XII Gazpatxo Rock. Ayora, 18 de febrero
Un invierno sin Gazpatxo, no es un invierno como debe de ser. Fiel a su cita en febrero, como los carnavales. La localidad valenciana de Ayora recibió el pasado fin de semana la decimosegunda edición de su otrora retoño, ya casi convertido en todo un clásico imprescindible del panorama festivalero. Diez bandas sin nada que demostrar y todas en un buen momento de forma para un cartel sin grandes cerrazones, sin grandes tendencias, variado y con numerosos ‘palos’ dentro de cada género: Sin Propina, Atzembla, El Último Ke Zierre, Mafalda, Desakato, Non Servium, Talco, Reincidentes, Aspencat y Gomad! & Monster aseguraban más de doce horas de música en directo. Nosotros no vivimos todas, pero si las suficientes como para comprobar que el Gazpatxo crece, tanto que casi el sitio parece quedárseles pequeño.
Tras el incómodo recinto del año pasado, la organización apostó por darle ‘un vuelco’ a la colocación de la carpa (ah, aquellos años de calor pabellonero…) y ganar mucha más amplitud y comodidad. Algo de agradecer para todos los conciertos, más aún a la luz cenital que presidía el espacio hasta que se decidiera cortar al entrar la noche (curiosa contradicción). Buen ambiente en los aledaños, zona de acampada bien montada y mayores servicios en torno al festival, aunque quizá algo ‘apiñonados’. Cosas que pulir.
Los primeros en salir a escena fueron Sin Propina, el grupo que el bueno de Aris montó tras acabar con Transfer. No los vi, pero las impresiones que recibí al preguntar por ellos fueron las mismas que percibo al escuchar sus discos. Que sí, que es Aris, que su voz y su forma de hacer es indiscutible, pero el pasado pesa mucho cuando has querido tanto a aquel grupo. Consciente de ello parece ser que hasta se echó dos o tres temas de sus ‘ex’, así que no debe ser una sensación única de sus seguidores. (Foto del tuitero Ro: @mierdadeverdad).
Los segundos en irrumpir en escena fueron Atzembla. Los jóvenes valencianos no pueden ocultar que surgen al calor de una ola provocada por el tsunami provocado por el advenimiento de masas de Obrint Pas, continuado por su adiós y el relevo aprovechado de La Gossa Sorda, y la pleamar generada de su también despedida (ejemplo que también toma Aspencat, hasta para eso…). Una escuela muy identificable, a veces con electrónica, a veces con más/menos vientos, pero marcada. A diferencia de tanto grupo similar, me convencieron, era la primera vez que los veía, porque lo folk y los metales no se supeditan a una cruda potencia rockera, a veces tendente al punk, otras tendentes al hardcoreo. Tras un incipiente EP (‘CorsArmats’) y otro nuevo tema (‘Pólvora’) habrá que estar pendientes de su evolución.
Quien tiene claro lo que se hace y el camino que ha ido marcando su trayectoria son El Último Ke Zierre. Tenía especiales ganas de verlos y en buena parte del concierto no me defraudaron. De hecho creo que en los festivales les sienta mejor una hora tempranera que demasiado nocturna. Empezaron dando salida a los temas jóvenes que más aceptación popular han tenido como ‘Las Cuchillas de Tu Miedo’, ‘Fiesta o Duelo’ o ‘Rompesuelas’, entre las que intercalaron ‘Yo Seré Tu Abogado’, ‘Vuelta al Infierno’ e ‘Insurgente’. Fue en este punto donde sorprendieron con una remozada ‘Ansiedad’ para derivar en un pase descomunal ‘Enganchandos’, ‘A Donde Vas’, ‘Mis Calzones’, ‘Veneno’… Y este punto, también, sorprendió que Rober empezó a bajar un tono los fraseos, en algunos momentos incluso más recitando que cantando. ¿Quizá un proceso febril reciente? Lo más probable, pero eso le quitó lustre a una notable actuación que aún tendría otros clásicos como ‘Tú Me Vicias’, ‘Soldadito’, ‘A Cara de Perro’, ‘Juan Sin Miedo’, ‘Tus Bragas’ o ‘Quiero Ser Tu Perro’.
El nivel se mantuvo álgido con los jóvenes Mafalda. Como tuiteé en el momento, cada vez que los veo su puesta en escena es mejor, su sonido más empacado y su credibilidad mayor. La admiración que despiertan viene cimentada por su fuerza musical y por su discurso, aunque a mí me interesa especialmente lo primero. Un combinado de sonidos que no atiende a normas y que va de la melodía a la virulencia, del ragga al hardcore, del metal al cabaret, con una naturalidad meritoria. Los juegos de voces alternan lija y terciopelo y la puesta en escena es bastante sólido para el relativo poco tiempo que llevan. Por eso se hace más curiosa la bulliciosa tropilla de ‘haters’ que ya atesoran. Nunca llueve al gusto de todos, pero ellos convencieron con ‘Agua Negra’, ‘Deconstrucción’, ‘Bam Bam’, ‘Asumiendo Todo El Miedo’, ‘Absurdas, Pero Necesarias’, ‘La Era de la Manzana’ (normalmente fuera de los festivales), ‘En Guerra’ y, cómo no, ‘La Llorona’. Además, el Gazpatxo Rock tuvo la suerte de ser el primer lugar donde se interpretó en directo ‘Nuberu’, el tema conjunto con Desakato. No quedó brillante, pero fue un gran punto para el evento. ¿Habrá más?
