TNT – Manifiesto Guernika (1983)
Me dijo una vez mi buen amigo Aitor Velázquez (vocalista y letrista de Hora Zulú y Pangloss) que para ser una ciudad pequeña, no era nada despreciable la cantidad de grupos surgidos de Granada. Y está en lo cierto porque cuando más bucea una en la historia de distintas bandas, las interconexiones de unas con otros desvelan un mapa lleno de bifurcaciones y de nexos que completan y dan sentido a las impresiones que ya se tienen sobre ciertos nombres propios. Como en una imagen de esas de 3d de las de antes, en las que tenías que ponerte medio vizco para que te saliera la silueta en relieve. A Lagartija Nick les tenía fichados desde hace más de quince años, por curiosidad conceptual hacia el disco Val del Omar, director de cine del que me maravilló su Aguaespejo Granadino. Después iría más atrás al Omega y así salen colecciones de nombres: Paco Luque, Morente, Cohen, Lorca, Antonio Arias, Jesús Arias, Ángel Doblas, José Antonio García, 091, Lapido, Eric Jiménez… No hay fin. El caso es que el último disco de los Lagartija, Crimen, Sabotaje y Creación, grupo liderado por Antonio Arias, es un homenaje en toda regla a su hermano Jesús, fallecido hace casi justo dos años. Una entidad intelectual, sin duda, con más ideas y proyectos que resultados, pero lo suficientemente influyente para que toda una ciudad lamentara su muerte, que quizá tampoco fue sorprendente.
Ángel Doblas, bajo y José Antonio García (el de los Cero), cantante, fueron los fundadores en 1981 de TNT. Jesús Arias, quien buscaba como loco algún grupo punk al que sumarse, se hizo dueño de la guitarra en una prueba y después llegaría Joaquín Vílchez en la batería. Conciertos de extrarradio, ensayos en una cueva del Albaicín y mucha actitud para una banda que se vio truncada varias veces por el servicio militar obligatorio. Especialmente cuando Doblas tiene que vender todo el instrumental. Antes grabarían una maqueta que les valdría que Radio 3 los pusiera al nivel de unos pujantes Siniestro Total, que estaban en pura fase punk (no olvidemos su Cuándo Se Come Aquí y singles previos). El caso es que a la hora de su grabar su primer single no tienen cantante. Al final es Jesús el que le toca (a suertes, literalmente) cantar unas canciones que con la mano de Peter MacNamie (que forjó el éxito de Tequila) ilusionó su espíritu inquieto. Pepe Castro ya estaba al bajo.
Fue a la hora de grabar el primer LP, este Manifiesto Guernika, cuando todo enfila el camino del fin. En palabras del propio Arias, “por culpa del estudio de grabación, Doublewtronics, perdió prácticamente el 90% de la potencia que tenían las canciones en los ensayos”. El batería lloró al escuchar el resultado final, grabado en cinco días, mezclado en dos y porque Poch (Derribos Arias) y Lapido echaron una mano a última hora para intentar dignificar unas grabaciones horribles.
Pese a todo, este Manifiesto Guernika es muy apreciado dentro de la vertiente más intelectual del punk. La que comenzó antes por la filosofía que por las drogas, antes de que el RRV destrozara cualquier intento de trascendencia más allá del exabruptos, los botes de humo y las piedras en los cristales. Jesús Arias, en su romanticismo punk, había musicado textos del poeta Luis García Montero y en sus letras se agolpaban las referencias literarias.
Hay mucho de oscuridad post punk y depresiva, a lo Killing Joke y Joy Division, también mucha melodía entre lo mod y lo new-wave, mucho de Clash, hasta un puntito oi y una lírica, acentuada en ‘El Jardín Extranjero’. Una coctelera al que, realmente, la producción no deja brillar y eso que ‘Guernika‘, el condenado a muerte ‘Gilmore’ 77′, ‘Nadsat’, ‘1984 Euroshima’ -obsesión atómica de la época, al fin y al cabo, ¿qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS- o ‘Cucarachas‘ (con la misma inspiración que Leño) eran materia prima de sobra.
Si este debut vio la luz en octubre de 1983, la banda anunciaría su disolución en enero del 84, coincidiendo con la mili de Joaquín Vílchez y José Castro. Y eso que Eric Jiménez (entonces en KGB, después en Lagartija, después en –glup- Los Planetas, ya saben) se hizo cargo un tiempo de las baquetas, con de nuevo Doblas al bajo, una cantante (Aurora Pulido) y hasta un saxofonista del mundo jazz (como en los inicios de Reincidentes, con Selu, piedra fundamental de Pedrá, de Extremoduro, que no era Extremoduro…), Arturo Cid. Pero la cosa duró poco.
Después llegaría una reunión esporádica en 1990 con motivo del décimo aniversario del Zaidín Rock. Y Jesús Arias se daría al periodismo, acentuándose su lado intelectual y escritor. Tal es así que le preparó a Enrique Morente y a Lagartija Nick un dossier de 113 páginas explicándoles qué era Poeta En Nueva York y porqué tenían que fusionar flamenco y rock vía Lorca y Cohen.
Ya tenía en mente también el concepto de Eclipse, que quería lanzar bajo el nombre de Exxon Valdez, nick que usaría en un foro punk donde narraba sus andanzas con Joe Strummer en Granada (pues se convirtió en su hombre de confianza), y que finalmente saldría bajo el nombre de Quäsar, como una muestra de 10 de las 40 canciones que quería despachar, con flamenco, rock, sinfónico, música oriental, collages televisivos, literatura y muchas más cosas. Su fragilidad e inestabilidad emocional, que alternaba momentos de seguridad genial con constantes dudas sobre su propio trabajo y de carácter depresivo, marcaron los años venideros, hasta el final de sus días.
Pero de eso hablaré la semana que viene, con Quäsar.
Lista de canciones – tracklist:
- Guernika
- Gilmore ’77
- Deberías Tener Cuidado
- Nadsat
- 1984 Euroshima
- Sin Futuro
- Cucarachas
- Todo Está Bien
- Radio Crimen Charleston
- La Noche Del Ángel Salvaje
- El Jardín Extranjero
- Habitación 101
Publicado el noviembre 24, 2017 en Críticas Remember y etiquetado en Antonio Arias, Críticas Remember, Jesús Arias, Lagartija Nick, Manifiesto Guernika, Quäsar, TNT. Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.
Hace 2 o 3 años se publicó «TNT – Una naranja mecánica» que recoge las primeras grabaciones del grupo, con la formación original (o eso creo). Incluye versiones de Sex Pistols, The Clash, The Kins e, incluso, Chuck Berry. También incluye versiones primigenias de canciones que, posteriormente, se incluirían en Manifiesto Gernika.
TNT es un grupo que tuvo muchos problemas con los cambios de formación, lo que les privó de poder consolidarse dentro de la escena. Pero es grupo seminal que abrió camino en una escena donde en el sobrevalorado Rock Radical Vasco y la sobrevalorada movida madrileña se llevaron toda la atención mediática. Recordemos que, por ejemplo, el famoso Zona Especial Norte compartido por Eskorbuto y RIP es del 84, y Manifiesto Guernika, publicado un año antes, muestra una mayor amplitud de miras. Mucho más permeables a influencias de todo tipo, tanto musicales como estéticas o literarias.
En mi opinión, el Manifiesto Guernika hubiera podido ser el «London Calling español» si hubieran podido hacer una grabación en condiciones. En cambio, TNT se convirtió en una banda de culto, conocida solo por unos pocos.
Gracias por tu comentario, Joseph.
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