Funkiwi’s, Los De Marras, Kaótiko, Def Con Dos, Lendakaris Muertos, Aspencat, Gatillazo, Narco y Zoo. El Gazpatxo Rock entraba en el camino de su segunda decena, tras celebrar su décimo aniversario el pasado curso, con un cartel como siempre equilibrado entre el punk, el metaleo y la fiesta levantina. Una fórmula que les ha funcionado con el paso de las ediciones hasta convertirlos en un referente invernal festivalero. De hecho, en los últimos años se agolpan los ‘no hay billetes’ en la puerta lo que, unido a que este año (por cambio de parqué en el pabellón colindante) les ha obligado a volver a la fórmula de la carpa, debe hacer pensar a la organización en un posible cambio de ubicación. La carpa de tres módulos instalada resultó correcta para dar cabida a los asistentes, pero provocó ligeras incomodidades y estrecheces en algunos puntos. Sin duda algo que se mejorará en próximas citas. Por lo demás, el festival se desarrolló sin sobresaltos (más allá de algún segurata venido arriba al que deberían haberle pasado un manual previo para explicarle cómo funcionan estos eventos) y el protagonismo fue para unas bandas que, cada una en su medida, tenían cosas que demostrar.  (Fotos: RockSesión. Menos Funkiwi’s y Zoo, por Julia Belda)

Los encargados de abrir fuego fueron Funkiwi’s. Los valencianos tuvieron la siempre complicada misión de ser los encargados de abrir la maratoniana jornada. Para ello, jugar en casa siempre ayuda y más si tu propuesta se cimenta en una mezcla de géneros en los que priman la festividad de los vientos, tan propios y recurridos (y recurrentes) en la zona. Tras el éxito creciente de su prolongada gira de debut, con Sírvase Su Copa Aquí (que les llevó incluso a ganar el concurso del Viña Rock en 2013), Nadie Al Volante es un nuevo salto en la trayectoria de la banda, más aún al contar con la confianza extra auspiciada por superar un proceso de crowdfunding para su lanzamiento definitivo.

Los De Marras eran la propuesta más rockera de la jornada y el público les respondió, también ellos tuvieron un día especialmente fino, con un Agustín que salió a darlo todo desde el primer minuto. Y se notó, como se nota la conexión que cada vez va a más. Surrealismo, un disco sobresaliente, les ha permitido conseguir que los seguidores, antiguos y nuevos, valoren aún más las buenas canciones anteriores. Así, se alternaron unas y otras, empezando por ‘Malabares’, ‘¿De Qué Se Ríe?’, ‘Hierbagüena’ o ‘Medolías’. Así, con el sonido reforzado como un cañón (tres guitarras les da un empaque nervioso bien trabajado), llegaron las miradas atrás con ‘Es Delito’, ‘Escápate’ o ‘Diosa De La Noche’. El ritmo no bajó y el pistón fue constante durante su hora bien aprovechada. Soberbia la escalofriante ‘Futuro!?’, que se echó en falta en el Viña del año pasado, ‘Revolviendo’ (tema que ha inspirado recientemente un corto) y ‘Compadre’, a la que quizá le faltó caña de batería en el estribillo) siguieron avanzando la mecha. Con esa conjunción lograda de textos poéticos que no caen en el barroquismo romeriano y con crítica social que se escapa de lo panfletario, Los De Marras culminaron una buena tarde con ‘A Tu Vera’, ‘Dicen’, ‘Sexo En Las Calles’ y ‘Pasión Por Ti’. Las grandes maneras del Surrealismo se evidencian con el doblete final: ‘Ruido’ y ‘Hoy’.

Había curiosidad por ver a Kaótiko, apenas seis días antes de que vea la luz su esperada entrega discográfica que llega con el nostálgico título de Sindicato Del Crimen. Tenga que ver o no con la banda de aquel nombre. Tras el buen resultado de EH Calling, las expectativas son altas, así que ya os contaremos aquí cuando le demos una escucha. En cualquier caso, y a diferencia de Gatillazo, que no dio concesión alguna, la banda solo incluyó ‘Código Rock’, el single y videoclip que ha hecho de avance. Abrieron con ganas de comerse el escenario con ‘Rocanrol’ y ‘Juerga’, dejando claras las premisas. Tampoco tardó en aparecer temas siempre demandados como ‘Adrenalina’, que precedió incluso al citado ‘Código Rock’. Siempre efectivos Aguayo y Aguayiko en las seis cuerdas, ‘Mi Mejor Colega’ y esa inamovible ‘No Somos Nada’, de La Polla Records, fueron festejadas con algarabía en toda la carpa. ‘Fuera De Juego’ y su grito de guerra, junto a ‘Psycho’, que ha pasado de abrir los conciertos a casi entrar en los bises les sucedieron. Mientras que para la traca final quedaron las infalibles ‘Oh Caroline!!’ u ‘Otra Noche’. De todas las veces que he visto a los alaveses, ha sido la ocasión que más me han convencido. Buena señal.

