Raphael. Maestro Padilla. 22 de abril

No hay artista en España con una trayectoria tan firme, constante y exitosa como la de Raphael. Con más de 55 años sobre los escenarios y a dos semanas de cumplir 74, ‘el niño de Linares’ ha iniciado este fin de semana, con dos citas consecutivas en el Auditorio Municipal Maestro Padilla de Almería, ambas con localidades agotadas, su enésima gira internacional para la que ya tiene cerradas 37 fechas… y las que quedan por añadirse. Un honor para la ciudad, que ya vio también el estreno de la anterior gira sinfónica, acompañado por la Orquesta Ciudad de Almería bajo dirección de Michael Thomas. Pero lo que hace grande e irrepetible a Raphael es su intensidad y generosidad en escena. La nueva gira está apoyada en el concepto de su último trabajo discográfico Infinitos Bailes. Un álbum en el que autores contemporáneos de la canción melódica, el indie y el pop-rock aportan un tema para él, un propósito que no deja solo en el estudio, sino que, trasladado a la nueva gira, nos dan a un Raphael arropado de una banda de siete músicos: dos guitarras, dos batería y percusiones, bajista, piano y teclados. Y sin reparos en la puesta en escena, un excelente juego de luces y pantallas con proyecciones de todo y tipo y juegos conceptuales. Un espectáculo con todas las de la ley. ¿Y que por qué hablo de Raphael en una web de rock? Ya lo dice Gritando En Silencio, «que en la vida, el rocanrol y el sexo, solo es actitud» y de todo va sobrado. (FOTOS: Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería).

Desconozco cómo estarán los niveles de similitud entre los seguidores de Enrique Morente y los de Raphael, pero puedo imaginar que más de uno anoche, acostumbrado a ver al linarense con piano o con arreglos orquestales, sentiría una sensación parecida que cuando en Madrid el de Granada salió con Lagartija Nick, tras un recital flamenco convencional y purista, para avanzar temas de lo que después sería Omega, al verlo aparecer con una banda en toda regla, que apretó cuando tuvo que apretar, llevando el sonido hacia territorios rockeros sin ningún tipo de reparo en las codas y explosiones finales de muchas de las canciones. Está claro que no todo fue así, pero la valentía hay que aplaudirla y las ovaciones en pie de muchos espectadores tras estos ‘excesos’ bien superaron la prueba de fuego.

Raphael se plantó en escena ayer con un impulso renacido, ese que le ha dado el hecho de certificar (porque saberse, creo que lo sabía) que el público joven lo respeta, lo quiere y, lo más importante, lo entiende. Su actuación en Sonorama y la progresiva incorporación de público veinte y treintañero a sus conciertos ha tenido un repunte que ha derivado en esta sabia correspondencia de la nueva gira. 40 canciones y la introducción instrumental inicial componen el repertorio de un concierto que se mueve en torno a las tres horas de duración… y sin descanso alguno. Sus salidas de escena se pueden contar por segundos y la continuidad y dinámica de la actuación no decae en ningún momento, ya que la combinación entre las canciones de autores contemporáneos y (alguno de) sus grandes clásicos, además de algunas versiones de temas antológicos, es sencillamente explosiva.

El concierto comienza con una terna de canciones del citado último disco, la que le da título, ‘Infinitos Bailes’, firmada por Izal, ‘Aunque A Veces Duela’, con una interpretación solemne, de Dani Martín, y ‘Loco Por Cantar’, de una excelsa belleza en el crecimiento de puente y estribillo, de Diego Cantero ‘Funambulista’. Tras ellas, llegaría ese himno festivo llamado ‘Mi Gran Noche’, que abrió una tanda de clásicos: ‘No Vuelvas’ y su marcada cadencia, las rescatadas ‘Somos’ y ‘Ella (Ya Me Olvidó)’, las dos celebradas ‘Provocación’, con su estribillo coreado, y ‘La Noche’ de dramatismo épico; la arrebatada ‘Despertar Al Amor’, la imponente ‘Yo Sigo Siendo Aquel’ y ese ‘Los Amantes’, con ascendencia a caballo entre el vals y la zarzuela.

Vanesa Martín con ‘Cada Septiembre’, Rozalén con ‘La Carta’ y el ya viejo amigo Bunbury con ‘La Duda Desnuda’, fueron los tres temas del nuevo álbum que aparecieron en la velada. Las tres absolutamente reconocibles por sus autores, descarnada la primera, juguetona la segunda y muy profunda la tercera. Momentos reposados que se acelerarían con ‘Vive Tu Vida’ y su aire ye-yé, reforzado con unas proyecciones de siluetas en colores psicodélicos, divertidas y casi mágicas. ‘Atado’ a una silla, Raphael sacó su lado más teatral en ‘No Puedo Arrancarte De Mí’, con copa a pie de piano en ‘Por Una Tontería’ (excepcional) y un repaso al tango en ‘Nostalgias’. ‘Una Vida’, firmada por Jorge Marazu, y la megalítica ‘Carrusel’, de Iván Ferreiro, bien acompañada en las proyecciones por un mundo fallido, cerraron un nuevo bloque.

