Inmune – Ilumíname
Resulta casi ofensivo decir que esto es un debut, cuando los músicos que integran Inmune están más que curtidos en mil batallas. Sobre todo su frontman, ya que el siempre inquieto y lírico Morti (lo recordaréis por ser la voz de Skizoo, el spin-off de Sôber, por participar en Bushido, junto a Bunbury, Carlos Ann y Shuarma, y por liderar El Fantástico Hombre Bala. Un hombre que respira sensibilidad y que la transmite sea cual sea el grupo al que pone voz. Inmune no sorprende por eso, porque sabemos qué podemos esperar de un artista así, sin embargo han conseguido un sonido muy trabajado, las letras escapan de la oscuridad gratuita de antaño (aunque sigue habiéndola) y crean melodías y estribillos adictivos y accesibles. Inmune ya está aquí y parece que ha venido para quedarse.
Ilumíname ha sido grabado, mezclado y masterizado en The Room Studios de Barcelona por Gorka Drebaj, encargado de las guitarras y la electrónica de una banda de pop rock como Cyan. Pero que esto no os lleve a engaño. Aunque la melodía vocal de Morti siempre atempera la rugosidad metalera, el disco es más cañero que popero. De hecho consigue eliminar el exceso de teatralidad que había en los últimos tiempos de Skizoo para ser mucho más musical, arropado por Paulo Morete (Noud, Einsof, Satrapa) a las guitarras, David Segado (Einsof) al bajo y Carlos Dogliani (Satrapa) a la batería. El juego con los medios tiempos, entre los fraseos lúgubres y la potencia de los estribillos sigue siendo un sello inconfundible y nos recuperan un sonido quizá no es un exceso de innovación, pero que se echaba en falta tras el receso de Skizoo.
Tras una introducción atmosférica, el álbum se abre con ‘Caes, Caes, Caes’ y un riff metalero limpio y potente, que da paso a un fraseo con bastante presencia de la base rítmica, las líneas de bajo son parte fundamental del sonido. Un buen ejercicio de bienvenida que ofrece una estructura poco convencional porque el puente, muy abierto y obsesivo, se repite bastante más que el estribillo, extenso y melodioso. El tercer corte, ‘Bucle Mental’, es uno de los más destacados de la lista. Con un ritmo bastante más pesado y cadencioso, Morti explota las virtudes de su voz mientras las guitarras juegan a hacer arabescos. El fraseo, casi hueco, es un bello ejercicio armónico que va creciendo en intensidad. Es una canción con gran nervio y pulsión, llega desde la primera escucha. ‘El Tiempo No Existe’ termina de completar un buen inicio de álbum, otro riff entre el hard rock y el metaleo oscuro con pequeños efectos electrónicos lo presentan. El verso de entrada termina de meter en situación: “somos hijos de un demiurgo que tiende a burlarse, aquejados de una doble enfermedad”. El estribillo tiene unas hechuras irrefutables para ser el segundo single.
‘Levitar’ es una canción con dos velocidades muy marcadas, un medio tiempo inicial algo más discreto, que va ganando en intensidad pero sin terminar quizá de explotar y enganchar. Quizá anda el corte algo descolocado entre el inicio tan rítmico y su sucesora, el single homónimo. ‘Ilumíname’ tiene todos los ingredientes para serlo, una canción muy correcta, casi excesivamente amable. Por suerte, contiene un crescendo instrumental, punteo incluido, que equilibra las cosas. ‘Tal Vez No’ por su parte reincide en una temática constante en la trayectoria artística de Morti. La duda trascendental de la existencia, las preguntas al espacio y las eternas dudas. Una canción con ciertos toques acústicos, con una guitarra rítmica muy pesada. Equilibrio al máximo para un tramo del álbum algo más previsible.
Por suerte, el tono del disco se viene arriba en el tramo final. ‘Todo Cambia’ se inicia en la misma senda. Sin embargo, un estribillo muy bien hilvanado, con una significativa armonía en la voz de Morti, completa uno de los mejores cortes del álbum, mientras gana en desesperación: “todo arde en la misma hoguera”. ‘Llueve’ destaca por el gran break instrumental con teclados que aumenta la sensación de asfixia. Por su parte, ‘Aunque Me Quedara Ciego’ es otro de los puntos álgidos del álbum. Un inicio con, de nuevo, una gran línea de bajo, guitarra sutil, que terminan de explotar en un estribillo intenso, con un sonido de guitarras excepcional. Como guinda, un break instrumental de corte obsesivo.
Parecía imposible, pero el nivel no decae en ‘Dejarme Vencer’, una balada cadenciosa que es la que más recordará a la ‘fase Bushido’. Una muesca más de que la voz de Morti es un valor indiscutible. De nuevo la canción contiene ‘la sorpresa’ de un cambio de ritmo pesado y contundente. El viaje concluye con ‘Tú’, una armónica y bamboleante estructura, con una melodía tarareada que es una delicia cuando se arropa con el piano, que refuerza el carácter hipnótico generalizado.
Ilumíname no engaña a nadie y las formas son irreprochables.
Morti ha vuelto. Quizá nunca se fue.
Tracklist:
- Intro
- Caes, Caes, Caes
- Bucle Mental
- El Tiempo No Existe
- Levitar
- Ilumíname
- Tal Vez No
- Todo Cambia
- Llueve
- Aunque Me Quedara Ciego
- Dejarme Vencer
- Tú
- Outro
Publicado el diciembre 5, 2013 en Críticas Discos y etiquetado en Bunbury, Bushido, Carlos Ann, Críticas Discos, Ilumíname, Inmune, Morti, Shuarma, Skizoo, Sober. Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.
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