Y si Funkiwi’s tenían que dar muestras de su evolución, Los De Marras de su grandeza y Kaótiko del estado de forma previo al inicio de la gira de presentación de su nuevo álbum, Def Con Dos llegaba a Ayora como estreno de la gira ‘Alzheimer Pal Pueblo’, con repertorio basado en el esa trilogía fantástica que completaba Ultramemia… Y además con todo el ruido mediático generado en torno a la figura de César Strawberry… Un sinsentido más a la colección. Con la batalla ganada de inicio y después de esas fechas selectas del Dos Tenores Def, el repertorio más hip hopero del Armas Pal Pueblo y su integración con los temas del más guitarrero Alzheimer, que demostraron la buena entrada de Alberto Marín a la banda, les sirvió para ejecutar un concierto sin fisuras, con la magia de canciones que después de dos décadas siguen teniendo la provocación elevada, la acidez certera, sumado a la mayor conjunción actual. ‘Alzheimer’, ‘Pánico A Una Muerte Ridícula’, ‘Poco Pan’, ‘El Coche No’, ‘De Cacería’, ‘Sigo Siendo Heterosexual’, ‘Acción Mutante’ o ‘Mineros Locos’ son algunos ejemplos de su puesta en escena.

Renovados con la entrada de Joxemi (Ska-P, NoRelax), el regreso de Lendakaris Muertos es una de las noticias rockeras del año después de anunciarlo en noviembre. Con disco nuevo bajo el brazo (como si hiciera falta para que la gente los recibiera por todo lo alto), la banda del oso panda demostró en Ayora el gran tirón popular que atesoran, como también se notó, como parece lógica, cierta inactividad. Nada que no se pueda corregir en un par de meses, a tenor de la agenda cargada que acumulan. 33 temas se marcó el cuarteto, solo cuatro del Cicatriz en la Matrix. ‘Tenemos a la Pasma’, ‘Estamos En Esto Por Las Drogas’, ‘Cómeme La Franja de Gaza’ y ‘Cerveza Sin Alcohol’ abrieron la sesión. Un calentamiento para uno de los bloques más celebrados: ‘El Último Txakurra’, ‘Pasao de Rosca’, ‘Detector de Gilipolleces’ y ‘Horóscopo’. ‘Modo Dios’, ‘Una de Rumanos’, ‘Violencia En Acción’, ‘Odio El Fútbol’, ‘Nucleari Bai’ y ‘Héroes de la Clase Obrera’ conformaron otro tramo más. Habrá que ver cómo evoluciona la gira (aún me resta por verlos en el Viña y el The Juerga’s Rock) pero a Aitor lo vi algo más comedido. Es cierto que se tiró al público como antaño, pero Manu ‘Gallego’ de Porco Bravo le ha comido la tostada como el frontman más loco. Aun así, no falto el morreo en ‘Besos Gaztetxeros’, ni la locura de ‘Ni Si, Ni No’ y ese onanismo fustigador de ‘Vine, Vi y Me Vendí’ y ‘Esto No Es Punki’. Así, la segunda parte del repertorio arrancó bandera española cual capa en ‘Gora España’, para seguir el aquelarre en ‘Dni Vasco’, ‘Fuimos Ikastoleros’ y ‘Y Sin Embargo, Te Quiero’, una de las recientes incluidas al igual que ‘Húngara Chúngara’, que cerró el bloque de ‘Oso Panda’, ‘Teletecho o Propofol’, ‘Siempre Nos Quemará París’ y ‘Que Tiren La Bomba’. Para cerrar un concierto más hedonista que otra cosa, restaban ‘Centro Comercial’, ‘Hotel Familiar’, ‘Satán’ y las habituales ‘Se Habla Español’, ‘Eta, deja alguna discoteca’ y ‘Veteranos de Kale Borroka’. Como digo, habrá que ver cómo evoluciona la cosa porque, más allá de la alegría de volver a verlos casi tres años después, esperaba un poco más.

En mi planificación previa contaba con que ‘el descanso’ me lo iba a tomar con Aspencat. No es nada personal, sencillamente es que no termina de llegarme su propuesta que, por otro lado, entiendo que funcione y que les haya convertido en un grupo muy respetado y querido de una zona que parece haber quedado algo huérfana tras las sucesivas despedidas de Obrint Pas y La Gossa Sorda. La banda además tenía el enorme mérito de haberse pegado un maratón de kilómetros de Braga (el jueves) a Lugo (el viernes) para terminar el fin de semana en el Gazpatxo Rock. Ska, programaciones, vientos y ganas de bailar al son revolucionario para realizar el tránsito de la madrugada.