Y es que los asturianos casi se han convertido en unos asiduos del Gazpatxo. Todavía recuerdo ‘su primera vez’, en la que al terminar de tocar se pusieron a vender sus camisetas en el espacio para merchandising reservado en el pabellón. Desakato lleva un repertorio más que rodado y engrasado porque, sencillamente, no dejan de tocar. Es una de las apuestas más seguras del rock en los últimos cinco años y se lo han ganado a pulso. Y lo que es mejor, que el aplauso y vitoreo no les han quitado entrega, sino todo lo contrario. El que los ve, lo sabe. Así, aunque el repertorio se centre especialmente en sus dos últimos discos el nivel está siempre por el techo. Además, tampoco rechazan el pasado de ‘Octubres Rotos’ y ‘Contra La Pared’, siempre efectivas, ni la ligereza rockera de ‘Sonrisa Certera’, la virulencia urgente de ‘Carta de un Paria’ y ese himno llamado ‘Cada Vez’ y su hermana ‘Cuando Salga El Sol’. Pero ‘Héroes’, ‘Animales Hambrientos’ o ‘La Tormenta’ ya le pisan los talones. Resultó raro no escucharles el ‘Pánico en Frankfurt’, pero se cayó por tiempo.
Porque Non Servium, como suele ser habitual, tenía ganas de salir a morder, de incendiar (literalmente) la carpa de Ayora con su brutal oi y vaya que lo hicieron con temas como ‘Todos Al Suelo’, ‘El Espíritu del Oi’ u otras más recientes, y todo un acierto incluirla en el repertorio, como ‘Mi Pacto’, un hermoso canto de paternidad. ‘Madrid’ y ‘A.C.A.B.’, con la participación de un niño de once años cantando a garganta pelada igual que Carlos, atronaron en la parte final, para concluir con ese eterno ‘Torpedos’. Los mostoleños nunca hacen prisioneros y el público les respondió con pogos, empujones y las típicas bengalas, que alumbraron la carpa hasta en una decena de ocasiones, para disfrute y buena forma de los de seguridad, que se echaron unas cuentas carreras para intentar evitar lo que era tan previsible como inevitable.
Quizá la propuesta menos encajable de la lista era la de Talco, pero si están por los alrededores es difícil que cualquier festival se resista a contar con su explosivo ska festivo (más aún cuando la jaula de grillos impide que la referencia patria vuelva a los escenarios). Salieron con la atronadora ‘Il Tempo’ a degüello y a toda velocidad, pero los italianos se encontraron con un inesperado cuelgue absoluto de la mesa de sonido central que, eso sí, apenas tardó dos o tres minutos en resucitar para que la fiesta de la ventolera siguiera su curso con su piñón fijo conocido. Talco explota sus virtudes de forma más amable que sus vecinos Banda Bassotti y eso lo hacen mucho más digeribles. Y sí, aunque no les tengo mucho aprecio canciones como ‘Tarantella dell’ ultimo bandito’, ‘La Torre’ o ‘La Carovana’ siempre te hacen esbozar una sonrisa.
Tras tanto movimiento, los buenos de Reincidentes, que son el grupo más sólido, constante e incólume de la escena, resultaron algo hieráticos. Además, aún por razones que ninguno de los asistentes alcanzamos a comprender, el sonido con ellos bajó de decibelios de manera significativa. Hasta el punto de que no había que dejarse la garganta para poder hablar con la persona que tuvieras al lado. (Aunque yo el daño ya lo tenía hecho y empezaba a notar sus efectos en forma de fiebre). El cuarteto de Madina, Finito, Barea y Manolo es tan ya de la familia, los hemos visto tantas veces que uno sabe que tienen días de inspiración alta y otros de cumplir expediente. Y en esta ocasión tocó de las del segundo tipo. Quizá el hecho de remozar tanto el repertorio (más el orden que el contenido) con respecto a la última gira de salas pudiera afectar. El caso es que no faltaron ni las cucarachas blancas, ni los rap con su rip, ni Carmen, ni Dolores, ni la tricolor, ni los aquelarres de jartos de vicio. Hace unos días anunciaron que están preparando nuevos temas. Erre que erre y bien activos. Bravo.
Pleno de sensaciones prefebriles, era el momento de abandonar Ayora cuando aún faltaban por salir a escena Aspencat, que desplegaron su música nacida de la rabia en una de las citas que han encendido su cuenta atrás. Para concluir con Gomad! & Monster, una loable propuesta similar a Pendulum que, sin duda, tiene su punto interesante. A ellos les debo una.
Publicado el febrero 23, 2017 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Aspencat, Atzembla, Crónicas Conciertos, Desakato, El Último Ke Zierre, Gazpatxo Rock, Gomad! & Monster, Mafalda, Non Servium, Reincidentes, Sin Propina, Talco. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
Pingback: Lo Más Leído de 2017 en RockSesión | RockSesion
Pingback: #Mis10de Desakato | RockSesion
Pingback: Desakato – Miseria, Sangre y Plomo (2010) | RockSesion