Superado el ecuador del espectáculo, justo en el momento en el que podía hacerse previsible, ofreció una deliciosa calidez de versiones y arropes musicales más orgánicos y pasionales. Y es que tras ‘Cuando Tú No Estás’ y la deudora del cancionero italiano ‘Estuve Enamorado’, se abrió la veda para una tanda de versiones de temas que han superado generaciones, como ‘La Quiero A Morir’, de Francis Cabrel, una de las más versionadas de la historia de la música brillando a dos guitarras y bajo, ‘Detenedla Ya’ de Emmanuel, ‘Adoro’, de Armando Manzanero, ‘Gracias a la Vida’ de Violeta Parra, la fiesta parrandera y cantinera con ‘Acuarela del Río’, propia, y ‘El Gavilán Colorado’ del mejicano Antonio Aguilar. Acostumbrados a verlo a solas con piano, fue interesante escucharle lo propio con las seis cuerdas en ‘Cuando Llora Mi Guitarra’ del ecuatoriano Julio Jaramillo.

Con dos horas de concierto y un público entregado, aún quedaba la escalera final hacia la apoteosis. La blanca ‘Por Ser Tú’ de Manuel Carrasco y la compendiosa ‘La Última Ovación’ de Vega, iniciarían una traca final imparable. ‘Estar Enamorado’, que puso al Auditorio a cantar, ‘Amor Mío’ y ‘En Carne Viva’, pura víscera pasional, la fiesta bullanguera de ‘Escándalo’, la deliciosa ‘Ámame’, muy rítmica con la banda, ‘Qué Sabe Nadie’ y ‘Yo Soy Aquel’, tan certeras como el primer día, y ‘Como Yo Te Amo’, de Manuel Alejandro, pusieron el broche de oro a casi tres horas de música.

Nada importa ya aquel debate absurdo sobre si Raphael no compone sus canciones, su capacidad interpretativa, su gratitud transparente y las caras de felicidad que logra poner en sus espectadores están tan fuera de duda y lo ha hecho durante tantos años, y ahora con un atrevimiento eléctrico tan descarado, que nadie se puede comparar a él. Bravísimo.

 

Repertorio – setlist:

  1. Intro Gira Loco Por Cantar
  2. Infinitos Bailes
  3. Aunque a Veces Duela
  4. Igual (Loco Por Cantar)
  5. Mi Gran Noche
  6. No Vuelvas
  7. Somos
  8. Ella Ya Me Olvidó
  9. Provocación
  10. La Noche
  11. Despertar Al Amor
  12. Yo Sigo Siendo Aquel
  13. Los Amantes
  14. Cada Septiembre
  15. La Carta
  16. La Duda Desnuda
  17. Vive Tu Vida
  18. No Puedo Arrancarte De Mí
  19. Por Una Tontería
  20. Nostalgias
  21. Una Vida
  22. Carrusel
  23. Cuando Tú No Estás
  24. Estuve Enamorado
  25. La Quiero A Morir
  26. Detenedla Ya
  27. Adoro
  28. Gracias A La Vida
  29. Acuarela del Río
  30. El Gavilán
  31. Cuando Llora Mi Guitarra
  32. Por Ser Tú
  33. La Última Ovación
  34. Estar Enamorado
  35. Amor Mío
  36. En Carne Viva
  37. Escándalo
  38. Ámame
  39. Qué Sabe Nadie
  40. Yo Soy Aquel
  41. Como Yo Te Amo

 

 

Publicado el abril 23, 2017 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , , , . Guarda el enlace permanente. 14 comentarios.

  1. Gracias por muy interesante artìculo! Y no hay artista en el mundo con tan total entrega de su gran talento a su arte como Raphael! 41 canciones = 41 espectaculos emocionantes con su prodigiosa Voz… Hasta dificil para imaginar! Inmenso, Increible, Grande ARTISTAZO!!!
    Es un milagro de España del nivel de altisimo arte mundial.GRACIAS!

  2. Pues dichosos en España por tener en suelo propio a tan prodigioso artista, al que en Costa Rica solo vemos a intervalos de 3 o 4 años, si tenemos suerte. Saludos.

  3. Pues dichosos en España por tener en suelo propio a tan prodigioso artista, al que en Costa Rica solo vemos a intervalos de 3 o 4 años, si tenemos suerte. Saludos.

  4. El gavilan es un tema venezolano.Joropo.saludos desde caracas.

  5. Esta cronica tan buena y completa deberia estar en todos los programas de mano a repartir en los conciertos de Raphael.Saludos desde la convulsionada caracas

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