Quique González & Los Detectives – Me Mata Si Me Necesitas
La pasada semana veía la luz el nuevo trabajo, el décimo, del artista madrileño. Quique González ha llegado a un estatus en el que cualquier paso que da en forma de gira o disco es analizado en la búsqueda de razones más allá de la apetencia musical. Un nivel al que pocos llegan pero que, en cierta manera, venía encorsetándole en los últimos tiempos, circunscribiendo sonido y creatividad al sonido Nashville en el caso del estudio. Auspiciado por una buena gira con una banda asentada, Quique apostó por ellos, bautizados para la posteridad de Me Mata Si Me Necesitas como Los Detectives, y no quiso irse lejos. Un álbum gestado en la carretera y en momentos de convivencia que no necesitaba grandes alforjas. Lo importante eran otras cosas y de eso él sabe y mucho. Hay muchas novedades en el álbum con respecto a la tendencia acumulada con Daiquiri Blues y Delantera Mítica. La gira Soltad a los Perros, enérgica y eléctrica, y la intimista de Carta Blanca, diametralmente opuesta, terminan de forjar el carácter del álbum más inspirado en más de una década.
Con Ricky Falkner a los mandos, Los Detectives están formados por Eduardo Ortega en el violín, guitarra y mandolina y como ‘líder’ espiritual de la banda; que juega con complicidad con Pepo López también en guitarras; Alejandro Climent, todo un experimentado del circuito en el bajo, piano y hammond; y Eduardo Olmedo en la batería. El propio Falkner también ha grabado algunas teclas y bajos.
Y si a Delantera Mítica se le acusaba de falta de lírica, en Me Mata Si Me Necesitas Quique González alcanza una notable mejoría, además cimentada en cierto carácter autobiográfico en la mayoría de los cortes. Textos cuidados, casi siempre en primera o segunda persona, quizá más vibrantes que nunca, realzados por la épica de la presencia casi omnipresente de violín, una de las grandes novedades. De hecho, en su conjunto, los diez cortes representan un gran equilibrio entre la faceta acústica y la eléctrica de Quique González (es a lo que hacía referencia con lo de las dos giras opuestas). Premeditado o no, resulta compendioso y a la postre acaba desarrollando una escucha natural y sin impostura. Haciendo fácil lo que a priori podría resultar harto complicado. También grabar las voces después de una gira (el pasado verano) ayuda a que la frescura sea notoria.
La decena se abre con ‘Detectives’. Uno de esos cortes abiertos, de ‘road music’ y querencia americana. Una carta de presentación en la que la banda realiza un brillante ejercicio de contención. ‘Se Estrechan En El Corazón’, elegida como single, engrasa la maquinaria y el sonido gana presencia con un rocanrol temporizado, con una cadenciosa melodía vocal en el fraseo, arropada sin remilgos con coros luminosos y unos arreglos chispeantes de guitarra. La mandolina, las teclas, el arrope sutil de violín… Todo encaja tan bien en la canción que es imposible buscarle una fisura. Continuando la trayectoria ascendente, en ‘Sangre En El Marcador’ llega uno de los temas más eléctricos y potentes del metraje (que, por cierto, repite esquema sónico en sus dos partes, como veremos). Es la canción donde la banda se libera del corsé (cosas de la dinámica) y actúa más como un bloque de directo, solos, guitarras engarzadas, piano y hammond incendiarios… Un tema de golpeo inmediato.
En ‘Charo’ encontramos uno de los temas más románticos del álbum y, a la vez, una de las mayores sorpresas. Quique coquetea con la tesitura de su voz, en sintonía con las hechuras juguetonas del tema, para presentar a Carolina de Juan (Nina), vocalista de la banda de soul madrileña Morgan. Como una Lucinda Williams en castellano, realiza una colaboración soberbia con una voz que se mueve con naturalidad entre la dulzura y lo rasgado. Imponente. La primera parte del disco culmina con ‘Cerdeña’, un tema intimista, con una prolongada introducción de voz y acústica, que deja latir hasta el sonido del paso de los dedos por los trastes. La banda no entra, con sutileza y comandados por el violín, hasta casi la mitad del corte.
La segunda parte, ‘Ahora Piensas Rápido’ se inicia como la primera. Un tema de tempo reposado, que repite la fórmula de su predecesora. Si bien, la melodía cíclica en esta ocasión evoca en teclas y violín cierta querencia folkie, sutil y encantadora, especialmente por lo conciso de la propuesta, apenas dos minutos y medio. Aumenta un tanto la pulsión enérgica ‘Orquídeas’, un tema de contrastes. Un fraseo empacado (encantador con los chasquidos de percusión en la segunda parte) se hace más nervioso en el puente explota con un estribillo intenso, mientras que la coda instrumental final, comandada por las teclas, recuerdan vagamente el Working On A Dream de Springsteen. Y, como apuntaba, la estructura se mantiene con ‘Relámpago’, un rocanrol enérgico y poderoso, como su vecino de la primera parte, ‘Sangre En El Marcador’. En esta ocasión mucho más armónico que aquel y con un arreón final que suena a puro directo.
Llegando al final, ‘No Es Lo Que Habíamos Hablado’ es un medio tiempo que destaca por la crudeza del texto, el estribillo (que contiene la frase que da título al álbum) y el ejemplo máximo de la integración conseguida de violín en el armazón del grupo. Vibrante ejercicio de ajuste de cuentas en forma de recordatorio sentimental, algo de reminiscencia ‘Jukebox’ en aquello de “echo la moneda a la máquina”, y alguno de los quiebros vocales más arriesgados del disco. Como epílogo llega la sobresaliente (y la mejor del disco) ‘La Casa De Mis Padres’. Un tema que es puro corazón y catarsis. “Luchar con la puta culpa, saber si necesitas ayuda, necesito luz en la última curva para vivir como me dé la gana”. La frase lapidaria de “Papa, la casa huele a mama”, se hace dura en cada una de las repeticiones, escalofriante en la última ocasión.
Un colofón perfecto al que no hace falta añadir nada. Solo el eco del silencio.
Tracklist:
- Detectives
- Se Estrechan En El Corazón
- Sangre En El Marcador
- Charo
- Cerdeña
- Ahora Piensas Rápido
- Orquídeas
- Relámpago
- No Es Lo Que Habíamos Hablado
- La Casa De Mis Padres
Publicado el marzo 9, 2016 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Daiquiri Blues, Delantera Mítica, Me Mata Si Me Necesitas, Quique González. Guarda el enlace permanente. 12 comentarios.
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