Hamlet – Inmortal

Publicado por elchayi

Los más asiduos del lugar y quienes me han escuchado o leído al hablar de bandas favoritas sabrán que Hamlet siempre ha tenido un sitio muy especial en el corazón de esta casa. Como ocurre con otro grupo metalero que también empieza por la misma letra y que anda de aniversario este año desde su Granada querida, Hamlet siempre ha tenido la impresionante virtud de conectar con mi mundo interior. Y lo mío no es un caso aislado, está claro. Queda patente en la devoción que siente un público fiel a la causa. Es de esos que rompe cualquier tipo de coraza para dar justo en el clavo de lo que se siente. Y lo más difícil de todo es que tienen la sorprendente facilidad para dar con la tecla con el paso de los discos, también siendo extrapolable a los cambios personales que dan los años. Si a eso sumamos que en cada trabajo dan una vuelta de tuerca a su propio sonido, pero consiguiendo ser del todo reconocibles, y que según ‘el aura’ con la que nos quedemos encontramos cinco o seis temas sobresalientes, la cosa se hace indiscutible. Desde su vertiente leñera de denuncia social a la del lado introspectivo y de una densa negritud. También con los sonidos. Épocas cercanas al rap metal, otras más suaves, otras más rudas y oscuras… Hamlet es un grupo total que, para poner la guinda, se deja la piel en cada uno de los conciertos como si no hubiera mañana. Por eso, siempre será uno de mis cuatro o cinco bandas preferidas hasta el fin de los tiempos. Y se han hecho de rogar más que nunca para que, al fin, casi siete años después de Berlín, llegue este Inmortal. Larga vida. Eterna, amigos.

Para un crítico es complicado no repetirse cuando la idea principal en torno a una determinada formación se ve reforzada una y otra vez con el lanzamiento de cada disco. Hamlet lo ha vuelto a hacer. Pocas bandas pueden presumir de llevar once discos de estudio y que cada trabajo tenga una poderosa identidad propia, mientras que, en la misma medida, todas y cada una de las canciones sean perfectamente identificables al mismo grupo. Así se lo hice saber a Paco Sánchez, baterista de la banda, tras su actuación en el último The Juergas Rock Festival. Y le pregunté: ‘¿A qué disco se parece Berlín?’. Fue incapaz de responder de manera directa, pero su frase resume muy bien el espíritu del grupo. “Es un disco de Hamlet, no te puedo responder a eso. Lo que sí sé es que si no fuese bueno, no lo sacaríamos”. No puede haber más verdad. Porque con ellos no hay duda retórica sobre el ser o no ser. Hamlet sigue siendo la mejor banda de metal alternativo que hay en nuestro país. En estudio y en directo.

Inmortal ha sido grabado en Sadman Studios y Bitterhood Studios, producido por Carlos Santos y Hamlet, que siguen siendo Molly a la voz, Luis Tárraga y Ken HC a las guitarras, Álvaro Tenorio al bajo y Paco Sánchez a la batería. El álbum se ha publicado (el pasado viernes) en formato vinilo gatefold, digipack, cassette y en todas las plataformas digitales.

Como decía más arriba, desde el lanzamiento de Berlín, su último disco de estudio, han pasado más de seis años, primero con la gira de presentación de dicho álbum y luego inmersos en la gira de aniversario Revoluinferno, que llevó a rememorar estos grandes discos en directo. Siempre he sido de la teoría de que cuando una banda se marca una gira de ese estilo, es inevitable que el nuevo material se vea influenciado por esa esencia. Por eso esos dos discos, quizá con algún ramalazo de Amnesia.

“Estigmatizado”, “Acto De Fe” y “En Mi Piel” fueron los tres temas que ejercieron de adelanto y, sin darle más vueltas, son justo los tres que abren Inmortal.

El primero es buena muestra de esa impronta noventera que tiene el conjunto. Es un crescendo manual de los que tanto ha lucido el grupo, primero con una serenidad que presagia tormenta y que va haciéndose más gris a base de densas capas gruesas de distorsión y una de esas evoluciones vocales de Molly tan irrefrenables. Lo meritorio es que el tema se queda contenido en el medio tiempo, como una evolución de “El Color De Los Pañuelos”, que no termina de explotar, para eso habrá otras.

