa – Rumba a Lo Desconocido

Estopa Rumba a lo DesconocidoAunque hasta cinco temas han sido destripados desde la última quincena del mes de junio hasta una semana antes de su salida, el 2 de octubre, Rumba a Lo Desconocido es el nuevo trabajo con nuevas canciones del dúo catalán Estopa, cuatro años después del discreto Estopa 2.0. Un álbum que viene con doce temas en los que los hermanos Muñoz parecen haberse centrado en la tarea. Un lanzamiento que viene aparejado de un diseño y película comic-motion con la que se granjean el visto bueno de un importante sector de público (por cierto, muy extenso precisamente en Cataluña). Nada es casual, está claro. Pero ciñéndome a lo musical, se nota en el tono generalizado que David y Jose vienen oxigenados de la gira acústica de éxitos que, en cierta manera, les sirvió para reencontrarse con algunos sonidos y con la forma de encarar las canciones. Ese ‘alma’ se deja sentir en el disco a diferencia de sus antecesores.

Hace poco hablaba aquí, en una crítica remember de los viernes de su debut y de cómo con el paso de los discos, la frescura de lo orgánico derivó en un piloto automático consistente en aumentar la distorsión, la velocidad y el rumbeo maquinal. Una fórmula que puede ser aceptable para unos pocos temas, pero que se tornó en demasiado repetitiva y deshumanizada. Todo eso es lo que parece que la gira ha recuperado y se deja latir en Rumba a lo Desconocido. Eso no quita para que algunos temas parezcan intentar cubrir ‘cuotas’ de representatividad, pero la escucha íntegra del álbum no acaba diluyendo tu atención.

‘Nadie Sabe’ arranca con un riff contenido que recuerda a los rocanroles del Sabina de los noventa (no será, como es lógico, el único guiño al de Úbeda). Guitarras veloces y cruzadas, con cierta velocidad, que derivan en un estribillo aprehensible y efectivo “dame pan y dime tonto tú primero”. Una canción de tintes explosivos, como refuerzan los coros futboleros finales. Más familiar (más radiada) llega ‘Pastillas Para Dormir’. Un medio tiempo que entra (claro) con acústicas, vibrante y cercana, incluso con ese break rítmico que transmite calor más latino que rumbero. La melodía se inmiscuye por todo el tema, convirtiéndolo en uno de los mejores de la última década.

Debilidad, como sabéis, por las melodías de ascendencia arabesca, ‘Estatuas De Sal’ es quizá mi corte preferido del álbum, por ese plus de teclados que se deja sentir en el remate del estribillo, así como en las bases de un estribillo serpenteante. ‘Ando Buscando’, salvando las distancias, tiene un arranque que evoca esos ‘Suma y Sigue’ o ‘Bossanova’ del citado debut. Es cierto que la evolución del tema lo levanta hacia otros territorios, pero refuerza las sensaciones apuntadas al comienzo. En cualquier caso, el sonido slide de guitarra le da un porte elegante.

‘Gafas de Rosa’ es la canción ‘más happy’ del disco, con ese aire de reggae sincopado tamizado de rumba catalana. Todo ello para descerrajar el texto más irónico de la lista: “Ponte unas gafas de color de rosa si del sistema no quieres salir. Saca tu sonrisa más casposa, relájate y disfruta de tu país”. El primer bloque del álbum se completa con ‘Con El Viento’, otro corte de ascendencia sabiniana con esa “plaza del mercado” o “corazones marchitados”. ‘Se Me Olvida La Vida’ la vida se presenta como una rumba de tempo lento, con una buena melodía vocal en los remates del estribillo y un bello guiño al ‘Pasa La Vida’ de Pata Negra.

A partir de este momento el disco se torna más eléctrico con ‘Donde Va Mi Alma’, ‘Corona De Espinas’ y ‘Tonto’. La primera de ellas tiene una estructura menos convencional y en ocasiones con cortes demasiado yuxtapuestos o alejados entre sí. La segunda es la mejor de la terna, con una distorsión de guitarra poco frecuente para la banda, que empaca un rocanrol vetusto, sin necesidad de tener que pisar el acelerador. Por su parte, ‘Tonto’ arranca con un tono más grave y desemboca en un crescendo típico. Entre ellas se intercala ‘Mundo Marrón’, una rumba en medio tiempo con letra generosa, otra de las que evidencian el cariz que tiene el álbum. Como coda final destaca y rutila ‘Sin Sombrero’, dos minutos y medio que pueden servir de canto homenaje a cualquier amigo perdido.

En definitiva, la producción de Rafa Sardina nos trae a unos Estopa menos ajenos a la música, más cercanos y cálidos. Los que nos gustaron en los primeros tiempos. Brindamos por ello, con vino tinto.

 

En Spotify.

Tracklist:

  1. Nadie Sabe
  2. Pastillas Para Dormir
  3. Estatuas De Sal
  4. Ando Buscando
  5. Gafas De Rosa
  6. Con El Viento
  7. Se Me Olvida La Vida
  8. Donde Va Mi Alma
  9. Mundo Marrón
  10. Corona De Espinas
  11. Tonto
  12. Sin Sombrero

 

 

Publicado el octubre 14, 2015 en Críticas Discos y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

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