Archivo del sitio
La M.O.D.A. – Ninguna Ola
La Maravillosa Orquesta del Alcohol se despedía en 2019 con el reconocimiento unánime de público, crítica y colegas de profesión, además de una cifra de kilómetros y conciertos casi impensable hoy, para hacer de 2020 un año, como el buen tequila, reposado. La intención original era realizar tres o cuatro conciertos y a trabajar en disco nuevo. Pero, claro, las reglas del juego se cambiaron al compás de contagios y restricciones y los planes cambiaron levemente. Así que lo que era un año para desintoxicarse ha servido para crear un disco sorprendente, arriesgado, maduro (pese a lo manido del adjetivo en las críticas) y terapéutico desde una crudeza que a más de un oyente cogerá a contrapié. Porque poco queda de las canciones tabernarias y festivas del estreno y con el paso de los discos y la confianza en los textos y en la libertad creativa que otorga un público que ha sabido ir recibiendo los nuevos estímulos, la cosa se ha ido haciendo más densa y críptica. En esta entrega, que se hizo merecedora de medalla en Los Discos del Año de esta casa, a las letras afiladas de David Ruiz se le suma la producción de Raül Refree, del que hemos hablado mucho de sus virtudes y de su pulcritud y quirúrgica precisión a la hora de exprimir desde el minimalismo (Miedo de Albert Pla, Los Ángeles de Rosalía, Firmamento de Rocío Márquez, María Rodés, Sílvia Pérez Cruz, Josele Santiago…). Hace unos días lo decía de Bunbury, si Curso De Levitación Intensivo es un álbum hijo de este año pandémico, Ninguna Ola es su exorcismo final y la apertura de una libertad conceptual mucho más arriesgada. Deambula mucho más por el alambre, haciendo del funambulismo un arte, que lo ya apuntado el en sobresaliente Salvavida (De Las Balas Perdidas). La música como ejercicio valiente. Salvemos a los creadores, los de verdad, los que están en peligro de extinción.
Lee el resto de esta entradaLa M.O.D.A. – Salvavida (de las Balas Perdidas)
La Maravillosa Orquesta del Alcohol nos sorprendió a todos en 2013 con ¿Quién Nos Va A Salvar? Un disco que supuso su paso definitivo al castellano tras dos EP’s en inglés y al que le hinqué el diente lo bastante tarde como para traerlo como crítica de novedad en su día y demasiado pronto, claro está, como para que fuera crítica remember de los viernes. Escuchar un folk rock con banjo y acordeón en el idioma de Cervantes y que no sonora impostado era algo digno de elogio, como así recibieron el reconocimiento del público y crítica. Dos años más tarde llegaría su segunda entrega, La Primavera Del Invierno. No me pregunten por qué, porque todavía ni yo sé el motivo, ese disco de alguna manera ‘me desconectó’ de la banda. Quizá esperaba algo más, quizá me pareció demasiado heterogéneo o algo acomodaticio. El caso es que, pese a varias magníficas canciones que, a buen seguro, estarán en un futuro #Mis10de, les perdí un tanto la atención. También hay algo de rebelión estúpida en la actitud del crítico a mostrarse duro frente a modas o ante crecimientos de seguidores apabullantes. Con ese escepticismo propio del que no está consumido por el ‘fenómeno-fan’, me acerqué a la tercera entrega, este Salvavida (de las Balas Perdidas) y, ahora sí, el corazón vuelve a latir.