Cadencias de rapeado en “Acto De Fe”, que refuerza el tono de ‘old school’, con un estribillo tan vintage o demodé como arrebatador, un guiño absoluto a unas formas casi extintas pero a las que Hamlet consiguen sumar un plus y unos arreglos que le aportan contemporaneidad. Con base rítmica densa y oscura y un rebato de batería y grito a lo Amnesia pero con un riff a lo Inferno. Así despliega sus alas “En Mi Piel”, una joya descomunal y una de mis favoritas de la lista, sumado a esos aullidos melódicos de un Molly siempre certero. Por si fuera poco, un break inquietante, atmosférico, perturbador, se cuela antes del arreón final con voces y gritos.

Seguimos andando y llegamos a “Paz y Amén”, donde el rap metal revive a la primera división con una esplendorosa sonoridad de guitarras azuzando la voz afectada de Molly en el primer fraseo, que irá cogiendo otras amplitudes con el paso de la canción. “Trauma” sale a morder desde el arranque, muy arriba en la voz y recreando un armazón asfixiante marca de la casa que encuentra en algunos silencios del estribillo y en la melodía del riff su lado liberador… Con todo, es una narración intensa y angustiosa con un texto hincando los colmillos en cicatrices nunca cerradas.

La segunda parte arranca con “Tempestad”. Un corte en el que encontramos un riff sencillo pero muy efectivo como carta de presentación, dejando el peso a batería y bajo para la entrada de Molly que ofrece otro crescendo vocal marca de la casa con una amplitud de registros en solo tres minutos a la altura de muy pocos. “El Gran Teatro Del Universo” hace honor al título es uno de los desarrollos más ‘plásticos’ y accesibles del conjunto, con un rapeado hilvanado y uno de esos estribillos bailables… Pero, ojo… En la coda habrá un arreón de batería y guitarras cercanos a las maneras de La Puta y El Diablo pero con querencias melódicas de Amnesia.

Y es que la parte final se puede decir que es ‘más festiva’. A ese desbarre final le sucede un pasaje instrumental “[41.9383403, – 7.4310342]”, coordenadas del estudio de grabación, que presenta bases maquinales y aderezos que presagian una descarga de metal industrial. Bases drum’n bass adornarán el motivo principal abriendo la puerta (¿quiza?) a nuevas experimentaciones en el futuro.

“Amor o Poder” y “Sombras” son las canciones más cortas del conjunto y las más propensas a la combustión en directo. Las dos tienen como denominador común una base rítmica lineal y machacona sobre la que las guitarras galopan bajo el rimado concatenado de Molly, directo y en párrafo corto, para aumentar el azuce de adrenalina. Un acierto (nada casual) situar estos dos cortes como un bloque final tras la instrumental.

Tengo claro que si Hamlet no existiera tendríamos que inventarlos. No hay en España una formación tan sólida y coherente como ellos en una incesante búsqueda de nuevos registros. A lo largo de los años y con la sucesión de lanzamientos, su metal rapeado y chulesco inicial derivó en un corte tan pesado como melódico, para incluso atreverse con cantos de introspección como Syberia o más rockeros como Pura Vida, un álbum infravalorado, a buen seguro. La virulencia sin pulir de La Puta y El Diablose canalizó de forma sublime en una obra maestra llamada Amnesia. La Ira ahondaba en terrenos muy ‘anglo’, mientras que Berlín volvía a abrir el cajón de sombras. Inmortal, sin duda, es el adjetivo más apropiado para un grupo que, como pocos, luce al mismo nivel en la montaña rusa de sensaciones, reflexivas o viscerales, más cuadradas o más descabalgadas, más complejas o más directas.

Y eso muy pocas bandas pueden conseguirlo. Me sobran dedos de una mano.

La gira de presentación de Inmortal les llevará a las principales ciudades del estado y por el momento estas son las que podemos anunciar: Pamplona, Burgos, Barcelona, Bilbao, Oviedo, Compostela, Murcia, Valencia, Málaga y Sevilla. Las entradas ya están disponibles en www.elgarajeproducciones.com

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