Medina Azahara. Alamar 2018. 7 de julio
El destino, las casualidades y el azar a veces nos regalan muescas satisfactorias. Cuando se desvelaron los horarios del pasado Viña Rock, la coincidencia más dolorosa para mí fue la que situaba con las mismas agujas a Medina Azahara y a Rulo y La Contrabanda. Dos bandas a las que tenía ganas de ver y con las que llevaba tiempo sin encontrarme. A la hora de tomar la decisión primó el número de años y la potencial ‘oportunidad’ de cara a los siguientes años. Al final me decidí por Rulo porque llevaba siete años sin verlo y tampoco es que sea muy asiduo a mi círculo de acción. Sacrifiqué por tanto a unos Medina que, tras casi 40 años en el escenario, está claro que tienen más cerca el fin. La suerte quise que los cordobeses fueran los encargados de cerrar el festival de músicas del mundo de Almería, Alamar, dando el valor del acierto la decisión de mayo. Medina Azahara es, como Siniestro Total (de quienes escribí la pasada semana), un bellísimo ejemplo de madurez escénica envidiable. Y su público responde con el mismo cariño que ellos transmiten. Es lo que tienen las canciones blancas, los anhelos de libertad y el buenismo de un mensaje que no entiende de odios. Ingenuidad romántica del ‘rock andaluz’ con la que da gusto reencontrarse. (Fotos: Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería).
Os comparto mi crónica de agencia del concierto.
Con cerca de cuarenta años de actividad ininterrumpida sobre los escenarios, Medina Azahara es, por derecho propio, uno de los nombres más legendarios del rock en particular y de la música en general en nuestro país. Con una veintena de discos donde siempre buscan explorar las conexiones de su rock andaluz primigenio, con el rock duro de los grupos anglosajones que admiraban en su juventud y profundizando en las raíces arábigas y andalusíes, los cordobeses mantienen una efectividad total a la hora de conectar con el público con mensajes limpios y una colección de himnos intergeneracionales que siguen funcionando por más que pase el tiempo. Tras los conciertos de Toni Zenet, Ali Khattab Quinteto y Maika Makovski, ellos fueron los encargados de poner el brillante broche de oro a una nueva edición del festival de músicas del mundo, Alamar, que se enmarca dentro del Almería Summer Festival del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería.
Y desde el principio quisieron dejar claro por qué era una excelente decisión que ellos formaran parte del historial de Alamar, el festival que reúne desde su nacimiento la multiculturalidad como eje argumental de la música. Una introducción a ritmo de danza del vientre para dar paso a ‘Ven Junto a Mí’, tema de reciente creación pero que tiene todos los ingredientes clásicos de la banda, no desentonando con un clásico como ‘Palabras de Libertad’.
Comenzaba así un recorrido donde el quinteto (Manuel Martínez a la inconfundible voz y melena; Paco Ventura en la guitarra; Manuel Ibáñez en los teclados, desde curvos a en forma de guitarra o una tarima que permitía girar 360º; Nacho Santiago a la batería; y Juanjo Cobacho en el bajo) y su público recordaron que ‘Aprendimos a Vivir’ por ‘Solo Un Camino’, a toda ‘Velocidad’. Con alrededor de 200 canciones en su haber, Medina Azahara echó la vista atrás para recuperar ‘Qué Difícil Es Soñar’ antes de interpretar el tema ‘Tierra de Libertad’, “cuyo videoclip grabamos en Almería, en San José, y desde ese momento me sentí enamorado de esta tierra”, explicó el vocalista. Un canto de integración racial interpretado con sentimiento, “no podemos olvidar que nosotros también fuimos emigrantes, tenemos que saber de dónde venimos”, aseguró antes de, precisamente, elogiar sus orígenes dentro del movimiento del rock andaluz de finales de los setenta, recuperando ‘El Lago’ y ‘Abre La Puerta’ de Triana. Era el ecuador de un concierto que se acercó a las dos horas de duración.
Con la reciente declaración de Patrimonio de la Humanidad obtenida por el yacimiento arqueológico de Medina Azahara, sonó más especial si cabe su ‘Córdoba’, elegida mejor canción del año en 2003. Comenzaba así la escalada final donde ya no habría concesión alguna a un público cada vez más ‘enchufado’. ‘No Quiero Pensar En Ese Amor’, de Los Módulos, con guiño al tema ‘Hacia Ti’, ‘La Tierra Perdida’, más conocida por el grito de guerra de “O.U.A.”, ‘Hay Un Lugar’, con su tintineo de teclados, la endurecida versión de los tangos ‘Al Padre Santo de Roma’ de Camarón de la Isla y ‘Necesito Respirar’ y su estribillo incorruptible sonaron a triunfo mayor.
Para los bises, Medina Azahara se reservó el histórico ‘Paseando Por La Mezquita’ que abría su epónimo debut de 1979 y, a la postre, inicio de la leyenda. Tampoco podía faltar su otra versión de Los Módulos, ‘Todo Tiene Su Fin’, donde contaron con una segunda voz femenina, para dar paso a la presentación de la banda, donde hubo guiños a Deep Purple (‘Smoke On The Water’), Pantera, Van Halen (‘Jump’) y AC/DC (‘Highway To Hell’). Con algún verso suelto de ‘El Pozo de mi Sed’, el final llegaría con ‘A Toda Esa Gente’, un canto de gratitud, tan sincero como leal, el verdadero secreto del éxito de Medina Azahara.
Repertorio – setlist:
- Ven Junto a Mí
- Palabras De Libertad
- Aprendimos a Vivir
- Solo Un Camino
- Velocidad
- Qué Difícil Es Soñar
- Tierra de Libertad
- El Lago
- Abre La Puerta
- Córdoba
- No Quiero Pensar En Ese Amor
- La Tierra Perdida (O.U.A.)
- Hay Un Lugar
- Al Padre Santo de Roma
- Necesito Respirar
- Paseando Por La Mezquita
- Todo Tiene Su Fin
- A Toda Esa Gente
Publicado el julio 8, 2018 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Alamar, Crónicas Conciertos, Medina Azahara. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
Pingback: #Mis10de Medina Azahara | RockSesion
Pingback: Medina Azahara – A Toda Esa Gente (1996) | RockSesion
Pingback: Medina Azahara – Llegó El Día | RockSesion