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Viñarock, impagos y otros males
Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Es el título de uno de los primeros álbumes de El Último de la Fila y sirve de punto de partida. Cambiemos pobreza por ‘falta de liquidez’ y amor por ‘rock’, y encontraremos el fiel reflejo de lo que está ocurriendo por todo el Estado con los festivales de rock estatal, sea cual sea su tamaño. Si hasta uno de los más importantes y de mayor volumen de asistencia, como el Viñarock, acumula impagos de 300.000 euros con las bandas, y hasta 1,8 millones en total contando las deudas a proveedores de materiales, según la nueva corporación municipal, el tema pinta mal y es para preocuparse.