Con nombre de canción o disco de Fangoria (lo siento, alguien tenía que decirlo… aunque lo escribo sin la menor connotación negativa por lo bien que lo explican en la divertida autoentrevista promocional que difundieron en su canal), nos pilló por sorpresa a casi todos el anuncio de este nuevo disco de El Último De La Fila en el que revisitaban y volvían a grabar dos docenas de su inigualable y antológico repertorio. Veintiocho años después de La Rebelión De Los Hombres Rana, su último trabajo de inéditas, datado en 1995, Manolo García y Quimi Portet han regalado a sus seguidores un nuevo disco desde el estudio. Un tesoro mayúsculo en su propia naturaleza inesperada, en su concepto y en su ejecución. Y lo mejor es que no parece nacido de una obligación comercial sino de una apetencia de dos gamberros que se lo pasan bien juntos. Porque Manolo en solitario ha seguido manteniendo una excelente forma en cuanto a cantidad y asistencia de conciertos y si me habéis leído en los últimos años por aquí sobre sus lanzamientos en la última década (Desatinos Desplumados, Mi Vida En Marte, Geometría del Rayo, Todo Es Ahora) también considero que la trayectoria creativa también ha remontado en los últimos tiempos. En cuanto a Quimi Portet estamos en un caso similar al de Iñaki Antón con Extremoduro que reconocía que, de alguna manera, él se sentía más cómodo en terrenos de menos éxito masivo y sí en la cercanía de una banda de rock menos preocupada de cosas que no tienen que ver estrictamente con lo musical. Se creó su pequeño hueco y, de esta forma, creo que ni uno ni otro, ni sus acólitos, podrían haber imaginado hace unos años este proyecto conjunto. Una idea que empezó a plantarse en un acto de homenaje al periodista Ángel Casas hace algo más de un par de años y que se ha ido cociendo a fuego lento hasta su advenimiento final. Bienvenido sea.

Hay en esa citada entrevista muestras de ese gamberrismo, que ahora en la madurez se confirma como incorregible espíritu irredento (del que jamás han querido curarse, por otra parte) y ha sido esa ausencia de obligación comercial y la pura gana de divertirse un ejercicio brutal de valentía.

Porque ese es otro aspecto a destacar: es muy meritorio que la dupla haya sabido mantener muy lejos la tentación de dotar a las canciones de una sobreproducción y abotargamiento de sonidos, aderezos y arreglos, como si fuera necesario hacer alardes para demostrar lo que saben, que suele ser el error en el que caen muchos discos de este tipo. Y les ha quedado a cambio los citados veinticuatro temas que resuenan en la escucha de este Desbarajuste Piramidal con una frescura pasmosa.

Han logrado un resultado magnífico desde su guía primaria de actuación para el proyecto, deconstruir unas canciones que todos sus seguidores se conocen de memoria al detalle para establecer un lenguaje unificado de todas sus épocas. En ese desprejuiciado ejercicio han creado pequeñas obras de arte individuales, en apariencia sencillas, pero con numerosos matices en los que perderse, ya sea segundas voces, ya sean bajos que se vienen a la primera línea de la mezcla, guitarras eléctricas en distintos grados y texturas de distorsión, desde la liviana y grácil hasta la cortante y en muchas ocasiones ruda y cruda.

Si uno se para a escuchar una a una las canciones, a paladearlas poco a poco, buchito a buchito, no del tirón, se aprecia todavía más la propuesta. El tratamiento casi nebuloso, con una capa de irrealidad mágica para “Insurrección”, el tintineo lacerante de acústica en “Ya No Danzo Al Son De Los Tambores”, el crecimiento de “Mar Antiguo” hasta ese final sobresaturado, el rocanroleo mantenido de “Dulces Sueños”, el tempo más reposado y bamboleante de “Lejos De Las Leyes De Los Hombres” o la límpida pero rica instrumentación de “Llanto De Pasión” integran el primer cuartito de disco.

En el segundo, “Navaja De Papel” reluce por sí misma solo por el hecho de estar en la selección, “Son Cuatro Días” enamora desde esos acordes de guitarra casi arpegiados y por la sonoridad de la batería en el fraseo, “Aviones Plateados” se aposenta en una tonalidad ligeramente más baja que le otorga un punto más de pesadumbre, “A Veces Se Enciende” emociona en el aire algo más sureño, “No Me Acostumbro” abruma con algunas segundas voces muy agudas y por la buena dosis de distorsión, mientras que “Mi Patria En Mis Zapatos” completa el bloque eliminando los arabescos pero reforzando el aire fronterizo desde la armonización de guitarras.

