Opium Tea – Mundo Muerto
Siete años después de su debut epónimo, Opium Tea (que toma su nombre de una de las canciones de Nick Cave & The Bad Seeds, por lo que nos situamos ya de inicio en un espectro sonoro determinado) vuelve a la carga con Mundo Muerto. Sí, todo con el mismo halo de oscuridad que posee su música, una suerte de dark electrónico donde los matices punk y post punk son muy acusados, nada de extraño si tenemos en cuenta, como decía, el origen de su nombre. Pero si tenemos en cuenta que este dúo está formado por Txarly Cuevas ‘Usher’ y Pablo Lázaro ‘Peibol’, la cosa adquiere otra dimensión. Al bueno e hiperactivo de Usher lo tenemos con una personal trayectoria en solitario, también con Los Ejemplares (uno de nuestros discos del año del pasado 2020), con Radiocrimen, Radio X (con Placi de los Segis), Los Carniceros del Norte… y mucho más. Un alma inquieta que se mueve siempre entre las sombras con una elegancia e interpretación vocal siempre certera y magistral. En esta aventura se acompaña de Peibol, otro viejo conocido de la escena bilbaína, entre el rock, la electrónica y la producción y que se ha cruzado, además de en Opium Tea, con Txarly en multitud de ocasiones a lo largo de los años, como en homenajes a Parálisis Permanente, por ejemplo. El año pandémico ha servido para que uno compusiera la música y el otro las letras y regalar (está en descarga gratuita en su bandcamp, aunque también se ha editado en formato físico) un segundo disco al Mundo Muerto, que así se llama, bañado en lo conceptual de varias ciudades.
Este disco ha sido grabado, mezclado y masterizado a lo largo del pandémico 2020 en Scrapyard Records por Peibol y está publicado por Demons Punk Records.
Y, claro, un disco que empieza diciendo “He soñado con nuestro suicidio…” y que en su estribillo proclama “Vive deprisa, muere sonriente, nos salvará el rock&roll. He saltado desde rascacielos donde curran los cerebros muertos, hemos dejado de frecuentar los clubs para ir a cementerios” en el “gigante muerto” de ‘Nueva York‘, como guiño a The Dictators, ya impresiona a las primeras de cambio. Teclados y guitarra melódica suavizan un mensaje que se hará marginal en ‘Santurce’. Un tema donde se evidencia homenaje claro a Eskorbuto, además de por su origen, por las referencias a las ratas o a la historia triste: “siempre es lo mismo nos mienten os engañan”. También brilla lo gélido del engarce con la actualidad con eso de “Jeringuillas, mascarillas, ya estáis muertos”.
Batería y melodía de teclas, de nuevo entre el pop luminoso y lo lúgubre de su sonoridad, nos reciben en ‘Buenos Aires’, la canción más extensa del conjunto… sin que siquiera llegue a los tres minutos. Es lo más cercano a un canto de amor pero con el carácter cruento y aguerrido por bandera, con ese estribillo adornado de coros que refuerzan emociones: “bajo este trapo que me enmudece llevo un cuchillo entre los dientes”. Sólida en el tempo rítmico y acordes de guitarra, ‘Moscú’ combina a la perfección el fin de dioses y zares entre el hielo y la sangre. El estribillo, para reforzar la sensación, se antoja casi maquinal y robótico.
‘Barcelona’ recorre la ciudad entre preguntas retóricas desafiantes… “¿Para qué ahora te me acercas? ¿Para qué? Vacuna tu conciencia”. Un maravilloso viaje en el tiempo por antros históricos, como Humedad Relativa, KGB, Communiqué, Akelarre o Sidecar. Igual de identificable es ‘Cleveland’, donde una pesada base rítmica sirve para el brindis por The Dead Boys y, una vez más, otro enganche más al presente “estamos perdidos, todo ha quedado prohibido”, como también lo hará ‘Ciudad de México’ con “Y ahora que nuestro alientos mueren en confinamiento” y más salas por el camino… Gato Calavera. Más muertos.
En el tramo final del decálogo de ciudades, ‘Granada’ es un guiño a Lagartija Nick. Si los granadinos de Antonio Arias y los suyos titulaban aquello de ‘Déjalos Sangrar’, Opium Tea reclama “dejadme desaparecer”. Cuervos y zombis para la podredumbre de ‘Tokio’ en una noche eterna de neón y grandes pantallas, “nunca saldrá el sol”. La ciudad de destino final será ‘Londres’, con The Clash mediante, en lo que viene a ser, precisamente, la canción más combativa y ‘vital’ de la lista: “Estaremos a tu lado en esta lucha sin cuartel. Siempre libres. Siempre”.
El álbum se cerrará con una versión libre de ‘Safety Pin Stuck In My Heart’ del cantautor de folk punk Patrik Fitzgerald, hipervitaminada de melodía y distorsión y un estribillo adictivo e hipnótico, “un imperdible rasga mi corazón por ti, por ti”, culminando un viaje tan bello como oscuro, de calidad innegable gracias a la consabida maestría vocal y lírica de Txarly y musical de Peibol. Que no pasen otros siete años.
Lista de canciones – tracklist:
- New York
- Santurce
- Buenos Aires
- Moscú
- Barcelona
- Cleveland
- Ciudad de México
- Granada
- Tokio
- Londres
- Imperdible
Publicado el febrero 24, 2021 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Mundo Muerto, Opium Tea, Txarly Usher. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Pingback: Radiocrimen – Franki | RockSesion