Viejos y apreciados amigos ya Gatillazo, cumplieron un año más con el Gazpatxo Rock, donde también suelen acudir con frecuencia. Ya me avisaron de que no iba a sonar ningún anticipo de su nuevo álbum, cuya salida está prevista para el 8 de abril. Y así fue. Así que a disfrutar a tiro hecho con esa habitual entrada conformada por ‘Señor Juez’, ‘La Jota De La Derrota’, Xanti’, ‘Lehendakari’, ‘Mucha Muerte’ y ‘La Última Patada’. Siempre eficaces Ángel y Mikel en guitarra y bajo, sumándose a la vieja guardia de Txiki y Tripi, la banda fue como siempre una base casi sin fisuras para el lucimiento de un Evaristo menos desbarrado que en otras ocasiones, pero igual de incitador que siempre. ‘Otra Para La Policía’, ‘Número Uno en USA’, ‘Bla Bla Bar’, ‘Ña, Ña, Ña, Ña’, ‘Tortura’, ‘No Love’ y ‘Es El Odio’ continuaron la fiesta mientras más de un intrépido intentaba subir al escenario para echarse un cante con Evas. El penúltimo bloque sirvió para echar el guiño al pasado con ‘Los Siete Enanitos’ y el ‘Txus’ (ranchera) de los tiempos de La Polla Records. ‘Kapitalismo’, ‘E Por Si Mueve’, ‘Pijos Powres’, la imponente ‘Un Minuto En Libertad’ y la risible ‘Fascículos’ lo completaron. Ritmo vertiginoso para llegar a la traca final con ‘Esclavos del Siglo XXI’, la divertida ‘Entorno‘, ‘Delincuencia’, ‘Bisturí’ y las celebradas ‘Seguratas Blindaos’ y ‘Fosa Común’. Sin olvidar el regalo de despedida de los últimos tiempos, ‘Odio a los Partidos’.

Sin retraso alguno (lo que para Narco, doy fe, es lo raro) los sevillanos se plantaron en el undécimo Gazpatxo Rock teniendo el honor de ser la banda con mayor tiempo en el cronómetro. Con ellos ocurre parecido a Boikot, están (y los ves) en tantos sitios que al final sus discos te caducan antes en la memoria y, por tanto, siempre estás deseando algo nuevo. Y eso que Dios Te Odia no tiene ni año y medio siquiera. Es el reverso (tenebroso) de vivir en estado de gracia. Y es que Vikingo, Curro y compañía destilan diversión metalera con una soltura inigualable en nuestro rock. La entrada oscura de ‘Satanízate’, la presentación de ‘Ahí Fuera’, la electrificante ‘Siempre Enmarronao’, la acusadora ‘Son Ellos’, el hedonismo vertical de ‘Vizco’ y horizontal de ‘Demolición’… Todo suma en una escalada que no tiene hartura. ‘Estrellas En El Pecho’ sirve para cerrar un bloque antes del cambio de tercio sacrílego, con la triada ‘Virgen De Las Putas’, ‘Carnicería En La Romería’ y ‘La Hermandad de los Muertos’. Para el segundo tramo dejaron algunos temas que se antojaron algo menos festivos con respecto al derroche de la primera parte, como ‘Por El Estrecho’ o ‘Lo Peor del Barrio’, entre las que intercalaron ‘Tu Dios De Madera’ o ‘Dame Veneno’. Algo descolocada resulta también la recuperada ‘Ambiente Cadáver’, entre ‘Ojos de Huevo’ y ‘Kolikotrón’. Para cerrar en los bises, todavía restaban ‘Caballo Loco’ y esa locura conjunta que es ‘Chispazo’ y ‘Puta Policía’. Una nueva muesca en la carrera escénica de una banda que no tiene quien les tosa en su género.

Otros que venían del A Candeloria gallego (como Aspencat y Narco) fueron Zoo, los encargados de poner el colofón final a casi catorce horas de música en directo. Su propuesta de rap y electrónica los enmarca en una situación que oscila entre el golpeo inmediato de La Raíz, con las formas de Los Chikos del Maíz pero la electrónica de gente como Dremen. Un combinado que funciona bien como cierre para quien quiera un cierto desbarre final.

El Gazpatxo rock cerraba sus puertas a las seis de la madrugada. Una edición que a la postre puede ser una transición para una ‘tranquila’ revolución en 2017. Si todo va bien, allí estaremos de nuevo para contarlo.

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