Fausto Taranto. Madchester Club. 11 de marzo
Esta vez sí, con disco en la calle, el pasado viernes volvimos a ver a Fausto Taranto apenas 14 meses después de su anterior visita a la sala Madchester. (Aquella ocasión solo tenían un EP de cuatro temas) La banda de Paco Luque y Quini Valdivia a las guitarras eléctricas, Miguelo Martínez al bajo, Adrián Barros en la batería, Ismael de la Torre en la voz y el acompañamiento de Enrique Amaya a la guitarra flamenca y Eva Díaz Extremera y Joanna Heredia como coristas, volvieron (por suerte) a incluir la sala almeriense como piedra de toque para seguir cimentando reputación (bendita vecindad) y piedra a piedra se hace el camino, puesto que la asistencia prácticamente se duplicó con respecto a la primera ocasión. Que El Círculo Primitivo es un disco de leyenda lo sabe todo aquel que lo prueba. Así que esta vez, con el trabajo hecho y con las canciones aprendidas, el público de dejó amarrar, loco por escuchar una tanda de llantos, quejíos, recuerdos y una forma de fusionar el flamenco y el metal que parece mentira. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos)
La banda vino bastante remozada con respecto a aquel concierto primerizo, aunque a la postre ha acabado siendo la más rodada y con la que registró una muy aprovechada actuación en Los Conciertos de Radio 3 hace unos meses. Seguro que eso influyó también en la comodidad de cada uno de los integrantes. Le reconocía al final al propio Ismael que había cantado mucho mejor que entonces. Así, tocaba dejarse llevar por el repertorio que incluyó, como no podría ser de otra forma, dadas las circunstancias, El Círculo Primitivo en su totalidad, la versión ‘Sembré Una Esperanza’ de Enrique Morente, aumentada con algunos versos de otro tema y la añadidura del rutilante y mesiánico ‘Todo Es De Color’ de Lole y Manuel, muy apropiado después de que Molina nos dejara en mayo del pasado año.
El repertorio comenzó, sorprendiendo a todos, con ‘Oídos De Carnicero’, posiblemente el corte más trascendente de El Círculo Primitivo. Potencia y empaque para terminar de ajustar un sonido que fue algo deficiente en la primera mitad del mismo, pero que ya estaba bien afinado al final del mismo. La energía inicial se tornó accesibilidad con ‘Se Apodera’, una de esas canciones de fraseos y estribillo tan bien hilvanados que no salen de tu cabeza, cimentados en una estructura rumbera. ‘Ni Las Sobras’ (bautizada en el concierto de enero del año pasado y en el de este como ‘Lastimica’ en la hoja del repertorio) fue la siguiente en aparecer, bella y rutilante, la canción con mayor dinámica del álbum y con los pasajes más reposados. Quizá fue demasiado pronto pero evidenció que también pueden brillar en lo melódico (como ya hiciera Hora Zulú en ‘Nuestro Entonces’). El primer tramo del concierto culminaba con la amargura de ‘Otra Letra Más’, la canción que en estudio borda Manuel Martínez y que Ismael defiende con soltura a solas en el escenario.
El siguiente bloque, tras la introducción ya conocida, recargó la fiesta con esa rumba psicótica que es ‘Los Llantos De Mi Almohada’, bien continuada por ‘Loco Por Saber’, que ya tiene hechuras de clásico, justificado, eso sí, porque es la primera canción que dio a conocer la formación en el verano de 2013. Dedicatoria a un servidor por segundo año consecutivo del ‘Por Amarrarme’, (esta sí titulada con su nombre y no con el anterior ‘Yerma’). Angustiosa canción que brilla en sus tres tempos, el del fraseo de la presentación, el del estribillo creciente de Ismael y la coda final con el protagonismo lleno de malditismo de las voces femeninas. Un cañón y gratitud máxima. También se dejó querer ‘Parece Mentira’, si bien brilló más la primera parte de la canción que la segunda, donde (al contrario que en el caso de ‘Otra Letra Más’) sí se echó en falta la colaboración del disco, el zapateado salvaje de La Moneta.
Para el último bloque Fausto Taranto unió las tres versiones de la noche. En primer lugar la que sí aparece en el álbum, ‘Recuerdos De Una Noche’ de Triana, tan certera y tan bien llevada a su terreno. Y eso que toser al genio de Triana son palabras mayores. Brillante como siempre ‘Sembré Una Esperanza’, en esta ocasión regada de versos de ‘A La Hora de la Muerte’, también de Enrique Morente. La santa triada de reconocimiento al legado del rock andaluz se cerró con el ‘Todo Es De Color’ de Lole y Manuel, quizá algo lineal, pero efectiva y efectista por su carácter sorpresivo.
Así, para los bises quedaron la luminosa ‘Como Tu Cara’ y esa melodía positivista (tanta pena negra necesita su halo de luz de esperanza) y ‘A Capa y Espada’, que sonó especialmente intensa. Un cierre brillante para un nuevo concierto de una banda que merece respeto, atención y cariño. De la que siempre uno quiere más y uno intenta imaginarse cómo de bueno será la siguiente entrega y qué canciones son capaces de dejar fuera.
¿Aguja o alfiler?
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Setlist:
- Intro
- Oídos De Carnicero
- Se Apodera
- Ni Las Sobras
- Otra Letra Más
- Intro Los Llantos
- Los Llantos De Mi Almohada
- Loco Por Saber
- Por Amarrarme
- Parece Mentira
- Recuerdos De Una Noche (Triana)
- Sembré Una Esperanza (Enrique Morente)
- Todo Es De Color (Lole y Manuel)
- Como Tu Cara
- A Capa y Espada
Publicado el marzo 14, 2016 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Crónicas Conciertos, El Círculo Primitivo, Fausto Taranto, Ismael De La Torre, Paco Luque, Quini Valdivia, Sala Madchester. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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