La segunda parte la descorcha “Uva De La Vieja Parra”, un tema que por sonoridad y por el inicio del texto siempre me hizo conexión mental con algunos cortes de El Espíritu Del Vino de Héroes – reconozco que esto es una tara mía-, curioso tratamiento con programaciones y filtro en la voz en “Lápiz y Tinta”, una de mis favoritas de siempre. “Sin Llaves” es una de las que se me antoja más similar a la original, “Sara” sí que mantiene sus sinuosos arabescos con bien de percusión y una lograda dualidad entre acústica y eléctrica y “Soy Un Accidente” refuerza el humanismo frágil de su letra con voz y guitarra y la carta de “Querida Milagros” completa el tercer cuarto con hechuras de medio tiempo creciente.

En el bloque final todavía tendremos más piedras del joyero de su discografía. El rock castizo de “Como Un Burro Amarrado En La Puerta Del Baile” atempera su desgarbada furia original con clase y cadencia. “Vestido De Hombre Rana” se celebra desde la primera vuelta de su riff que acaba cogiendo un marchamo de rollo country bien conseguido. “Dios De La Lluvia”, tras una entrada reposada, coge vuelo en su ascendencia chamánica. Por su parte, “El Loco De La Calle” se moderniza desde el compás de batería del estribillo y “Cuando El Mar Te Tenga” nos lleva alegre y rutilante hacia el final, que llegará con “El Monte De Las Águilas” y su accesibilidad inmediata.

Con ‘la gira’ de presentaciones y entrevistas por el libro de Extrechinato y Tú me han preguntado en muchas ocasiones que si veo posible una posible gira de reencuentro / despedida de Extremoduro, o de reunión de Platero y Tú… Mi respuesta es siempre la misma: hoy no, pero mañana nadie puede saberlo. ¿Acaso alguien esperaba lo de Héroes del Silencio o que las dos facciones que se llevan a matar de Barón Rojo volaran de nuevo? ¿Hubiese apostado alguien por esto de El Último De La Fila (que ni siquiera descartan grabar nuevas canciones y quién sabe si con ello algo más)? Nadie puede saber las ganas ni la necesidad (nostálgica o económica) que puede tener un artista en dos, tres, cuatro, siete años.

Decía aquel que el tiempo no cura nada, el tiempo no es un doctor, pero puede regalarnos sorpresas…

A veces, incluso, buenas.

Más de Manolo García y El Último De La Fila en RockSesión (PD: Corroboro con esto que no tengo ninguna crítica remember de viernes hecha a algún disco en solitario de Quimi Portet, así que me lo apunto para el corto y medio plazo):

Manolo García – Desatinos Desplumados

Manolo García – Mi Vida En Marte

Manolo García – El Fin Del Principio (poemario)

Manolo García – Acústico, Acústico, Acústico

Manolo García – Arena En Los Bolsillos (1998)

Manolo García – Geometría del Rayo

Manolo García – Todo Es Ahora (En Directo)

Manolo García – Todo Es Ahora

El Último De La Fila – Nuevas Mezclas (1987)

Tributo a Sabina – Ni Tan Joven, Ni Tan Viejo

Lista de canciones – tracklist:

1. Insurrección
2. Ya No Danzo Al Son De Los Tambores
3. Mar Antiguo
4. Dulces Sueños
5. Lejos De Las Leyes De Los Hombres
6. Llanto De Pasión
7. Navaja De Papel
8. Son Cuatro Días
9. Aviones Plateados
10. A Veces Se Enciende
11. No Me Acostumbro
12. Mi Patria En Mis Zapatos
13. Uva De La Vieja Parra
14. Lápiz y Tinta
15. Sin Llaves
16. Sara
17. Soy Un Accidente
18. Querida Milagros
19. Como Un Burro Amarrado En La Puerta De Un Baile
20. Vestido De Hombre Rana
21. Dios De La Lluvia
22. El Loco De La Calle
23. Cuando El Mar Te Tenga
24. El Monte De Las Águilas