Miguel Campello – Noche y Día

Suele ocurrir que cuando un artista o banda maneja distintas facetas dentro de sus propios registros musicales, sienta una especie de ‘encrucijada’ a la hora de afrontar un nuevo trabajo de estudio. A veces, son tantas, que si la opción elegida es la de querer meter un poquito de todo en un mismo álbum de diez, doce o trece temas, se corre el riesgo de que al final parezca casi más un catálogo que una propuesta unitaria y conceptual que nace de un todo. Podríamos citar muchos ejemplos, piensen en los Hamlet (que tienen todos los adjetivos habidos y por haber al lado de la palabra metal: rap, nu, groove, hardcore, alternativo…) o imaginen El Kanka o Antílopez (por quitarle distorsión al asunto). Después de más de veinte años de trayectoria, tanto bajo su nombre como con el de Elbicho, algo similar ocurre con Miguel Campello, que en estos años nos ha mostrado que es capaz de sonar tan distorsionado como cualquier grupo heavy, tan progresivo como los más grandes, tirar de mestizaje, folclores, además del flamenco más de raíz. Con todas estas caras, ¿cómo afrontar un nuevo álbum? Pues lejos de los tiempos del single y del discurso de párrafo corto, contracorriente, como los salmones que tanto nos gustan, el ilicitano ha optado por doblar la apuesta y, ha rechazado ofrecer una amalgama variada en un disco y ha decidido sacar un álbum doble, dividido en con los conceptuales “Día” y “Noche”, como hizo el año pasado Manolo García. El primer disco para los sonidos más orgánicos de guitarra, percusión y flamenco más al uso, el segundo más corrosivo en temáticas, atmósferas distorsionadas y bases programadas.

Para el álbum, Miguel Campello ha contado con su equipo base habitual, como Josue Ronkio a cargo de buena parte de la instrumentación, arreglos y producción, donde también ha echado una mano Guillermo Quero, con la mezcla y el máster, además de Luis Fernández en la batería y Pepe Andreu en la trompeta. Las programaciones corren a cargo de Miilooz.

Cada uno de los bloques se divide en diez temas y, a diferencia del título, el recorrido se abre con “Día” y, entre ellas, “Vivir El Momento”. Un corte de compás de tangos marca de la casa, con una mezcla de gratitud a la vida, personal y artística, con una segunda aderezada de un toque descantado después de que bajo y trompetas tomen algo más de cuerpo. “Gato Loco” es una rumba que se mueve en terrenos estilosos y casi de swing. Y es que musicalmente es una de las más ricas en arreglos, puesto que también habrá momentos para una guitarra de folclore latinoamericano (y percusión), seguida de española. Una delicia. La tripleta de inicio se completa con una de esas declamaciones tan propias de Bambino en “Gritar Más Fuerte”, una crudeza al corte de la letra, donde encontraremos referencia velada al “Heroína” de Los Calis con aquello de “jóvenes llorando noche y día”, aunque aquí la cuchara está impregnada de alegría.

De “Norte y Sur” destaca la amplitud de las líneas de bajo, lo que le da un punto más contemporáneo al medio tiempo lleno de esas narraciones más reposadas de Campello. “Atardeceres Rojos” nos hace pasar al otro extremo, ya que es uno de los cortes de la primera parte cantados con mayor intensidad y desgarro en el crescendo. En la coda, aires progresivos y brillo de metal para recordar a la banda madre. Jaranera, pegadiza y cadenciosa, “Bailarte” aligera las formas y embelesa en su maestría entre el compás y el manejo vocal de Campello.

“Cara y Cruz” se hace más sobria y circunspecta, no solo en la música, sino en la tesitura grave de la voz, que recita todo el fraseo. Es una de esas canciones frágiles, que luce en sus acordes de guitarra, más líricos y arpegiados. “Entre Humos y Recuerdos” conecta bien por la misma pulcritud en la mezcla, aunque aquí con hechuras más bailables. “Rumbacumbia” hace honor a su nombre y juega con los dos tempos (ya he escrito en numerosas ocasiones que la cumbia tiene una melodía y tempo que siempre me ha gustado, hay numerosos ejemplos de cumbia rock), con la colaboración de Nya de la Rubia y algunos tintineos esparcidos que recuerdan a las sempiternas campanitas de Manu Chao. El bloque “Día” se cierra con “De Fiesta Con La Lola Flores” con semirapeados y una cadencia de matices urbanos.

Un buen nexo para pasar a la “Noche”, con las bulerías «Del Derecho y Del Revés» que, tras una entrada canónica dará paso a una muralla de distorsión y riff explosivo. Ese punto opresivo y las bases nos conectan al puntito similar de Califato ¾ en “La Bía En Roça”. En “¿Cómo Estás?” brilla la turbiedad de los coros del estribillo, que le dan un aura de zamba argentina, mientras que el recurso de incluir frases de contestador y llamadas telefónicas nos conecta de nuevo a Clandestino de Chao. “El Camino” es, sin duda, uno de mis favoritos de la ventana por su carácter urgente y oscuro, siendo uno de los cortes más emocionantes en la voz de Miguel y con ligeros toques Triana-eros desde la parte central hasta el final. Algo que se repetirá en “Vente”, donde la guitarra eléctrica acompaña las entonaciones más líricas, con un empaque duro y compacto.

Vuelta de tuerca más transgresora en “Bailar El Silencio”, que se antoja más disruptiva en sus bases y que jugará entre efectos maquinales y melodías arabescas en un turbio y alucinógeno resultado final. “Recuerda” es una canción más ambiental, a veces con matices de chill y trap, pero siempre con la capa de elegancia marca de la casa. Por su parte, “Cuando Se Cierren Tus Ojos” va de menos a más, con un inicio latente de música minimalista y energía vocal. Poco a poco el peso irá aumentando con aires de fanfarria big band en la coda y bien de bajo.

El punto ambiental regresa con “Tú Tienes, Tú Vales” que casi parece un ejercicio meditativo en forma de mantra para que cale el mensaje del título. A destacar lo orgánico y potente de la batería. Llegando al final, aires de country sureño y fronterizo para “Espacio Temporal” que va a más en el delirio de una base de bucles temporales y una base de trip hop que irá cogiendo cuerpo y desbarre con el paso de los minutos. El cierre nos llega de la mano de “Un Descanso En El Camino”. Una despedida de guitarra, voz y acordeón, que en su línea vocal principal recuerda a las canciones más reposadas de Estopa en sus inicios, de cuando los influjos Extremoduro (devoción compartida por unos y otros) se dejaba notar a su manera.

Miguel Campello sí que sigue siendo un verdadero bicho de bueno y no ese que vocea como un enajenado cuando mete un gol.

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Lista de canciones – tracklist:

  1. Vivir El Momento
  2. Gato Loco
  3. Gritar Más Fuerte
  4. Norte y Sur
  5. Atardeceres Rojos
  6. Bailarte
  7. Cara y Cruz
  8. Entre Humo y Recuerdos
  9. Rumbacumbia
  10. De Fiesta Con La Lola Flores
  11. Del Derecho y Del Revés
  12. ¿Cómo Estás?
  13. El Camino
  14. Vente
  15. Bailar El Silencio
  16. Recuerda
  17. Cuando Se Cierren Tus Ojos
  18. Tú Tienes, Tú Vales
  19. Espacio Temporal
  20. Un Descanso En El Camino

Publicado el febrero 13, 2023 en Críticas Discos y etiquetado en , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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