Isabel Marco – Sin Domesticar
Suma y sigue la joven Isabel Marco en una carrera en solitario que, por el momento, no tiene visos de haber alcanzado techo. Tras foguear el rock más combativo y aguerrido con Insolenzia, aportando riffs y la parte más melódica, en 2018 comenzó un camino personal e individual en el que, bien rodeada, ha despachado ya tres discos y varios singles y proyectos alternativos (como el de grabar la misma canción en aragonés, asturiano, catalán, euskera, gallego y español). Una velocidad vertiginosa para poco más de cuatro años en los que también ha afianzado su directo tanto en la versión acústica (más intensa en los meses post confinamiento) como en la eléctrica, donde se acompaña de Los Rockanrolas, una banda que cuenta con músicos que han acompañado en momentos puntuales a gente como Leiva, Sidecars, Iván Ferreiro o La Sonrisa de Julia. Todo ello sin renunciar a su compromiso indeleble con las personas y con el territorio. Maestra y psicopedagoga, su conciencia social también lleva mucho de reivindicativo, no desde el panfleto, sino desde la acción, convirtiéndose también en un símbolo de lo que viene a llamarse ‘la España vaciada’ desde su origen en un pueblo turolense o sus residencias en pequeños pueblos de Zaragoza y Asturias. La modestia sincera de las primeras canciones y primeras grabaciones han dado paso en esta tercera entrega a un disco más luminoso y poderoso en melodías, arreglos y también actitud. Sin Domesticar es un bello ejercicio de rock de hechuras amables, coqueteando aquí y allá con terrenos algo más anglosajones y en otros con más canción de autor al uso. Salvando las distancias de cada caso, Isabel Marco continúa avanzando y ganando terreno para ser una de las voces femeninas más destacadas del rock de su generación, como en su día pudieron serlo Aurora Beltrán o Mercedes Ferrer.
El disco ha sido grabado en Ovni Estudio, en Bonielles (Asturias), producido por Pablo Martínez (Desakato) al que, si los oídos no me engañan, se le escuchar realizar incluso algún coro. Está editado y distribuido por Carcajada Records o, lo que es lo mismo, autoeditado por el sello de Sanzet de Insolenzia.
‘Trampas Al Reloj’, además de tener un título que nos recuerda irremediablemente a La Fuga, se presenta como una vitalista entrada de quien, como Robe en ‘El Cielo Cambió De Forma’, entiende que la felicidad va cambiando de forma como cambian las respuestas a las penas y al dolor, aquí con un recorrido por la naturaleza entre montañas, ríos y flores. Los teclados tienen un peso bastante marcado en la canción, sosteniendo la canción en un eslabón intermedio entre la canción americana y, por qué no, cierto influjo indie.
Más reposada y solemne arranca ‘Cuando Nadie Está’, con una bella primera estrofa de voz y bajo que pronto se tornará más nerviosa con la entrada de batería y resto de la banda. El estribillo es pegadizo, con una melodía vocal sinuosa y de cadencia más oscura. La inmediatez de la canción se completa con un breve pero bien traído solo de guitarra y una coda bien resuelta. Buen canto de despedida a los años de juventud en ‘Hojas Que Se Van’, que sorprende por el tratamiento de los arreglos en el fraseo, ya que la primera estrofa el arrope es de apenas una batería en redoble y un predominante cuerpo de bajo. La nostalgia se trata sin épica, con esa paz que da el estar satisfecho con el presente.
‘Electricidad’ hace honor a su nombre con una entrada limpia de guitarra y bien de distorsión en la entrada de Isabel. Chispazo de amor carnal para un tema musculoso y directo, que se intuye bastante efectista y endurecido en directo, con ese solo final y aumento de la intensidad desde la batería. Esa gran coda viene a evidenciar ese paso adelante que da Marco en este álbum. Más melódica, con ligeros slides, nos recibe ‘Huida Hacia Ninguna Parte’, que narra en primera persona la historia de una mujer viajando en patera por el Mediterráneo o la travesía en el desierto. De la tragedia a la desesperación, de la desesperación a la súplica. Un tema que crece que con las escuchas y que es una instantánea sonora más de un drama que tantos intentan ignorar o culpabilizar a las propias víctimas.
‘La Chica Que Pudo Correr’ tiene una entrada muy Springsteen ochentero, citado siempre como influencia, aunque el fraseo volverá a rezumar personalidad propia para otra historia de superación al abandonar a aquella persona que no nos quiere bien. “Después de escuchar la explosión, el pasado es ayer, la vi convertirse en canción. La chica que pudo correr”. En ‘Detrás Del Último Segundo’ se explota la sonoridad acústica en las guitarras con toques de funk en el bajo para otro de los momentos brillantes del álbum en otro de los cortes más personales, de felicidad frente a la música, con repaso a algunas influencias artísticas y culturales por el camino.
Llegando al final, la sombra de las dudas se hace canción en ‘Saben Mi Nombre’. Inseguridades y miedos con la luz de la palabra y la composición como superación. Para cerrar, ‘Ya Tengo Ganas’, un corte creciente, de nuevo en primera persona, desde el abandono de la docencia al abrazo del rock por la pasión y el placer del escenario. Una declaración de intenciones que hace de corolario con buena presencia de guitarras que nos deja un excelente sabor de boca.
Sin pretensiones, pero con canciones en el sentido más pleno de la palabra.
Un disco de los de antes, un disco de los de siempre.
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Lista de canciones – tracklist:
- Trampas Al Reloj
- Cuando Nadie Está
- Hojas Que Se Van
- Electricidad
- Huida Hacia Ninguna Parte
- La Chica Que Pudo Correr
- Detrás Del Último Segundo
- Saben Mi Nombre
- Ya Tengo Ganas
Publicado el octubre 25, 2021 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Insolenzia, Isabel Marco, Sin Domesticar. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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