091 – La Otra Vida
Es lo que tienen las giras de regreso que tanto critican los haters de cualquier cosa. Que, en muchas ocasiones, acaban despertando el gusanillo de los viejos tiempos, de querer seguir aprovechando las buenas sensaciones (si es que se producen) y prolongar en el tiempo esa vuelta a las andadas. Todo eso se reúne en 091. La banda granadina siempre ha sido un referente constante en esta casa, por las vinculaciones sanguíneas que tantas veces he comentado. Los conocí gracias a ese Último Concierto al que mi hermano le daba tantas vueltas y en 2016 me pude quitar la espina de verlos en directo gracias a la Maniobra de Resurrección. Demonios, qué gustazo. Y se lo han tenido callado. Porque resulta que esa gira dio pie a la decisión de los cinco ceros (José Ignacio Lapido, José Antonio García, Tacho González, Víctor Lapido y Jacinto Ríos) a seguir adelante, a permitirse el lujo de grabar un disco de canciones nuevas, 25 años después de su último Todo Lo Que Vendrá Después. Primero había sacar los comprometidos discos en solitario de José Ignacio y José Antonio… pero ya están aquí. 091 empiezan La Otra Vida, la que comenzaron con su triunfal reinterpretación de Lázaro. Con menos penurias y con las cosas más claras. Se lo han ganado a pulso. Y lo vuelven a demostrar una vez más. Coherencia, humor negro, guitarras furiosas, melodías pop y canciones sin la más mínima fisura ni borrón. Todo un ejemplo a seguir.
Por eso reedité #Mis10de este verano. No quería que un nuevo disco me lo pusieran más difícil todavía. Siempre con una autoexigencia elevada, la banda no quería que el nuevo disco fuese tan solo una excusa para seguir tocando sin más, así que las nuevas canciones debían estar a la altura. Pocos casos hay, a día de hoy, pero si se me ponen a tiro, ojalá que interpreten La Otra Vida al completo. Es un disco que tiene las suficientes conexiones comunes con el pasado, como aquellos cañones que fueron Doce Canciones Sin Piedad o Tormentas Imaginarias, pero con la suficiente actualización y renovación para que suene plenamente actual.
Buena culpa de ello la tiene la producción de un viejo amigo del grupo, el cantante y guitarrista francés Frandol. También se refresca con las teclas, que vienen firmadas por Raúl Bernal. Grabado en distintos estudios de Granada, la decena de temas se abre con una declaración de intenciones titulada ‘Vengo a Terminar Lo Que Empecé’ aunque, a decir verdad, la banda evita caer en la escritura fácil y previsible. José Ignacio siempre ha ido por otros derroteros narrativos mucho más desencantados y cruentos, metafóricamente hablando.
En esta entrada nos golpean las sensaciones conocidas. Una batería latiendo con precisión, un bajo que pronto le acompaña, un riff de ascendencia bluesera y arreglos y adornos de rítmica que no están por estar, sino que rasgan con poderío abrasador. Una letra generosa completa un fraseo por el que se dibujan unas teclas caloríficas. El estribillo, machacón, se edulza con unos sutiles coros. La mesa está servida y el banquete sonoro continúa.
‘Naves Que Arden’ levanta el pie del acelerador, que no de la intensidad. Aquí, juegan al efecto contrario. El fraseo se presenta melódico para un crescendo hacia el puente y el estribillo. Por momentos casi parece ser una canción nacida para ser balada, si bien las hechuras rockeras de 091 llevan todo siempre a su terreno. Más continuista, en ‘Mañanas De Niebla En El Corazón’ destacan los arpegios de guitarra que se dibujan bajo el estribillo, como sutil también es el slide, mientras que la y también por una nítida e hipnótica línea de bajo.
‘Leer El Pensamiento’ fue el tema elegido para ser el primer videoclip de la banda en este regreso… y en más de dos décadas. No es poca cosa, porque tampoco es que tengan demasiados. El caso es que es uno de los cortes que más nos pueden recordar a Lapido en solitario, si bien es cierto que la voz de José Antonio es tan personal que la acaba equilibrando. En cualquier caso, es una ágil y honesta declaración de amor de melodía y riff grácil. La primera parte del álbum se alcanza con ‘Condenado’ donde vuelven los rasgueos y la base rítmica al tempo. Un compacto y enérgico trallazo de menos de tres minutos. Directo y al grano.
‘Por El Camino Que Vamos’ es pura esencia desencantada y realista. Equilibrada entre el brillo acústico y la distorsión, la canción sorprende por la inclusión de unas teclas limpias, casi imperceptibles, pero que completan la gama de registros del conjunto. También apunta a un break instrumental al que quizá le falta un mayor desarrollo para ser no solo efectista, sino efectivo. En ‘Una Sombra’ nos llega la primera de las dos piezas más frágiles del disco… aunque sin duda esta se lleva la palma. Voz y guitarras para jugar con las luces de la esperanza, nunca muerta del todo, y la oscuridad de lo maldecido. No existe lo uno sin lo otro: “cuando un cielo se oscurece, otro se ilumina. Solo cuando sale el sol se ve la luna que agoniza”.
Y con el ‘alma blanda’, la armónica de entrada de ‘Al Final’ nos rasga el pecho como los viejos himnos del quinteto. A destacar la melodía de guitarra que se inserta en el estribillo y que compensa el ligero toque sureño que tiene el resto de la canción. ‘Dejarlo Morir’ también despacha un estribillo incendiario y adictivo, necesario para compensar el corrosivo toque negro del texto. Lejos de los recuerdos de ranchera que nos transmite el título de ‘Soy El Rey’, (vale, también está el tema de Enemigos, versión Rosendo) el final nos llega con un medio tiempo, desnudo al inicio a piano y voz, con intensidad progresiva hacia la orilla.
091 regresa, en suma, con diez canciones donde reconocemos por igual la incesante creatividad de José Ignacio Lapido, como la solvencia y precisión del resto de la banda, con la guinda vocal de un José Antonio siempre certero en cada entonación. No se vayan más.
Lista de canciones – tracklist:
- Vengo a Terminar Lo Que Empecé
- Naves Que Arden
- Mañanas De Niebla En El Corazón
- Leerme El Pensamiento
- Condenado
- Por El Camino Que Vamos
- Una Sombra
- Al Final
- Dejarlo Morir
- Soy El Rey
Publicado el octubre 23, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en 091, Críticas Discos, José Ignacio Lapido, La Otra Vida. Guarda el enlace permanente. 5 comentarios.
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